Prospecticida: ¿sois víctimas de él?

Prospecticida: ¿sois víctimas de él?

El prospecticidio es una técnica de manipulación que tiene como objetivo mantener a otra persona completamente bajo el control de uno. Es típico de las sectas. ¡Descubre en qué consiste!

Prospecticida: ¿sois víctimas de él?

Última actualización: 18 de mayo de 2022

La manipulación es el resultado de una serie de estrategias que pretenden condicionar la conducta del otro sin que éste sea consciente de ello. Está íntimamente relacionado con el concepto del ser humano como objeto a manipular. En este artículo hablamos de una de las técnicas de manipulación más extremas, el llamado prospecticida.. ¿En qué consiste exactamente, cómo funciona y cómo nos damos cuenta de que somos víctimas de ella?



¿Qué es el prospecticida?

Se trata sin duda de un neologismo, aunque el término se ha utilizado durante mucho tiempo para referirse a lavado de cerebro prisioneros de guerra. También se utiliza para explicar los mecanismos psicológicos que llevan a una persona a caer en las redes de una secta.

Una de las consecuencias del prospecticidio es, de hecho, la pérdida de perspectiva; llegamos a desarrollar la convicción de que no tenemos derecho a un punto de vista ni a una opinión, porque no estamos a la altura. A través de este proceso, podemos perder nuestro punto de vista e incluso olvidar nuestras creencias.

Al hacerlo, terminamos abrazando las ideas, ideales o metas de la persona que intenta dominarnos.. En la raíz hay una renuncia a nuestros deseos, necesidades, incluso la pérdida de la identidad personal o el sentimiento del ego.

¿Cuál es el mecanismo del prospecticida?

El fenómeno del prospecticida implica una relación tóxica, de control, dominación y manipulación de un sujeto a otro (oa un grupo). Con el tiempo, la víctima termina cambiando su forma de pensar y actuar, influenciada o incluso dominada por la persona que tiene poder sobre ella. El manipulador se convierte en el referente del sumiso: decide lo que debe pensar o hacer y, por supuesto, lleva las riendas de la relación.



Como podemos ver, no es una influencia mutua o bidireccional, en el que ambas partes ejercen un papel o dominio. En este caso la relación es unidireccional y de sumisión, control y dominación. En otras palabras, por un lado está el manipulador, por otro la víctima o sujeto sumiso.

El mundo de la víctima se encoge.

El manipulador, de forma progresiva, realiza un "lavado de cerebro" a la víctima, hasta que pierde por completo su identidad. La persona sumisa pierde la capacidad de decidir porque el manipulador estrecha poco a poco su mundo.

De esta forma, la víctima se encuentra en una realidad cada vez más reducida, dirigida al mundo del otro. ¿Cuáles son las consecuencias? La persona no puede recibir apoyo, ayuda o retroalimentación de las personas que la rodean, y se encuentra cada vez más aislada.

En última instancia, sus seres queridos no pueden alertarla del peligro en el que se encuentra. Lo que hace el manipulador es imponer su propia cosmovisión, sus propias ideas, y esto tiene un efecto significativo en la forma en que la víctima percibe la realidad.

Estrategias prospectivas

El prospecticidio puede estar presente tanto en las relaciones de pareja y amigos, en la familia y, por supuesto, en las sectas. Algunas de las estrategias o acciones que utiliza el manipulador son las siguientes:

  • Controlar obsesivamente a la víctima.
  • Establecer los términos y "reglas" de la relación.
  • Decidir cómo la víctima debe pasar su tiempo (y con quién).
  • Alterando el concepto que la víctima tiene de sí misma e incluso su forma de ser.

¿Eres víctima de prospecticida?

¿Tienes la duda de ser objeto de prospecticida? Aquí hay algunos signos que pueden ser alarmantes:



  • Te sientes cada vez más inseguro de tus decisiones.
  • Tienes la sensación de que estás perdiendo puntos de referencia.
  • Te sientes incapaz de alcanzar tus metas por tu cuenta.
  • Empiezas a dudar de tus opiniones y habilidades.

Para determinar si este proceso está en curso, es necesario escuchar estos “síntomas” o campanas de alarma en la base de la manipulación. Es decir, surgen como consecuencia de la interacción con la otra persona, no están presentes fuera de la relación.


Si te sientes en esta situación o crees que alguien te está manipulando, toma distancia y busca ayuda. No es fácil escapar de las garras de un manipulador, pero identificar las señales y tomar conciencia de lo que te está pasando es el primer paso.

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