Nuestros esfuerzos no siempre son reconocidos

Nuestros esfuerzos no siempre son reconocidos

Nuestros esfuerzos no siempre son reconocidos

Última actualización: 05 2015 noviembre

Nos movemos en un mundo donde a veces lo rutinario nos pesa como si fuera una obligación. Unos más y otros menos, todos hemos experimentado al menos una vez en la vida esa sensación en la que aunque estamos haciendo algo por puro deseo, nos parece más bien una imposición.

Suelen obligarnos (y obligarnos) a hacer algo sin necesidad de ser demasiado explícitos. Es decir, que de alguna manera siempre acabamos dando a entender lo que los demás esperan de nosotros y que es nuestro deber llevar a cabo.



En cualquier caso, lo cierto es que muchas veces cuando damos lo mejor de nosotros, nuestro esfuerzo termina sin ser reconocido. Esto contrasta, por otro lado, con lo que les sucede a quienes hacen poco pero se les atribuye mucho más de lo que realmente merecen.

La importancia de reconocer el valor de uno

 

Cada uno es libre de establecer un valor alto o bajo para sí mismo, y nadie vale nada sino por lo que reclama; por lo tanto, puedes atribuirte el estatus de hombre libre o de esclavo: esto depende de ti.

Epicteto

 

 Hay personas que, aunque solemos darles todo lo que tenemos, nunca se sienten satisfechas. Sin embargo, cuando finalmente dejamos de darles lo que creen que necesitan, o si son ellos quienes tienen esta percepción, nos acusan de ser egoístas y nos culpan por no preocuparnos por ellos.

Desde este punto de vista, es necesario resaltar cómo este tipo de hábitos no siempre se basan únicamente en el egoísmo. A veces están determinados por la confusión o la incapacidad de dedicarse al otro.



 

Nunca debemos olvidar que dar todo de uno mismo puede crear un desequilibrio en la otra persona, que puede sentir que no está a la altura. Esto a veces lleva a que las personas se enojen, se vayan o no sepan cómo actuar.

 

Pase lo que pase entonces, lo importante es comportarse de forma mesurada sin dar demasiado a los demás. Como hemos señalado, somos nosotros mismos los que, de alguna manera, establecemos nuestro valor, por lo que será conveniente que tomemos todas las precauciones necesarias antes de entregarnos a los demás.

Cómo afirmarse a sí mismo

 

Deshazte de los que dudan de ti, átate a los que te aprecian, libérate de los que se interponen en tu camino y ama a los que te toleran.

Paulo Coelho

 

Para ser libre hay que saber librarse del egoísmo al que estamos sometidos. Si una persona a la que respetamos espera demasiado de nosotros, no estamos obligados a hacerlo.

En primo del local, olvidemos el tópico de que el sacrificio nos hace mejores o más valientes. Este tipo de actitud lleva al hombre a despreciar y descuidar una parte física y emocional de sí mismo, parte fundamental para ser feliz.

Por otro lado, es bueno tener en cuenta que las personas que intencionalmente nos lastiman y nos exigen algo no merecen tenernos a su lado, ni que les dediquemos nuestro tiempo. En otras palabras, hay que dejar de "soportar" todo esto, y abrir las puertas a las despedidas. Tener éxito nos hará más fuertes.


Es natural que si analizas el problema con claridad, te sientas herido o incómodo. En estos casos, es recomendable mantener la concentración en ser constructivos, sin dañar a los demás, pero ante todo a nosotros mismos.


Toda persona tiene derecho a ser apreciada y respetada

Para deshacerse de quienes abusan de usted, comience poco a poco, para que pueda comunicar sus necesidades sin sentirse culpable por renunciar a satisfacer las de los demás. Para ello no es necesario ser agresivo, sino persistente y decidido.


Así que habla en primera persona, y comienza los diálogos de confrontación usando frases como “Hay situaciones que me hacen sentir poco respetado…” en lugar de “No me sabes apreciar”.


Trabajar estos sentimientos nos lleva a valorarnos primero a nosotros mismos, para que los demás hagan lo mismo. Esto nos ayudará a rechazar todas aquellas peticiones invasivas que no nos aportan ningún beneficio: de hecho tendremos ideas claras sobre lo que nos hace sentir bien, y lo que nos hace sentir mal.

 

Ten presente que tienes derecho a sentirte respetado, y que debes esforzarte para que nadie te prive de la conciencia de lo que vales y del reconocimiento que mereces.

 

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