La pérdida del amor no suele ocurrir sin previo aviso, va acompañada de señales de advertencia. Ocurre que a veces no prestamos suficiente atención a las señales de que la relación se está agotando, ya sea porque llevamos vidas demasiado ocupadas, porque asumimos que el amor durará toda la vida o simplemente porque nos aterroriza reconocer que el la relación no tiene futuro.
Si bien nos gusta creer que el amor es para toda la vida, un mito muy popular que ha alimentado tanto el séptimo arte como la literatura romántica, lo cierto es que el enamoramiento, la pasión y el deseo de estar juntos pueden tener fecha de caducidad, especialmente en estos tiempos. cuando las relaciones líquidas están a la orden del día.
Algunos psicólogos dicen que la pérdida del amor en la pareja comienza en un período que va desde los seis meses hasta los dos años posteriores al inicio de la relación. Por supuesto, no significa que las personas no se amen, sino que pasan a otra etapa en la vida de una pareja.
La buena noticia es que no todo el mundo comparte esa idea: algunos psicólogos creen que el amor también puede mejorar con los años, como un buen vino. Pero para que esto suceda, la pareja debe hacer un esfuerzo para alimentar la llama.
Los principales síntomas del fin del amor.
Cuando los conflictos se convierten en pan de cada día, tu pareja te irrita más de lo habitual, el deseo sexual ha desaparecido y las caricias y detalles se hacen evidentes por su ausencia, es probable que el fin del amor ya se haya asentado en la relación. Si quieres salvar la relación, es fundamental actuar antes de llegar a ese punto. Por eso es tan importante aprender a reconocer los primeros signos de una pérdida de amor.
- Pérdida de alegría que significa estar juntos
Cuando estamos enamorados queremos pasar tiempo en pareja porque la relación nos hace sentir cómodos y felices. Cuando los encuentros se vuelven más esporádicos o los sentimientos positivos que generaban desaparecen, es probable que la persona ya no despierte los mismos sentimientos positivos. En los casos más extremos incluso podemos perder las ganas de estar cerca de él, por lo que podemos inventarnos excusas para evitar los encuentros más íntimos.
- Ausencia de actos de cariño, elogios y detalles.
El amor no solo se siente, también se demuestra. Por tanto, uno de los principales síntomas del desenamoramiento es la disminución de las expresiones de afecto. Cuando la pareja ya no nos importa mucho, las caricias cotidianas espontáneas y los pequeños detalles que hacen la vida mejor y más placentera desaparecen. Se pierden la risa y la complicidad. Las manifestaciones de amor son reemplazadas por expresiones de aburrimiento, apatía o indiferencia.
- Reducción de proyectos conjuntos
Cuando una pareja se ama, es normal que tengan proyectos en común porque ambos comparten cada vez más actividades, intereses y metas en la vida. Por tanto, una señal de perder el amor es que las agendas se dividan, de modo que la otra persona cada vez tiene menos espacio en nuestra vida. En estos casos, el espacio individual acaba imponiéndose sobre los espacios compartidos y los proyectos comunes se desvanecen hasta desaparecer.
- Empobrecimiento de la comunicación
No todos tenemos las mismas habilidades comunicativas, pero cuando hay amor siempre tratamos de lograr la comprensión. Nos damos por vencidos para llegar a un punto intermedio que permita que la relación funcione. Cuando el amor se acaba, aparecen problemas de comunicación, tanto porque hay más recriminaciones y discusiones, muchas veces por motivos triviales, como porque la comunicación está tan empobrecida que prácticamente se reduce a monosílabos. En el último caso, es probable que la pareja esté junta pero ausente porque solo comparten presencia física.
- Intolerancia hacia el comportamiento del otro
Uno de los síntomas más duros de la pérdida del amor es la aversión que puede provocar la pareja. Cuando sintamos que ya no tenemos nada en común con el otro, dejaremos de mirarlo a través del prisma del amor y comenzaremos a verlo a través de lentes grises, para que todos sus defectos y errores crezcan y se vuelvan insoportables en nuestro. ojos. Desarrollamos la intolerancia hacia los errores del otro, incluso los más irrelevantes, que rápidamente se convierten en fuente de enfado o disgusto y terminan generando discusiones.
