Última actualización: 07 de mayo de 2018
Nuestros vacíos emocionales nos recuerdan que hay algo que no podemos llenar, lo que nos está causando inestabilidad y frustración. Podemos intentar llenar ese vacío con excesos, bebiendo alcohol hasta nublarnos los sentidos, destrozándonos en el gimnasio, comiendo continuamente o de compras compulsivas; pero el sentimiento de desesperación seguirá presente, quizás aumente.
La sensación de vacío puede provocar un bloqueo emocional que nos impida afrontar la realidad cara a cara y nos lleve a una vida desordenada en un intento de suplir nuestras carencias.
Combatir el vacío emocional no es fácil, pero los excesos no son la solución. Gran parte de las emociones y sentimientos negativos que experimentamos se unen, haciéndonos sentir que estamos sumergidos en un pozo muy profundo. Estas emociones nos provocan una sensación de impotencia que aparece cuando somos incapaces de reaccionar ante situaciones dolorosas.
Cuando pensamos que lo hemos perdido todo, los excesos parecen la única solución para sentirse completo. Cualquier comportamiento placentero normal es reemplazado por un comportamiento adictivo. De hecho, se podría hacer un uso anormal del comportamiento normal dependiendo de la intensidad, frecuencia, grado de interferencia en las relaciones personales.
"El exceso es un defecto, es el veneno de la razón".
-Francisco de Quevedo-
Sin saber llenar vacíos como excesos
Los excesos controlan nuestro comportamiento, llegando incluso a negarlo de forma manifiesta. Este círculo vicioso en el que los excesos aumentan nuestros vacíos terminará solo cuando abordemos la causa de estos "comportamientos de abandono".
Cuando somos incapaces de reaccionar ante situaciones problemáticas, se interpone una barrera entre nosotros y ellos, creando un caldo de cultivo para el comportamiento excesivo. Algunas señales nos advierten que tal vez estemos cayendo en excesos para enmascarar la realidad que nos atormenta. Evitar ciertas actividades, el nerviosismo diario, el miedo y la falta de motivación son las consecuencias de una incorrecta gestión de nuestras evacuaciones.
Llamar a todo necesidad puede ser el gran problema. A partir de nuestras necesidades encontramos nuestros vacíos ya partir de nuestros vacíos encontramos nuestros excesos. Identificar las necesidades que nos afectan es fundamental para entender nuestros vacíos. Una necesidad moderada es normal y saludable, el problema se presenta cuando se vuelve abrumadora.
“Las cosas que nos hacen felices conducirán a un juego donde la suma siempre será cero: como una adicción que requiere cada vez más dosis; e incluso si a menudo tienes mucho más que otros, no importa mucho ".
-Mihaly Csikszentmihalyi-
Se necesita coraje para reconocer lo que nos falta
No hay nada mejor que conocerse a uno mismo para acabar con nuestro vacío. Muchas de las personas que acuden a terapia y que dicen experimentar una gran sensación de vacío saben muy poco el uno del otro, llevan mucho tiempo sin actualizar su visión de sí mismos y que muchas veces los miran con cierta nostalgia.
Son conscientes de que son diferentes, de que han pasado los años. Saben que ya no son lo que eran, pero no saben quiénes son ahora. Cuando el sentimiento de anhedonia nos invade y no sabemos qué y/o por qué nos pasa eso, es hora de actuar, de ser valientes y reconocer que hay un problema.
Reconocer lo que necesitamos requiere una profunda reflexión sobre nuestras necesidades emocionales, más allá de lo mundano, lo material y lo que los demás esperan de nosotros. Se necesita mucho coraje para reconocer que estamos lejos de vivir la vida que queremos o que alguna vez garabateamos en nuestro horizonte. Solo una persona completa es capaz de confesar sus defectos y reconocer sus errores y excesos..
Sólo una persona que mira con atención y que pone cariño en esa mirada está dispuesta a aceptar e integrar sus deseos en su identidad, dinámico y mutante por definición, para que esta fusión no produzca una disonancia.
"Cuando te deshaces de todo lo que tienes, en realidad pasas a poseer todos los tesoros del mundo".
-Mahatma Gandhi-