Última actualización: 24 agosto 2015
Hay gente que nos alegran la vida por el simple hecho de que accidentalmente se cruzan en nuestro camino. Algunos de ellos lo recorren junto a nosotros., otros apenas vislumbramos entre un paso y otro. Todos ellos se llaman "amigos" y son de diferentes tipos.
Cada hoja de un árbol representa a uno de nuestros amigos. Los primeros en brotar son nuestros amigos papá y mamá, quienes nos muestran lo que es la vida. Luego vienen los hermanos amigos, con quienes compartimos nuestro espacio para que puedan florecer con nosotros.
Entonces, conocemos toda la familia de hojas, que respetamos y amamos. Luego, sin embargo, el destino nos presenta a otros amigos., que no sabíamos que se cruzarían en nuestro camino. Muchos de ellos allí llamamos amigos del alma o del corazon; son sinceros y puros, saben cuando no estamos bien y lo que nos hace felices.
A veces, uno de esos amigos irrumpe en nuestro corazón y, en ese momento, lo llamamos "amigo enamorado"; hace brillar nuestros ojos, hace cantar nuestros labios y hace saltar nuestras piernas. También hay amigos que solo duran un tiempo determinado, para unas vacaciones, para unos días o para unas horas. Estos, por el tiempo que pasamos juntos, dibujan amplias sonrisas en nuestro rostro.
Es imposible olvidar a los amigos lejanos., las que están en la punta de la rama y que, cuando sopla el viento, aparecen siempre entre una hoja y otra.
Pasa el tiempo, pasa el verano, se acerca el otoño y perdemos algunas de nuestras hojas, algunos se ven solo durante los veranos, otros permanecen para todas las estaciones. Pero lo que nos da mayor alegría es que los caídos sigan estando cerca de nosotros, alimentando de alegría nuestras raíces. Estos son recuerdos de momentos maravillosos, esos momentos en los que nuestros caminos se cruzaron.
A ti, hoja de mi árbol, te deseo paz, amor, salud, suerte y prosperidad, hoy y siempre.. Por el simple hecho de que cada persona que pasa por nuestra vida es única, siempre dejan un poco de sí y siempre se llevan un poco de nosotros.
Cseré gente que se lleve mucho, pero no habrá quien no deje nada. Esta es la responsabilidad más grande de nuestra vida y es la prueba clara de que dos almas nunca se encuentran por casualidad.
“El árbol de los amigos” - Jorge Luis Borges
Los amigos son la familia que eliges. Un amigo no puede darte la solución a todos los problemas, ni tiene las respuestas a todas tus dudas o miedos. Sin embargo, se esfuerza por escucharte y compartir cada sentimiento y emoción contigo.
Un amigo es aquel que conoce todos tus defectos y, a pesar de ello, te quiere. Tal vez estos sean realmente los amigos del corazón y los amigos del amor, los que podemos llamar "compañeros de vida". Son increíblemente valientes y es gracias a ellos que estamos vivos y activos.
Los amigos no tienen el poder de cambiar tu futuro o tu pasado, pero están a tu lado siempre que los necesitas, porque quieren ayudarte y lo intentan en todos los sentidos. Ni siquiera son capaces de quitar todas las piedras de tu camino para que no caigas, pero te ofrecen una mano para sostenerte.
Las alegrías y las penas de nuestros amigos no son nuestras, ni son nuestras; sin embargo, ambos somos felices con la felicidad del otro.
Dicho esto, no cabe duda de que lo mejor que te puede pasar en la vida es encontrar a alguien con quien reír, hablar y llorar. Es gratificante saber que alguien se preocupa por tu felicidad y te presta atención.
Encontrar una amistad sincera es como encontrar un verdadero tesoro: es el ingrediente más importante en la receta de la vida. Los amigos sinceros son los que te dan el espacio para crecer, los que ponen límites a tu vida.
Los amigos somos capaces de recomponer nuestras piezas con un abrazo, a pesar de que nos sentimos abrumados por la desesperación solo unos minutos antes.
Amigos escapan de cualquier orden que quieras establecer. No son ni los primeros ni los últimos en nuestra lista de prioridades; ocupan un lugar privilegiado y único, un espacio creado específicamente para disfrutar del intercambio emocional entre dos personas que se aman.
Ahora todos sabemos que una amistad no crece con presencia., pero con la magia de saber que, aunque no veamos a esa persona, siempre la llevamos en el corazón. Puede ser que no hayamos visto a nadie durante años y años y que, cuando nos encontremos, parezca que el tiempo nunca ha pasado.
Hay pocas cosas en el mundo tan bellas como una mirada impregnada de complicidad, como el brillo de unos ojos felices, o como una sonrisa espontánea que comunica comprensión. Es precisamente por estas cualidades que se distinguen las verdaderas amistades.
Los buenos amigos mejoran tu estado de ánimo, te ayudan a alcanzar tus metas, te apoyan en los momentos difíciles, minimizan tu tristeza, alivian tu estrés y envejecen contigo.
La verdad es que no es necesario tener muchos amigos, lo importante es tener los mejores. A menudo y de buena gana, los amigos se pueden contar con los dedos de una mano; es su rareza lo que hace que una verdadera amistad no solo sea un tesoro, sino una inmensa fortuna.