Muy a menudo, el motivo de un malestar psíquico reside en un secreto de familia, oculto durante mucho tiempo por la culpa o la vergüenza. Estos se transmiten de manera inconsciente y terminan afectando el bienestar emocional de las personas.
Última actualización: 18 de marzo de 2022
Los secretos familiares son una carga invisible. Sabemos que están ahí, pero precisamente porque son secretos no podemos afrontarlos y elaborarlos. Si se trata de hechos graves o perversos, el resultado puede ser depresión inexplicable, manía o cualquier tipo de neurosis o psicosis.
El caso de Jennifer Teege es mundialmente conocido. La niña, criada en un orfanato y adoptada por una familia a los 3 años, sabía que algo andaba mal con ella. Empezó a buscar a su madre biológica para saber de su pasado, pero esto no bastó para calmar su inquietud. Tenía la sensación de que su existencia estaba envuelta en un oscuro secreto. Sintió la presencia de algo malvado.
"¿Por qué los adultos creen que los niños toleran mejor los secretos que la verdad?"
-Cornelia Caroline Funke-
Con el tiempo, descubrió que su madre le había ocultado datos relevantes. Por ejemplo, que su abuelo había sido comandante de las SS y que se llamaba El Carnicero de Plaszow.
Continuó sus investigaciones sobre libros y documentos hasta descubrir todos los secretos de su familia.. Como ella misma dijo, "pude comenzar mi vida auténtica, con mi verdadera identidad, solo después de descubrir mi historia familiar".
La importancia de los secretos familiares
Los secretos de familia existen mientras existe la vergüenza: hechos que se ocultan por miedo a ser descubiertos. Eventos inaceptables, objetiva y subjetivamente.
Según los psicoanalistas, los secretos familiares son una forma de represión colectiva. Se relegan a una zona oscura convencidos de que, escondiéndolos, tarde o temprano desaparecerán. En realidad, esconderse provoca el efecto contrario: el secreto se vuelve más vivo que nunca, aunque nadie pueda verlo.
Todas las cosas reprimidas vuelven. No se quedan simplemente encerrados en el cajón, dormidos, sino que siguen más vivos que nunca y siempre encuentran un cauce para resurgir. Los contenidos ocultos tienen las mismas propiedades que la materia: no se destruyen, sino que se transforman. ¿En que? En neurosis o psicosis.
Sentimientos y emociones hereditarios.
La vergüenza contenida en los secretos de familia siempre va acompañada de culpa. Es uno de los sentimientos más tóxicos y dañinos a los que se tiene que enfrentar el ser humano. Nos lleva a sentirnos indignos, a buscar formas de castigarnos sin saberlo. La culpa se proyecta continuamente, aunque no hablemos de ella abiertamente.
Desde que nacemos hemos ido recibiendo una serie de mensajes implícitos y explícitos del mundo que nos rodea. Por ejemplo, podemos percibir que nuestra madre está demasiado nerviosa y melancólica o que tiene repulsiones que nos parecen incomprensibles. En la base de conductas similares que nos parecen ajenas, hay ciertamente un contenido reprimido.
Todo lo que no se dice o se desconoce se filtra en nuestra vida de manera imprecisa pero decisiva. Cuando los secretos familiares son muy serios o están envueltos en culpa, te enferman. Pero lo que es peor, se transmiten implícitamente a las generaciones posteriores que, aunque no saben exactamente lo que pasó, sufren el daño en su psiquis.
Memoria transgeneracional
Cada uno de nosotros es hijo de una historia y de una perspectiva de vida. Cuando nacemos, no somos más que un nuevo capítulo que se suma a lo que ya sucedió. Ante nosotros, hay acontecimientos y hechos que definen gran parte de nuestra persona.
Por ello es muy importante conocer la memoria transgeneracional para entendernos mejor a nosotros mismos y descubrir una parte importante de nuestra personalidad. Encontrar esta información es fundamental para nuestro desarrollo y bienestar. Conocer y comprender nuestra ascendencia es una forma de interpretar nuestros sentimientos, emociones y actitudes.
Si no conocemos los detalles de nuestro pasado, seguirán afectando nuestras experiencias. Recuerda que el eco de quienes nos precedieron vive en nosotros: estamos inconscientemente condicionados por los secretos de nuestra familia y las verdades que ignoramos. Para muchos, este es el origen de un trastorno emocional, pero también la forma correcta de superarlo.