Última actualización: 16 octubre, 2017
La codependencia emocional presupone una dependencia de la dependencia del otro, lo que puede darse en las relaciones de pareja y familiares, por ejemplo entre madre e hija.
Independientemente del contexto, por lo tanto, en las relaciones codependientes, las personas dependientes sienten que necesitan que la otra persona viva de la misma manera que necesitan un corazón. Es una dependencia psicológica en la que la parte emocional sufre fuertes implicaciones.
En este sentido, la codependencia va mucho más allá del simple deseo de estar al lado de alguien. Tiene que ver con el pensamiento de que el otro es fundamental o insustituible para sentirse bien. Su presencia es una condición necesaria. Es una necesidad que debe ser satisfecha en cualquier camino hacia la felicidad, por particular y específico que sea.
La dependencia emocional muy a menudo va de la mano de actitudes de celos, manipulación o posesión de la persona amada, lo que conduce al hastío de la persona amada, que acaba cerrando la relación cumpliendo con las creencias irracionales de la persona dependiente. Equivale a pensar "sin ti no soy nada".
En otros casos, no sólo un miembro de la pareja está vinculado al otro, ambos son dependientes, pero de diferentes maneras. Esto conduce a la llamada codependencia emocional. En una relación codependiente hay un miembro dependiente, cuya felicidad depende de la presencia de la pareja. El otro miembro, también dependiente, pero dependiente del socio.
¿Codependencia emocional o altruismo?
Para explicarlo mejor, la persona adicta necesita a su pareja y la persona codependiente necesita proteger, cuidar y cuidar el bienestar de su pareja. Es cierto que hacer gestos de atención hacia la pareja es necesario para mantener sana la relación, pero solo de forma desinteresada, por el bien de esta persona y no para alimentar una adicción.
Las conductas que resultan de la codependencia emocional tienen como único efecto fortalecer la dependencia entre las dos personas y llenar vacíos internos que no fueron adecuadamente satisfechos en la infancia.
Es como velar por la seguridad del compañero, sobreprotegerlo o cuidarlo como si no tuviera los medios para hacerlo por sí mismo, de alguna manera fortaleció a la pareja codependiente y la autoestima de la persona. Este comportamiento también representa el agua que apaga la sed del empleado, ya que las piezas del rompecabezas encajan perfectamente y con frecuencia refuerzan la adicción.
Así se crea un círculo vicioso tóxico dentro de la relación: la felicidad de uno depende del otro y la felicidad de este último depende de la necesidad de vincularse con el otro. Puede sonar extraño, pero los estudios nos dicen que así es como se forman o sobreviven algunas parejas.
¿Cuál es el resultado final de esta dinámica? El compañero codependiente nunca experimenta una relación sana y satisfactoria, porque el sufrimiento y el sentimiento de vacío se convierten en los protagonistas de la relación. En el caso menos frecuente de que la relación se prolongue en el tiempo, ambas partes se encuentran en un malestar muy intenso, al perder su propia identidad.
Síntomas y características de la codependencia emocional
Si bien la persona que brinda protección a la otra puede parecer fuerte, en realidad no lo es. En el cuidado de su pareja encuentra la única manera de cuidar su propia autoestima. Si quieres saber más específicamente sobre los síntomas de la codependencia emocional, sigue leyendo.
La autoestima brilla por su misma ausencia.
Como ya se ha comentado, las personas codependientes suelen disfrutar de una baja autoestima, un vacío que intentan llenar con el sentimiento de ser útiles, tan importantes para los demás, en este caso su pareja.
En muchos casos esta carencia surge de un modelo de apego ansioso con los principales referentes de la infancia. Probablemente estas personas solo fueron recompensadas cuando hicieron algo por estas figuras. Y así aprendieron que su valor sólo dependía de lo que fueran capaces de hacer por los demás.
Intentas controlar a la otra persona.
Dado que la autoestima depende de si el otro nos necesita, tendemos a utilizar la manipulación y el control como herramientas para que la “víctima” no se escape. En otras palabras, para sentirse importante y útil es necesario mantener las conductas adictivas de la pareja, que solo se puede asegurar comprobándolo.
Otra estrategia común para mantener la adicción de una pareja es socavar su autoestima. Eso sí, hacerlo sentir incapaz o inútil, para que necesite que alguien corra a salvarlo. Y es en este punto que aparece la otra persona, aparentemente de forma desinteresada y sacrificándose.
Se teme la independencia de la pareja
Cuando un codependiente se da cuenta de que la otra persona ha tomado una iniciativa más independiente de lo habitual, como tomar una decisión por su cuenta, entra en pánico e intenta resolver la situación. No es raro que abandonen lo que estaba haciendo para "ayudar" a la otra persona y mantener su papel de protector.
El codependiente tiene miedo de que su pareja se las arregle solo y se da cuenta de que realmente no necesita la ayuda de nadie o que otras personas pueden ayudarlo.
Obsesión con la pareja
En la cabeza de una persona codependiente, la pareja está bajo supervisión constante. Por ello, se obsesiona, acaba por perderse a sí misma y piensa que hacerle la vida más fácil a su pareja es la única misión a través de la cual obtener bienestar. si comete un error en ese sentido, apenas lo perdona y se siente abrumado por la frustración.
Excesiva necesidad de aprobación.
La aprobación de los demás es un deseo universal y en muchos casos una fuente de información válida para evaluar nuestras acciones. Sin embargo, cuando nuestra autoestima depende totalmente de los juicios que los demás puedan hacer sobre nosotros, entonces tenemos un problema. Las personas codependientes tienen una gran necesidad de aprobación que tratan de ocultar. ¿Y quién mejor que la persona dependiente puede dar su aprobación inmediata?
Sentirse responsable de las emociones de la pareja.
Aunque sabemos que las emociones de los demás no nos pertenecen, muy a menudo nos sentimos responsables de cómo se sienten los demás. No es extraño, nos criaron de esta manera. “No hagas enojar a papá”, “Si lo haces, mamá se pondrá triste”.
Sin embargo, en las personas codependientes este pensamiento es mucho más marcado: creen que la otra persona es buena o mala en función de cómo se comportó. Así, en muchos casos terminan asumiendo responsabilidades que no les corresponden o asumiendo la culpa de algo que nunca estuvo en su poder.
regañar a la pareja
Necesitan sentirse útiles ayudando a su pareja oa otra persona adicta a ellos. Sin embargo, cuando esta persona hace algo que la contradice, tienden a culparla o regañarla, por lo que experimenta sentimientos negativos y cambia su comportamiento. En este sentido, expresiones como: “Con todo lo que hago por ti, me lo devuelves así”, “No sabes cuánto me sacrifico por ti”, “Dejé todo por hacerte feliz”, etc. son expresiones comunes.
¿Te has identificado con alguna de estas actitudes? Por sorprendente que pueda parecer, la codependencia emocional en una pareja es mucho más común de lo que uno podría pensar. Si te has identificado, analiza la situación, dale una oportunidad a tu autoestima y tener el coraje de vivir una relación sana.