Las mejores cosas no se planean... pasan

Las mejores cosas no se planean... pasan

Las mejores cosas no se planean... pasan

Última actualización: 22 octubre, 2015

Las mejores cosas no se apegan a planes ni horarios. La mayoría de las veces basta con dejarse llevar, dejar que las cosas sucedan solas, al azar, con la mente abierta de quien no espera nada, pero que sin embargo sueña con todo. 

Seguro que has oído hablar de la ley de la atracción. Según este principio, las personas deberían poder obtener o convertirse en lo que desean, gracias a esas unidades de energía que están emanando de nuestros pensamientos y emociones.



La famosa frase “te transformas en lo que piensas” cae en esta perspectiva, pues en el Universo existe una especie de ley de atracción en la que nuestro pensamiento nos ayuda a alcanzar nuestras metas. Bueno, no es nuestro propósito criticar o defender esta visión de las cosas, porque en realidad las cosas pueden ser mucho más simples.

No es cuestión de magia, sino de apertura, de querer ver, de salir de la zona de confort y abrir esas puertas que todos tenemos, para permitirnos segundas oportunidades. Si te das cuenta de que puedes ser feliz, ya estás haciendo algo grandioso por ti mismo.

Si lo reconoces, alimenta ese vínculo y esa autoestima en la que las cosas pueden empezar a ser mucho más fáciles. Porque la vida no está planificada y en muchas ocasiones se esfuerza por hacer que suceda lo contrario de lo que habíamos imaginado.

Piensa sobre esto.

1. Primero transfórmate en lo que buscas

Tal vez sueñas con conocer a la persona perfecta para ti. Esa persona que te acompaña todos los días con amor, que es cómplice de tus anhelos y proyectos, amante de tus sonrisas y refugio de tus abrazos.

Sabes cómo te gustaría que fuera, una persona emocionalmente madura, divertida, comprensiva, abierta al diálogo, humilde y sin miedos ocultos.



Entonces, ¿qué te parece si en vez de soñar con ello, alcanzas todas esas dimensiones que deseas en la persona que amas? Transfórmate en alguien con quien valga la pena pasar toda tu vida. Sé aquel o aquella con la que sueñas, porque si eres tan bueno como eres, la felicidad que aportas a los que te rodean será la más completa.

2. Aprende a pagar lo que mereces para obtener lo que necesitas

No, no estamos hablando de la ley de la atracción. Es algo mucho más simple. Piensa por ejemplo en aquellas personas que han vivido un fracaso emocional y que deciden cerrar las puertas de su corazón. Y, además, construyen una armadura a su alrededor y viven de la desconfianza y el resentimiento.

Nadie merece vivir así, y no es una prisión que alguien crea a propósito. El secreto está en empezar a destruir las paredes internas: merezco ser feliz, merezco el tiempo para mí, merezco disfrutar de los caprichos, merezco reír y sentirme bien. 

Cuando nos auto-gratificamos y auto-traemos lo que necesitamos, nos abrimos nuevamente al mundo, comenzamos a ser receptivos con lo que nos rodea, con lo que nos rodea. Hasta que, cuando menos lo esperamos, la vida nos da lo que necesitamos. 


3. Ten cuidado con las altas expectativas, solo déjate llevar

Cuidado con los castillos de arena, con "la felicidad es para siempre" y con "nadie me hará más daño". Es imposible lograr la invulnerabilidad emocional y una vida de cuento de hadas en la que cada sueño expresado se haga realidad.

La vida no tiene riendas, nadie puede saber lo que pasará mañana, ni podemos fijarnos metas inalcanzables. Soñar no es negativo, en absoluto, alimenta nuestras ambiciones y por extensión la fuerza y ​​los recursos que utilizamos para lograr nuestros objetivos. Sin embargo, hay que ser humilde y aprender a dejarse llevar, con más flexibilidad.


Ahora bien, "dejarse llevar" no significa en absoluto seleccionar el "driver" automático y dejar que las cosas sucedan por casualidad o por inercia. Todos tenemos el timón de nuestra vida en la mano y sabemos qué ritmo tomar, y guiaremos nuestros días venciendo el viento y las tormentas. Con fuerza y ​​coraje.

Imagen cortesía de: Pascal Campion

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