Recuperar el buen humor después de un período difícil

Recuperar el buen humor después de un período difícil

Para recuperar el buen humor luego de una experiencia difícil, podemos implementar diversas estrategias que nos ayuden a digerir lo sucedido. De lo contrario, el sedimento emocional de estas vicisitudes puede hacernos hundir.

Recuperar el buen humor después de un período difícil

Última actualización: 28 de enero de 2021

Todos tenemos períodos que, si bien no son traumáticos, nos molestan. Una discusión animada, ser víctima de una injusticia o situaciones similares. Dejan un eco que a veces se prolonga por horas y otras por días y semanas. Por lo tanto, es importante saber recuperar el buen humor después de una experiencia que nos ha tocado profundamente.



La desventaja es que después de estos períodos complicados a veces estamos tan abatidos o irritados que nuestro propio estado de ánimo se convierte en una fuente de nuevas dificultades. Al mismo tiempo, nos hace incapaces de apreciar todas las cosas bellas que suceden a nuestro alrededor o nos hace crear nuevos conflictos para deshacernos de ese exceso de vitalidad que queda dentro de nosotros.

También hay personas con conductas tóxicas que nos envenenan cuando entramos en contacto con ellas. Despiertan un estado de ánimo angustiado o dejan un sabor amargo en el alma. Tenemos que salir de estos estados lo antes posible. A continuación te presentamos tres estrategias útiles para recuperar el buen humor.

Mis pies son mi único medio de transporte, así que tengo que seguir adelante. Ah, pero en mi ausencia, todo irá bien.

-Bob Marley-

Estrategias para recuperar el buen humor

1. Aísla los negativos

Una situación o una persona que nos transmite negatividad nos contagia su pesimismo y mal humor. No lo notamos, pero la sensación de que todo anda mal se apodera de nosotros. Nos volvemos sensibles y difíciles de tratar. Sentimos el malestar, pero no podemos descifrarlo por completo.



Lo primero que hay que hacer para recuperar el buen humor en estos casos es reconocer qué nos provocó este malestar.. ¿Qué nos molestó más de ese período difícil? ¿Qué nos hace tan irritables y de mal genio? ¿Por qué nos persigue?

Responder a estas preguntas es un ejercicio muy importante por dos razones. El primero porque nos permite identificar con mayor precisión las causas de nuestro malestar. La segunda es porque, habiéndolos identificado, podemos aislarlos. Ya no sentimos que “todo anda mal”, sino que podemos visualizar la zona donde está el problema. Esto nos da tranquilidad y equilibrio.

2. Identificar los ecos de la angustia

A veces, después de un período aparentemente difícil, logramos recuperar el buen humor. En teoría, dejamos de pensar en lo que pasó y enfocamos nuestra atención en otra cosa. De esta manera, alejamos nuestra mente de la fuente de nuestro malestar. Tal vez sintamos malestar o tensión; sin embargo, si no ponemos nuestro pensamiento en ello, pronto perderá intensidad y nos acostumbraremos... hasta que finalmente desaparece.

Sin embargo, también es posible que días o semanas después, comenzamos a experimentar una sensación angustiosa. Según el psicoanálisis, “la ansiedad es un síntoma que no engaña”. Esto quiere decir que no aparece sin motivo y que cuando aparece indica que debemos poner en orden nuestra vida. Necesitamos procesar algunos sentimientos y emociones.

El surgimiento de esta angustia, por lo tanto, debe ser abordado como un llamado. Una alarma que nos recuerda que tenemos algunos asuntos pendientes. Los ecos de la angustia nos llevan a preguntarnos si acaso no estamos realmente ignorando las dificultades que enfrentamos.


3. Encuentra el equilibrio

La mejor forma de recuperar el buen humor es hacer algo que nos guste y retomar el control de nuestra vida, después de poder aislar los sentimientos y emociones negativas que nos dejó un período complicado. No debemos permitir que nada ni nadie arruine nuestro día. Es inevitable que tengamos que enfrentarnos a algunas situaciones desagradables que acaban con la felicidad de cualquier persona, pero no podemos dejar que tales experiencias se vuelvan crónicas.



Después de haber ordenado las ideas sobre lo sucedido, necesitamos dedicarnos a una actividad que nos haga sentir bien.. En este cajón hay muchas y variadas opciones: desde ir a comer un rico helado de paseo, charlar con alguien que nos cae bien o cualquier actividad que nos resulte estimulante y positiva. Todas estas son excelentes maneras de recuperar el equilibrio y superar los desafíos del malestar.


Mirar para otro lado o dejarnos invadir por la angustia, por mucho que lo intente, no son caminos que nos permitan encontrar la serenidad. Tomarse un momento para aclarar y aislar lo que nos atormenta es la elección más saludable. Después, hacer lo que nos gusta y luego volver a nuestra vida normal, pasando página con lo sucedido.

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