Reconocer una verdadera amistad.

Reconocer una verdadera amistad.

La amistad puede enriquecernos mucho, pero también puede perjudicarnos gravemente si no sabemos reconocer los lazos dañinos. Los que están cerca de nosotros no siempre nos hacen bien ya veces la única solución es alejarnos.

Reconocer una verdadera amistad.

Última actualización: 28 de diciembre de 2022

¿Alguna vez te has preguntado si la amistad que tienes con alguien es realmente positiva? ¿Alguna vez te has preguntado si eres demasiado exigente o si, en realidad, el comportamiento de la otra persona es tóxico y dañino? Aceptar que ha llegado el momento de terminar una relación importante nunca es fácil. Nos gustaría ayudarte, por tanto, a reconocer una verdadera amistad.



Somos seres sociales por naturaleza, por lo que establecer y mantener vínculos significativos y profundos, como la amistad, puede ofrecernos tremendos beneficios. Sin embargo, no todas las amistades son positivas; algunos pueden dañarnos seriamente.

Aún así, no es fácil reconocer una amistad tóxica, y mucho menos actuar en consecuencia. Con frecuencia mantenemos amistades dañinas por inercia, por respeto a los años compartidos o por miedo. También podemos justificar inexorablemente los comportamientos del otro para no tener que acabar con esa amistad. Las siguientes pautas pueden ayudarnos a arrojar algo de luz sobre esto.

Cómo reconocer una verdadera amistad

Mutual

La reciprocidad es un elemento esencial en cualquier relación humana. Cuando nos vinculamos emocionalmente con alguien, es importante dar y recibir al mismo nivel, o al menos en proporciones similares. Si esto no sucede, surgen relaciones desequilibradas en las que un lado parece tener poder sobre el otro.

Si en una amistad sois los únicos que invertís tiempo, energía y recursos en la relación, ten cuidado. Todos tenemos ocupaciones y obligaciones personales, y no es saludable exigir disponibilidad absoluta a quienes nos rodean. Sin embargo, cuando alguien nos demuestra repetidamente que nuestra amistad no es una prioridad, es posible que debamos reevaluar la relación.



Justa

Con el tiempo, cambiamos y nos convertimos en parte de diferentes entornos a medida que cambian nuestras circunstancias de vida. Podemos crear nuevas conexiones en muchos contextos, pero este no implica que debamos ignorar a quienes antes formaban parte de nuestra vida.

Hay personas que dejan de nutrir y cultivar una amistad cuando encuentran otra que les parece mejor o les llena en ese momento. Asimismo, cuando la nueva amistad no sale como se esperaba o las circunstancias cambian, vuelven a buscar viejos amigos. Si eres víctima de este comportamiento por parte de un amigo, no debes tener miedo de poner límites.

de confianza

La confianza es la base de toda amistad; es el pilar sobre el que se funda la intimidad, confianza y apoyo mutuo. Cuando descubrimos que un amigo ha compartido con otros lo que le hemos revelado íntimamente, pensando que puede confiar ciegamente en nosotros, o que ha hablado mal de nosotros a nuestras espaldas o nos ha mentido, nuestra confianza se romperá irremediablemente. Pregúntate: ¿Vale la pena tener a alguien en tu vida en quien no puedas confiar?

Sana

Para reconocer una verdadera amistad, primero debemos evaluar si la relación es saludable. Esto implica, por un lado, que el vínculo está libre de manipulación, coerción y chantaje emocional. Un buen amigo nos quiere libres, respeta nuestros tiempos y nuestras decisiones y no trata de manipularnos.

Por otra parte, una relación sana no está manchada de envidia. En otras palabras, una amistad en la que ambas partes apoyen, estimulen y fomenten la consecución de objetivos personales. Si la otra persona intenta sabotearte, restar importancia a tus logros o tratar de convencerte de que no podrás lograr tus objetivos, debes alejarte.



Reconociendo una verdadera amistad, ¿qué hacer a continuación?

Si encuentras que un vínculo de amistad no satisface los puntos anteriores, piénsalo. Es importante ser asertivo y capaz de dialogar entre sí y hablar de la situación. Está permitido darle a la persona la oportunidad de cambiar su comportamiento, porque es posible que no haya sido consciente del daño que estaba causando.

Sin embargo, si estas actitudes tóxicas continúan después de expresar sus dudas, debemos priorizar nuestro bienestar personal y nuestra salud mental y emocional. Somos un reflejo de las personas con las que pasamos más tiempo, por lo que debemos tener cuidado con las personas con las que elegimos estar.


Puede ser difícil terminar una vieja amistad, pero si hemos abierto los ojos a algunos aspectos que antes no podíamos percibir, no debemos sentirnos culpables por cuidar nuestro espacio.

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