Última actualización: 19 de abril de 2016
Nuestros hermanos son los mejores amigos, no tuvimos que elegir.. Esas personas con las que tantas veces hemos discutido, que nos han inquietado, ignorado y hecho perder la paciencia infinidad de veces. Pero también aquellas personas que, a pesar de todo, siempre están a nuestro lado, y para las que también nosotros estaremos siempre.
Ya sean positivas o negativas, las relaciones entre hermanos son unas de las más intensas en la vida de cualquier persona y una de las que pasa por la mayoría de los altibajos. Pero, a pesar de todo, hay una fuerza natural que nos empuja a sentir amor incondicional por nuestros hermanos, y que nos permite crear una relación duradera, que nos acompañará a lo largo de nuestra vida.
Si bien no todas las relaciones entre hermanos son positivas, los hermanos a menudo se mantienen unidos y comparten amor, juguetes y alegrías a lo largo de sus vidas. convirtiéndose en protagonistas de anécdotas que quedarán grabadas para siempre en la memoria.
Un hermano es una caja de recuerdos de infancia y un registro de cómo han crecido nuestros sueños.
Tener hermanos es una gran suerte a nivel emocional
Como dijimos antes, los beneficios emocionales de tener un hermano a lo largo de la vida son realmente infinitos. Basta considerar que los hermanos pueden protegerse mutuamente de la soledad, el miedo o la tristeza.
Tener hermanos, por lo tanto, siempre es bueno para los niños. Y, por supuesto, también lo es para adultos. Durante la infancia y la adolescencia, tener hermanos nos ayuda a no caer en la trampa del egoísmo, porque la convivencia y el compartir nos ayudan a alejarlo de nosotros.
Incluso las peleas con hermanos son emocionalmente beneficiosas, ya que nos ayudan a controlar nuestras emociones. Nos enseñan a compartir, a ser flexibles ya dejar de lado esos sentimientos negativos, como el resentimiento y la envidia.
Además, existen muchas otras habilidades que podemos desarrollar cuando compartimos la vida con nuestros hermanos:
- Estimulamos nuestra autoestima
- Aumentamos la capacidad de ser generosos
- Nos volvemos más pacientes
- Evitamos problemas emocionales en la infancia
- Alejemos la soledad
Por supuesto, estas habilidades también pueden desarrollarse a medida que crecemos como hijos únicos, pero en muchos casos tener hermanos o hermanas nos hace más dispuestos a cuidar de los demás y considerar sus necesidades.
Lo que aprendemos gracias a la relación fraterna
El amor entre hermanos no es comparable a nada más. Es una relación que nos deja un sinfín de recuerdos muy dulces. Llena nuestra memoria de sonrisas, felicidad y sentimientos de cercanía. Sus manos nos recuerdan nuestros juegos, y su mirada recuerda la complicidad que existe entre nosotros.
Desafortunadamente, no todas las relaciones fraternales son positivas, porque algunos hermanos se convierten en malvados rivales que no tienen sentimientos de amor el uno hacia el otro. Es muy triste, pero puede pasar.
En este caso, aunque la rivalidad entre hermanos es una consecuencia natural de su condiciónProbablemente fue una mala gestión de estos sentimientos lo que provocó que la negatividad pintara de negro una relación que, por su naturaleza, debería ser maravillosa.
En general, sin embargo, podemos decir que nuestros hermanos son nuestra familia. A pesar de las dificultades, e incluso cuando el tiempo y la distancia nos han separado, un hermano haría cualquier cosa por vernos sonreír.
Pase lo que pase, incluso cuando nuestras ramas se dividan, no olvidaremos que compartimos las mismas raíces. Haber llorado, reído y convivido nos une para siempre. Porque lo que dos hermanos vivieron juntos no se puede olvidar. Las miradas de complicidad, juegos y reconciliaciones permanecerán siempre en nuestra memoria, cogidos de la mano con amor incondicional.