Última actualización: 15 de diciembre de 2015
No hay falta de tiempo, sino falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, el amanecer se convierte en día, el martes se convierte en sábado y un momento se convierte en oportunidad.
Los que esperan mucho se desilusionan y sufren. La verdad es que la falta de interés duele, y mucho. Va más allá de la decepción, son crueles punzadas de dolor en el estómago, como si algo dentro nos estuviera desgarrando el alma.
Lo cierto es que tanto el tiempo como las heridas nos cambian, haciéndonos indiferentes a lo que hoy nos gustaba. Sin embargo, esto no justifica la falta de sinceridad o comprensión con los demás.
Aceptar la falsedad del tiempo vivido
La falsedad y la hipocresía son tan escurridizas que muchas veces las encontramos en el rincón donde menos esperábamos verlas. Normalmente la esperanza de que alguien sea lo que creemos nos tranquiliza, pero en cambio debemos estar atentos.
Lo cierto es que abundan las personas con segundas intenciones y muchas veces nos cuesta abrir los ojos. Esto sucede porque no queremos creer que alguien a quien consideramos tan indispensable en nuestra vida no esté siendo sincero.
Las personas falsas o interesadas son aquellas que lo quieren todo y que, cuando les pides explicaciones, se irritan y tratan de evitar la confrontación.
Dale tu ausencia a quien no te valora
A veces perdemos el tiempo insistiendo en ver a alguien que no hace nada por conocernos y forzando situaciones que creamos necesarias. Solemos caer en el error de mirar sin permitir que nos busquen, lo que al final resulta en un maltrato a nuestra dignidad.
Cuando nos damos cuenta, algo se rompe en nuestro interior y nos inunda una ola de decepción, miedo y tristeza. En ese momento nos damos cuenta de que no podemos esperar a quien no quiere ser esperado.
Comienza entonces un duro proceso de protección lo que nos exige llenar nuestra vida de comprensión y prohibir la entrada a todas las personas que nos han hecho daño y se han comportado de manera interesada.
Rodéate de personas que te gusten y te hagan feliz
Comprométete a llevar adelante los valores que te son fundamentales, Disfrute de la sensibilidad, la bondad, el respeto, la humildad, la confianza, la fe, la gratitud, la sabiduría, la sinceridad, el amor, la amistad y el cariño.
Mantén cerca de ti la mejor realidad que conoces, deshazte de lo vil y cruel y cuídate de las personas tóxicas, busca tu oxígeno, cuenta hasta tres y respira. Siente las bocanadas de aire psicológico y saluda a tus emociones.
Rodéate de personas que te hagan sentir que el mundo es un lugar en el que vale la pena vivir y que tu caparazón está contigo solo para protegerte durante los días de lluvia. Rechaza a todos aquellos que te hacen sentir despreciado y que no te dan un momento a menos que se lo pidas.
