Lavarse las manos no limpia la conciencia

Lavarse las manos no limpia la conciencia

Lavarse las manos no limpia la conciencia

Última actualización: 11 de marzo de 2016

Según el relato de los Evangelios, Poncio Pilato anunció la sentencia que entregaría la vida de Jesús en manos del pueblo. Al hacerlo, negó cualquier tipo de responsabilidad por lo que sucedería: se lava las manos de las consecuencias de la elección y de cualquier interés en la situación.

Esta expresión, transmitida a lo largo de los siglos, forma parte de nuestro lenguaje cotidiano y normalmente se utiliza con una connotación negativa: “Me lavo las manos” o, dicho de otro modo, “Niego cualquier conexión con lo que pueda pasar y mi nombre sale temprano”. . Como sabemos, se utiliza sobre todo cuando se sabe que todas las opciones que hay detrás de una elección implican una presión particular para que la decisión recaiga sobre una determinada.



"No soy responsable de la sangre derramada por este hombre"

-Poncio Pilato-

Por eso, es una acción que genera malestar: por qué no asumir la responsabilidad es un acto de cobardía que deja recaer todo el peso de una situación sobre los hombros de los demás. Sin embargo, tarde o temprano se pagarán las consecuencias; tal vez al principio te quite un peso, pero lo hará por poco tiempo, porque tendrás una conciencia culpable y tus acciones manchadas para siempre.

Es más fácil escapar de la responsabilidad que de las consecuencias

Todas las decisiones necesitan que alguien detrás de ellas responda por ellas, de lo contrario es muy difícil que se tomen con responsabilidad y ética. Todos somos conscientes de ello, porque cuando nos enfrentamos a una situación complicada, puede resultar tentador compartir el peso de una decisión que no nos gusta.


En estos casos, muy comunes en la familia y en el trabajo, suele ocurrir que alguien evita tomar decisiones, encontrar soluciones o afrontar momentos negativos: requiere menos esfuerzo y es más fácil. Esta persona, sin embargo, seguramente olvida que, por acción u omisión, está dentro del problema y las consecuencias también le llegarán.


En otras palabras, mostrar desinterés por algo de ella no la libera del problema y es probable que luego acabe desvelándola: la conciencia es un juez valiente que evalúa la conducta y dicta sus sentencias. 

"El testimonio de mi conciencia es más importante que los discursos de todos los hombres"

-Guía-

Un experimento científico

Los estudios encuentran que lavarse las manos (literalmente) después de un momento de conflicto reduce el malestar y justifica las acciones: el agua parece ayudar con la culpa y el remordimiento. La Universidad de Michigan realizó un experimento para probar esta teoría.

A un grupo de personas se les dieron unos CD y se les pidió que ordenaran diez según sus preferencias: también se les dijo que tenían que elegir por sí mismos lo que ponían en quinta o sexta posición. Después de esta tarea, la mitad de los participantes se lavó las manos con jabón y la otra mitad tuvo que examinar una botella de jabón. Finalmente, los dos grupos tuvieron que reorganizar los CD.

Los que se habían lavado las manos con agua habían mantenido entonces el orden original de los CD, mientras que los que no habían colocado el CD que habían elegido entre los primeros y el que habían descartado entre los últimos.


Según los estudiosos, las personas que se habían lavado las manos con agua no tenían necesidad de justificar la decisión tomada entre los dos CD, los que no se habían lavado las manos sintieron la necesidad de reordenar los CD para justificar su elección colocando el elegido uno en una mejor posición que el descartado.


Lavarse las manos no significa tenerlas limpias

En el mismo sentido que el experimento que acabamos de mencionar, podría considerarse el uso del agua en contextos religiosos: un símbolo de purificación del alma que ayuda a redimirnos de los pecados. Entonces es posible que la expresión, derivada de Ponzo Pilato, no solo incluya la acción de liberarse de responsabilidades, sino también la de reducir los remordimientos que de ella se derivan.


Ciertamente lavarse las manos por algo no siempre las limpia: todos alguna vez cometimos el error de querer alejarnos de algo, incluso por razones simples. Lo cierto es que esa decisión nos acompañó entonces como una piedra con la que había que luchar.

“La conciencia es la voz del alma; pasiones, la del cuerpo”


-Shakespeare-

Tener una conciencia culpable, de hecho, es como tener un amigo negativo del que es casi imposible separarse. La moral ética nos hace comprender que no nos hemos portado bien y no nos deja descansar en paz hasta que hayamos recuperado la paz interior. Cuando nuestra conciencia se ensucia, nos enseña a crecer con los errores, a vencer con la solidaridad ya renovar nuestros valores. 

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