Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
El mindfulness para niños nos ofrece un sinfín de posibilidades para mejorar su atención desde muy temprano, entrenar su cerebro para la empatía, la calma y la gestión emocional. Introducir a nuestros pequeños en el mundo de la meditación les facilita conectar con ellos mismos. El objetivo es que sean más capaces de desenredarse en cualquier entorno y especialmente en la vida cotidiana.
Ya sabemos que tener plena conciencia en la vida cotidiana nos ofrece muchos beneficios en nuestro complejo mundo de adultos. Estas dinámicas en las que nos vemos envueltos, tanto a nivel laboral como personal, dejan huella en nosotros, nos sumergen en estados de estrés y ansiedad en los que la meditación y las diversas estrategias que propone el mindfulness resultan muy útiles, catárticas y eficaces.
Tratamos de ofrecer a nuestros niños un espacio seguro, libre de estrés y sin angustia. Enseñémosles a encontrar su centro gracias a la conciencia, acerquémoslos a un espacio tranquilo en el que comprender mejor sus emociones.
Si el mindfulness es útil para nosotros, ¿por qué no ofrecerlo también a los niños? De hecho hay que decir que ya son muchos los colegios de todo el mundo que han incluido esta práctica en el aula. Los ejercicios de respiración, meditación y plena conciencia incluidos en la rutina diaria de los niños facilitan los grandes logros propios de su crecimiento.
È Sin embargo, es importante que estos ejercicios se conviertan en un hábito lo antes posible.. Todos sabemos, por ejemplo, lo complicado que puede ser practicar una sesión de relajación por primera vez en una clase de secundaria. En cambio, los niños, que desde los 3-4 años ven con normalidad aspectos como enfrentarse a determinados estímulos en silencio o concentrarse en la respiración, pueden progresar en el desarrollo de otras habilidades.
Veamos a continuación cómo y de qué manera podemos iniciarlos en esta práctica tan extendida que ofrece resultados muy positivos.
Mindfulness para niños: beneficios y desafíos
Los beneficios de la atención plena para los niños son reconocidos por los principales países educativos, como Reino Unido, Canadá, Países Bajos, Estados Unidos y Australia. Estas naciones pretenden incluirlo en los planes educativos, para que en 2020 se practique en todas partes. De momento se ha ido introduciendo progresivamente en las guarderías. La intención es aprovechar la edad en la que el cerebro del niño es mucho más receptivo a este tipo de prácticas.
Si nos preguntamos a qué edad conviene empezar con el mindfulness, la respuesta presenta un pequeño matiz sobre el que es necesario detenerse. Los 3 años son sin duda uno de los momentos más adecuados para hacerlo, pero no olvidemos que si queremos obtener resultados debemos ser constantes hasta que la novedad se convierta en hábito. En ese punto solo queda mantener la rutina y profundizar un poco más.
me interesa el mundo
El mindfulness para niños tiene como principal objetivo despertar su curiosidad, su atención. Asegurándose de que su sentido de asombro nunca termine, al igual que su interés en conectarse con el exterior desde un interior más relajado, más receptivo y seguro de sí mismo.
Estoy más atenta a lo que me rodea.
La capacidad de centrar mejor la atención en determinados estímulos mejorará su concentración. Un aspecto, éste, sin duda fundamental en este mundo tan sobrecargado de estímulos, en el que los niños no disponen de filtros razonables y estables con los que gestionar semejante avalancha sensorial y perceptiva.
Entiendo, controlo y canalizo mis emociones negativas
Por otro lado, como se ha señalado anteriormente, el mindfulness va más allá de un simple compendio de ejercicios para practicar casi como un estilo de vida. Sus técnicas, su filosofía y su enfoque muchas veces favorecen cambios en nosotros, lo justo para ofrecernos nuevas perspectivas.
Los niños, por su parte, serán capaces de gestionar muy rápidamente sus emociones negativas, de comprender el origen de su enfado o tristeza, de encauzarlas correctamente. Este mejorará mucho sus habilidades sociales, su forma de relacionarse, por ejemplo evitando situaciones de violencia y agresión en el aula.
