Última actualización: 15 de diciembre de 2017
¿Habéis pensado alguna vez en lo rápido que se forma la imagen de quien tenemos frente a nosotros, lo rápido que pasamos de lo que vemos a lo que intuimos? ¿Has notado que el cerebro funciona casi automáticamente para perfilar a quienes nos rodean? Precisamente estos mecanismos definen la llamada primera impresión de quien conocemos.
Un estudio de Bert Decker confirma que en dos segundos se forma una primera impresión en el cerebro sobre las personas que conocemos. En estos primeros momentos el cerebro produce el 50% de la imagen y será en los siguientes cuando completará el resto de su idea sobre la persona. A partir de este momento, la imagen mental creada determinará nuestra interacción con el sujeto, pues tendremos tendencia a confirmarla.
y considera un ejemplo sencillo para ilustrar lo dicho. Imaginemos que nuestra primera impresión de un recién conocido es la de un individuo amable. Si pensamos así, lo más probable es que nosotros también seamos amables a nuestra vez, y así la otra persona seguirá siendo amable también, o, si no, puede que comience a comportarse de esa manera. Entre los diversos factores, este es uno de los principales que dificultan cambiar una primera impresión: nos comportamos con los demás en función de esa primera imagen.
Comprender cómo se forma la primera impresión es fascinante: el cerebro actúa inconscientemente e ingresa muchos datos a pesar de que no los tiene. Así lo explica un estudio realizado por la psicóloga Nalini Ambady. Gracias a este experimento se comprobó que para un grupo de alumnos bastaba con ver un vídeo en el que aparecía un profesor durante 10 segundos para hacerse una primera impresión del profesor. Eso no es todo, porque esa primera impresión, en promedio, difería muy poco de la de los estudiantes que realmente habían asistido a las clases del maestro durante un semestre completo. Esto nos muestra qué tan rápido es nuestro cerebro para crear una imagen completa de lo que vemos.
De esto podemos deducir la importancia de nuestro lenguaje corporal y nuestra apariencia externa. La forma en que nos presentamos o mostramos en un principio será parte de la imagen que los demás tengan de nosotros.
"No hay una segunda oportunidad para una primera impresión"
-Oscar Salvaje-
Primera impresión: ¿cómo afectan a la sociedad y la cultura?
Estamos influenciados, consciente e inconscientemente, por la sociedad y la cultura.. Lo que nos rodea y nuestra historia de convivencia condicionan esta primera impresión que guardamos en nuestro cerebro. A veces incluso sin haberlo tramitado. Y luego actuamos en consecuencia, casi sin darnos cuenta.
La sociedad nos dice cómo vestir, actuar, hablar… Y codificamos muchos de los parámetros que forman parte de esa primera impresión en este sentido: notamos si se corresponden con lo que aprueba la empresa (que puede coincidir o no con lo que aprobamos o no aprobamos). Es probable que aquellos que no encajan en este patrón sean los que más llamen nuestra atención, y este será un aspecto que destacará en la primera impresión. Por lo tanto, será una codificación más rápida.
Gran parte de este proceso es inconsciente, lo hacemos sin darnos cuenta. Todo ello dificulta influir directamente en el proceso. Sin embargo, lo que podemos hacer es ser cautelosos al evaluar la confiabilidad de las imágenes, confiar en ellas lo suficiente y estar abiertos a cambiarlas. Será beneficioso para nosotros, porque mejorará la calidad de nuestras nuevas relaciones.
No somos solo una primera impresión, no somos solo una imagen externa: cada uno de nosotros tiene mucho dentro y merecemos que alguien se tome el tiempo de conocernos. Como hemos visto, no nos equivocamos mucho con la primera impresión cuando la comparamos con la impresión que tenemos al cabo de un par de meses.
Pero ojo, esto pasa con relaciones que no son muy estrechas, como la que existe entre un profesor y un alumno. Con relaciones más profundas, la primera imagen finalmente sufre muchos cambios., tanto porque nos equivocamos al formarlo como porque el otro cambia.
¿Nuestras primeras impresiones son acertadas?
Los estudios muestran que, en general, somos bastante buenos para causar primeras impresiones.. En unos segundos es posible deducir información que el otro no nos da, y adivinar.
Pero ¿por qué sucede esto? Debemos pensar que si por un lado la empresa traza un curso de acción, por otro somos capaces de engañar a nuestro interlocutor con bastante facilidad, mostrando que estamos dentro de los límites "normales" socialmente definidos. Es fácil crear una imagen positiva si sabemos de antemano lo que el otro querría encontrar en nosotros.
En cualquier caso, las primeras impresiones, aunque sean buenas, rara vez son precisas.. Su principal ventaja es que los necesitamos para crear expectativas o desarrollar planes de acción: por ejemplo, para que el otro tenga una buena impresión de nosotros. Lo malo es que hay en ellos presuposiciones que muchas veces alejan la posibilidad de conocer realmente a la otra persona.