miedo a la maternidad

miedo a la maternidad

Algunas mujeres deciden no ser madres porque creen que no están preparadas. Pero, ¿quién es realmente? Una de las certezas de la vida es que nunca estamos suficientemente preparados para lo que nos sucede.

miedo a la maternidad

Última actualización: 08 de marzo de 2020

La concepción de la maternidad se ha transformado profundamente a lo largo del tiempo, dando paso a una gran cantidad de creencias que la convierten en un proceso angustioso a los ojos de algunas mujeres. El miedo a la maternidad afecta a aquellas mujeres que, a pesar de querer un hijo, se sienten abrumadas por la idea de las dificultades que ello conlleva.



La ventaja es que hoy en día es más fácil decidir si ser madre y cuándo. Este es un gran logro, si se piensa que hasta no hace mucho tiempo había una fuerte presión social sobre el tema.

El problema es que algunas mujeres se encuentran actualmente en el extremo opuesto. El miedo a la maternidad hace que la idea de un hijo sea algo complejo, a evitar. Pero no es así. Lo único realmente importante es que toda mujer se sienta en armonía con sus elecciones.

“Decidir tener un hijo es una elección radical. Es decidir tener tu corazón para siempre dando vueltas por el mundo, fuera de tu cuerpo".

-Elizabeth Stone-

 

 

miedo a la maternidad

Tener un poco de miedo a la maternidad es perfectamente normal. Es una situación que implica grandes cambios tanto en el cuerpo como en la vida. También es una experiencia que requiere aceptar el dolor físico y psicológico.


Sin embargo, en ocasiones este miedo también tiene otros orígenes. Es posible que hayas escuchado historias que te asustaron, especialmente de mujeres mayores. De hecho, hasta hace unas décadas, los nacimientos se producían en condiciones muy difíciles. Las madres no estaban preparadas para el parto o no recibían la asistencia y atención adecuadas del personal médico.


Algunas mujeres deciden no ser madres porque creen que no están preparadas. Pero, ¿quién es realmente? Una de las certezas de la vida es que nunca estamos suficientemente preparados para lo que nos sucede. Ni para crecer ni para separarnos de los seres queridos ni para envejecer, etc.

Asimismo, algunas mujeres abandonan la idea de ser madres porque piensan que la vida es demasiado difícil o temen que su hijo pueda heredar sus ansiedades, depresiones, etc. Quizás tienen una visión demasiado rígida y absolutista de ello. No hay manera de eliminar el dolor, la privación y los errores de la vida. Sin embargo, también tiene algunos caminos maravillosos por recorrer..

 

No renuncies a ser madre solo por miedo

Sea cual sea el origen del miedo a la maternidad, lo más importante es no ir en contra de los más sinceros deseos. Si de verdad quieres tener un hijo, el camino a seguir es el de la sana introspección, de esta manera podrás analizar la situación y encontrar posibles resistencias, ya sean materiales, sociales o personales.

¿De dónde surge tu miedo? ¿Es razonable o no? ¿Realmente quieres ser madre o el miedo surge precisamente de que no lo quieres, pero te sientes presionada por las exigencias de tu contexto social y familiar? La introspección es una de las muchas acciones que puedes tomar. También puedes informarte sobre los servicios de apoyo psicológico y social al embarazo disponibles en tu zona.


También es importante saber en qué centro de salud le gustaría ser seguido y por qué profesionales. Por tanto, habrá que realizar una evaluación económica si los costes no están incluidos en la cobertura nacional de salud.

Reconoce y aclara tus deseos.

Conviene añadir a todo ello una valoración de la situación personal. ¿Tienes apoyo de socios? ¿O el de la familia? Estos son factores que deben ser considerados antes de tomar una decisión. Ser madre para complacer a alguien ciertamente no te hará feliz, y mucho menos renunciar a ser madre porque a alguien más no le gusta la idea.


Como ya se mencionó, también es importante evaluar las condiciones socioeconómicas de uno. No tienes que ser millonario para tener un bebé, pero aún necesitas poder darle algo de estabilidad. Además, claro está, de disponer del tiempo necesario para dedicarle.


Una vez que haya analizado estos puntos, probablemente comenzará a sentirse más seguro acerca de sus deseos. Si desea tener un hijo o no, a menudo también tiene repercusiones en el futuro. Ese deseo es lo que marcará lo más profundo de su ser.. Si quieres ser madre, esfuérzate por hacerlo de la mejor manera posible. Todo lo demás vendrá solo.

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