Hay muchos más hombres adictos a los videojuegos que las mujeres, esto también se aplica a niños y niñas, ¿por qué? Reiss, director del Centro Interdisciplinario de Investigación en Ciencias del Cerebro de la Universidad de Stanford, se hizo la misma pregunta. Obviamente, su primera preocupación fue elegir un juego que fuera lo más neutral posible, que tuviera la menor cantidad de efectos gráficos, por lo que se decidió por un juego bastante básico donde se muestra una pelota saltando y rebotando en un espacio rectangular. El objetivo del jugador es hacer cada vez más pequeño el espacio en el que rebota la pelota, a partir de un clic que crea una nueva línea que delimita el nuevo espacio conquistado. Sin embargo, si el balón toca la línea antes de cerrar el espacio, el jugador ha perdido. Tanto para niños como para niñas aprender este juego no fue muy complicado, los 22 voluntarios jugaron cómodamente mientras los investigadores escaneaban sus cerebros. El estudio demostró que tanto hombres como mujeres se divierten, entienden las reglas del juego y son capaces de jugarlo de la misma manera pero ... Había una diferencia en el funcionamiento cerebral, específicamente, en el sistema mesocorticolímbico: involucrado en la percepción de satisfacción y en los mecanismos de recompensa. En los hombres este sistema se activa mucho más y los niveles de activación aumentaron en la misma medida que el territorio conquistado fue mayor. Sin embargo, en las mujeres este sector estaba prácticamente desconectado. En pocas palabras, para resumir: las mujeres pueden jugar cierto tipo de videojuegos y no volverse adictas al juego ya que no se sienten motivadas ni gratificadas por la conquista territorial o cualquier otro tipo de recompensa que ofrece el juego a diferencia de los hombres que presentan un respuesta nerviosa que los haría más susceptibles a la adicción. Personalmente he jugado a algunos videojuegos pero si no me suponen un reto intelectual se me están aburriendo rápidamente, aunque sin duda, en cuanto a videojuegos, como en cualquier otra actividad humana, la individualidad también cuenta.
