Última actualización: 31 octubre, 2017
Hay emociones y sensaciones que solo podemos experimentar en las relaciones con familiares y amigos más cercanos. El apoyo emocional, el amor, la seguridad y la protección nos permiten ver los hechos con una luz más esperanzadora, a pesar de los problemas que ensombrecen nuestro horizonte. El mundo puede ser un lugar cruel, pero las emociones tranquilizadoras que nos hacen sentir nuestros seres queridos consiguen que sea un lugar más cálido, en parte hecho para nosotros.
A veces, cuando observamos el mundo, lo que percibimos es un caos de situaciones y eventos que nos lleva a distanciarnos del mundo mismo., haciéndonos sentir vulnerables y pequeños cuando no comprendemos nuestra posición frente a determinadas situaciones. A veces podemos ver el mundo como un lugar amenazante. Cuando, por el contrario, desviamos la mirada y la dirigimos más hacia nosotros, solemos encontrar alivio y seguridad. Las razones son muchas, pero sobre todo que somos parte del mundo a través de nuestras relaciones personales.
Estar rodeados de personas que nos brindan sentimientos de seguridad y comprensión nos hace más optimistas, porque tendemos a observar y juzgar desde una perspectiva más positiva. No saber cuidar las relaciones sociales puede ser tan perjudicial como no hacer deporte, ser alcohólico o fumar quince cigarrillos al día.
"Nuestras creencias sobre lo que somos y lo que podemos ser determinan exactamente en lo que podemos llegar a ser"
-Anthony Robbins-
¿Por qué nos abruma el pesimismo cuando miramos el mundo?
En comparación con épocas pasadas, actualmente vivimos mejor que nunca, los datos lo demuestran. Sin embargo, la inclinación protectora del cerebro nos lleva a prestar más atención a las noticias que pueden suponer una amenaza, haciéndonos vivir constantemente en estado de alerta.
Vivimos en la era de la menor violencia de la humanidad, la pobreza se ha reducido significativamente, la población mundial vive cada día más, el mundo en general se ha vuelto más democrático. Sin embargo, a menudo escuchamos expresiones que presentan un mundo en continuo deterioro: “ya no es lo que era” o “antes vivíamos mucho mejor”. Pero como hemos visto, las estadísticas nos presentan un escenario muy diferente.
¿A qué se debe esta disonancia entre la situación actual del mundo y el estado global de pesimismo sobre la evolución del planeta? Steven Pinker, profesor de la Universidad de Harvard, resume y explica la razón principal detrás de esta distorsión: el filtro pesimista puede ser extremadamente fuerte e insistente.
Nuestros cerebros están programados para identificar y sacar a la luz los peligros para nuestra conciencia., y las noticias negativas pueden poner en riesgo nuestra calidad de vida. Las buenas noticias, por otro lado, difícilmente pueden convertirse en una amenaza. Esta es una de las razones por las que se le da más importancia a las noticias negativas, y también explica por qué generalmente tienen un mayor impacto en nuestra memoria.
“El pesimismo es un juego seguro. De esta manera no puedes perder nada, solo puedes ganar. Es el único punto de vista en el que nunca te sentirás decepcionado"
-Thomas Hardy-
¿Por qué somos más optimistas cuando miramos a nuestros seres queridos?
La clave para explicar nuestro optimismo al mirar a nuestros seres queridos, aquellas personas que voluntariamente hemos elegido para compartir nuestras vicisitudes personales, consiste en ser agradecido. El secreto es poder estar agradecidos por lo que hacen por nosotros, sin que tenga que ser algo extraordinario o que "damos por hecho".
¿Tenemos en cuenta cuántas personas contribuyen a hacer posible nuestro día a día? ¿Tenemos en cuenta la importancia de las emociones que recibimos de nuestras relaciones?
No podemos negar que tenemos que estar inmensamente agradecidos con una infinidad de personas que hacen posible el fluir de nuestra vida, que nos permiten disfrutar de nuestro aquí y ahora. Y para expresarlo, es necesario ser consciente de las cosas bonitas y positivas que nos rodean.
"Soy optimista. No parece servir de nada ser otra cosa”
-Winston S. Churchill-