“Mindfulness es una herramienta para ayudar a nuestros hijos a adquirir más humanidad. No para convertirse simplemente en trabajadores y consumidores, sino para cultivar inmediatamente su capacidad de estar presentes en el mundo, tomando conciencia de lo hermoso y frágil que es. -El niño es el padre del hombre-, escribió el poeta inglés Wordsworth. Personalmente, estoy convencido (¡aunque ahora no tengo pruebas ni estudios que lo respalden!) de que el mindfulness puede ayudar a nuestros hijos a convertirse en mejores adultos”.
-Christophe André, psiquiatra del Hospital Sainte-Anne de París-
Mindfulness para niños: estrategias útiles y divertidas
En primer lugar hay que dejar claro que el mindfulness para los niños no se limita a enseñarles a meditar, relajarse o respirar. Va mucho más allá. no podemos olvidar eso El mindfulness está ligado a la alimentación, el trabajo, el mundo relacional, el deporte...
Entonces, veamos qué estrategias podemos desarrollar para asegurarnos de que esta filosofía encaje en su estilo de vida. Hay dos requisitos: que sea sencillo y divertido. Estas son algunas de las estrategias que se pueden utilizar con niños de entre 3 y 6 años.
Soy Superman o Wonder Woman
- Comencemos diciéndoles a los niños que deben asumir una posición de "poder", como los superhéroes: de pie, con las manos en las caderas y, sobre todo, con los ojos cerrados.
- Están a punto de convertirse en superhéroes que podrán desarrollar sus sentidos al máximo.
- En estricto silencio, tendrán que escuchar cada sonido que les rodea. Es bueno que estén atentos y relajados para que abran sus radares a cualquier sonido por pequeño que sea...
Aprendo a respirar con mi peluche
Nada mejor que usar su peluche para aprender a respirar, siguiendo las siguientes pautas:
- La hora de acostarse es casi siempre un momento perfecto para enseñarles a respirar de forma relajada.
- El bebé tiene que poner su peluche o muñeco en el abdomen.
- Luego tiene que inhalar por la nariz contando hasta 4, pero al mismo tiempo observando como su abdomen se eleva, junto con su peluche.
- Debe aguantar el aire durante 3 segundos y luego exhalar por la boca, viendo bajar el peluche.
El clima y mis emociones
“Calma y alerta como una rana. Ejercicios de atención plena para niños (y padres)” es un hermoso libro de Eline Snel. Ofrece a los padres estrategias interesantes para introducir a los niños a la meditación. Por ejemplo, una propuesta que nos ofrece el autor para enseñarnos a reconocer nuestras emociones es relacionar determinados estados, como la tristeza, la ira o la alegría, con el clima.
- Para ello tendremos que animarlos a que hagan el juego de los meteorólogos.
- Tienen que cerrar los ojos y preguntarse: “¿Qué clima hay dentro de mí? Si hace sol es que estoy bien, si cae un aguacero es que estoy triste, si hay tormenta es que estoy enojada”.
El camino de "darse cuenta de que..."
La atención plena para los niños no se limita a que se sienten en posición de loto, meditando. Nuestros hijos son seres activos y reactivos, personas con muchas ganas de experimentar, curiosos insaciables. Necesitan contacto, juego, interacción continua. Por lo tanto tenemos que adaptar el mindfulness a sus necesidades diarias y estilo de vida.
Un ejercicio muy eficaz se puede hacer todos los días cuando, por ejemplo, los llevamos o recogemos del colegio, cuando paseamos con ellos cogidos de la mano, o cuando vamos de compras. Es el juego de "Me doy cuenta... veo que... descubro que...".
Se trata de animarlos a ser receptivos a todo lo que les rodea ya todo lo que sucede, por pequeño o insignificante que parezca. “Me doy cuenta que a lo lejos se escucha a alguien riendo”, “Me doy cuenta que el señor que acaba de pasar parece triste”, “Me doy cuenta que a lo lejos se escucha un pájaro llamando a su madre desde el nido”, “Yo Me doy cuenta de que una nube ha ocultado el sol..."
Por último, recuerda que hay muchísimos ejercicios de mindfulness que podemos enseñar a nuestros hijos. Encontramos los que mejor encajan con su edad y forma de ser. Además, no olvidemos ser el mejor ejemplo posible para ellos, un referente de calma, equilibrio y afecto imperecedero.
En las prisas de hoy, todos pensamos demasiado, intentamos demasiado, queremos demasiado, olvidando la alegría de estar equilibrados”.
-Eckhart Tolle-