Última actualización: 29 de mayo de 2016
Clamamos a los cuatro vientos para querer honestidad y sinceridad por encima de todo. Lo exigimos a las personas que nos rodean y sentimos confianza cuando sabemos que estamos recibiendo la verdad sobre cualquier tema, incluso el más trivial. Mentirnos a nosotros mismos es inútil.
A veces sucede que nos falta sinceridad hacia nosotros mismos o al menos eso es lo que creemos al principio. En otras palabras, lo que estás tratando de explicar es que considerarse fiel a uno mismo cuando en realidad no lo es, es mucho más difícil de aceptar que una mentira ajena.
Mintiéndote a ti mismo porque crees que es más fácil
Siempre creemos que la gente miente por cobardía, ya que todos sabemos que ser honesto es mucho más complicado. También sabemos que a la hora de decidir algo entran en juego muchos factores que, mintiendo, pueden confundirse.
Sin embargo, aunque no se pueda generalizar, la experiencia nos enseña que mentir a los demás puede ser quizás un acto de cobardía, pero mentirse a uno mismo es un comportamiento que expulsa el miedo de cada poro de nuestra piel.
Cualquiera que se mienta a sí mismo muchas veces puede tener un problema de otro tipo mientras aquellos que lo hacen en momentos específicos probablemente estén ocultando una verdad que temen, y no sabe o no quiere saber. En tales situaciones, nos mentimos a nosotros mismos porque pensamos que es más fácil seguir adelante.
La verdad es del corazón y es incontrovertible
Esto es un error: de esta manera, no podemos continuar porque, en cualquier caso, las falsedades conducen a callejones sin salida, a decepciones, sufrimientos y rupturas con nosotros mismos o con los demás.
De nuestra mente podríamos ocultar lo que queremos, y así seguiría, de forma autónoma; sin embargo, nunca pudimos avanzar completamente. No podemos engañar a nuestro corazón: no puede continuar si no lo escuchamos. No podemos contradecirlo y, al mentirnos a nosotros mismos, negamos su verdad.
“Me gusta la gente que entiende que el mayor error del ser humano es tratar de liberar la mente de lo que no sale del corazón”.
-Mario Benedetti-
Cuando se trata de nosotros mismos, nos damos cuenta de que, en la lucha entre el corazón y la razón, el corazón siempre gana: nos hace entender que no fuimos sinceros cuando debimos serlo. Quizás nos demos cuenta tarde, ya que sucede cuando nos sentimos perdidos; pero hacerlo nos permite empezar a ser felices.
Mírense y enfrenten la verdad
Para tener éxito en esto, necesitas tener el coraje de mirar dentro de ti mismo, derrotar a todos tus monstruos y enfrentarte a lo que no quieres decir abiertamente. Deja de mentirte cuando te engañas, deja de mentirte cuando te enamoras pero no quieres, cuando crees que has superado algo cuando en realidad no es así...
“Te mereces lo mejor, porque eres una de esas personas que, en este mundo miserable, siguen siendo honestos consigo mismos. Esto es lo único que realmente importa".
-Frida Kahlo-
De esta manera, crecerás y aprenderás algo para aplicar y aconsejar cuando tengas la oportunidad. En este mundo tan lleno de nostalgia y cada vez más frío, aspirar a la propia felicidad se convierte en una exigencia moral.
Debes permitirte ser feliz siempre que puedas, ya que siempre hay buenas razones para no hacerlo. ser. Si tienes dudas sobre lo que te da bienestar, recuerda siempre que si no hace daño a nadie, nunca puedes negarlo.
Tienes que darte esta oportunidad siempre que tengas la oportunidad: Mentirte siempre es una elección que no conduce a nada más que a revelarte una verdad.. Las falsedades, por lo tanto, cuestan muy caro.