- Fantasías de infidelidad
Básicamente, la falta de amor se debe a que la relación de pareja ya no satisface adecuadamente las necesidades de al menos uno de los miembros. Por tanto, no es de extrañar que a la disminución de las fantasías placenteras con la pareja le sigan las fantasías con otra persona. Si sentimos un sentimiento de desamor, lo normal es que empecemos a mirar más a los demás, a encontrarnos con otras personas más atractivas y, en algunos casos, incluso podemos llegar hasta la infidelidad.
- Pérdida del deseo sexual
Uno de los signos más evidentes de desamor es la separación física de la pareja. No solo desaparece el deseo por el otro, sino también la necesidad de intimidad y cercanía física que une corazones. En otros casos, la esfera sexual se vuelve simplemente monótona y desprovista de estímulos. Los besos y las caricias no desaparecen sino que se convierten en actos automáticos que poco significan para el otro.
Cabe aclarar que la ausencia de expresiones de afecto o la pérdida del deseo sexual no siempre son síntomas de pérdida del amor. En algunos casos, el estrés, la tristeza patológica, la existencia de algún trastorno emocional o una etapa particularmente difícil de la vida llevan a la omisión de gestos de afecto o interés sexual, sin que ello implique necesariamente que se esté comenzando a terminar. 'Amor.
Las etapas de la pérdida del amor, un proceso complejo
La pérdida del amor no suele suceder de la noche a la mañana. Por lo general, es un proceso gradual en el que pierde interés en la otra persona y en la relación.
La primera fase suele ser la perdida de pasion. Los novios están juntos, pero comienzan a sentir que nada es igual que antes, han perdido su llama y emoción inicial cuando están juntos. En este punto, la relación se vuelve más monótona.
En la segunda fase del desamor, el el compromiso con la relación comienza a colapsar. Una de las personas se distancia, por lo que la relación comienza a debilitarse emocionalmente. En este punto, la pareja comienza a llevar una vida cada vez más separada.
En la última fase del desamor aparece el decepción. Las imperfecciones del otro se hacen más visibles y algunas de sus características o comportamientos se vuelven incompatibles e intolerables. Lo que antes era positivo se vuelve negativo y la sensación de que la relación no tiene futuro se fortalece porque es muy difícil recuperar la ilusión.
Es importante señalar que muchas veces este proceso no ocurre de forma lineal. En algunos casos, puede alternar fases de amor y períodos de desafección. En estas circunstancias, la pareja es amada y desairada al mismo tiempo, por lo que podríamos definir como "desafecto incompleto”Que es producto de la ambivalencia de los sentimientos.
¿Es posible revertir el desamor?
Estar enamorado no es lo mismo que amar. Enamorarse es un proceso profundamente mediado por la química cerebral porque se liberan una gran cantidad de hormonas, como la oxitocina y la vasopresina, que son las principales responsables de la sensación de tener mariposas en el estómago, nos sentimos en las nubes o creemos que el 'otra persona es perfecta. El amor, en cambio, es un sentimiento más profundo y sólido basado en una imagen más realista del otro y de la relación.
Esto significa que las reacciones químicas que experimentamos al principio del enamoramiento pueden desaparecer. Es en ese preciso momento cuando entra en juego el amor. Por lo tanto, cuando el enamoramiento desaparece, podemos contraatacar alimentando un amor más maduro que nos permita redescubrirnos, de verdad, y aceptar al otro por lo que es, con sus virtudes y defectos.
Sin embargo, para lograrlo, debemos comprometernos con el informe y estar convencidos de que vale la pena. Si hemos perdido completamente la ilusión, nos sentimos decepcionados o simplemente decidimos que eso no es lo que queremos, el descontento no desaparecerá.
Debemos estar preparados para entender cuándo termina el amor y saber determinar si es una crisis de pareja o una ruptura definitiva. Negarnos a reconocer que hemos dejado de amar a una persona o que ha dejado de amarnos no detendrá el proceso de perder el amor, sino que solo prolongará la agonía provocando problemas más graves de los que será más difícil recuperarse.
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