Para reducir las preocupaciones cotidianas, debe cambiar su forma de pensar y ver los eventos desde una perspectiva diferente.
Última actualización: 18 septiembre, 2020
Las preocupaciones nos asaltan desde primeras horas de la mañana, sobre todo cuando tenemos problemas pendientes por resolver. El ritmo de vida frenético en el que estamos inmersos muchas veces nos impide disfrutar de los momentos de calma en los que es posible observar lo que nos sucede desde otra perspectiva. No olvides que para reducir tus preocupaciones diarias necesitas cambiar tu forma de pensar.
En estos casos, de hecho, es importante abandonar la creencia de que la preocupación tiene un propósito positivo. Este no es siempre el caso. Cuando nos preocupamos, en realidad perdemos mucho tiempo pensando. Cuando nos damos cuenta de que preocuparse es una trampa mental, poco a poco logramos desactivar los pensamientos negativos y recuperar el control de nuestra mente.
Esto no quiere decir que no existan preocupaciones positivas que nos motiven a actuar y solucionar un problema. Por supuesto que sí. El problema ocurre cuando se vuelven recurrentes e incontrolables y en lugar de estimularnos, nos paralizan. Las preocupaciones también pueden afectar negativamente la salud emocional y física.
Estos son algunos consejos para reducir las preocupaciones cotidianas.
Meditar para reducir las preocupaciones cotidianas
La meditación es la práctica ideal para reducir las preocupaciones cotidianas, ya que ayuda a desconectar del ruido interno y externo, permitiéndonos cambiar de perspectiva. Centrarse en el presente permite interrumpir el ciclo interminable de preocupaciones sobre el pasado y el futuro.
Al mismo tiempo, la meditación también es una forma de observar cómo funciona nuestra mente y, en consecuencia, comprender los patrones de pensamiento más rígidos y negativos. Para ponerlo en práctica, solo necesitas encontrar un lugar cómodo y tranquilo y empezar a concentrarte en tu respiración.
La practica de la meditacion ayuda a reducir no solo las preocupaciones diarias, sino también los niveles de estrés y ansiedad.
Planifica momentos de preocupación
Una volte puede ser útil reservar unos minutos al día para las preocupaciones. Planificar el tiempo para dedicar tiempo a las preocupaciones es un ejercicio muy potente que te ayuda a gestionar mejor los pensamientos que agolpan tu cabeza.
Tenga en cuenta que dedicar un tiempo limitado a nuestras inquietudes también nos ayudará a ahorrar tiempo y dejar los problemas de lado, al menos hasta que necesitemos abordarlos.
La actividad física, el recurso ideal para reducir las preocupaciones diarias
El ejercicio nos ayuda a relajarnos, favorece el sueño, nos distrae de las preocupaciones cotidianas, aumenta la autoestima y nos hace sentir mejor.
Por otra parte, los beneficios son más notables cuando se practican regularmente. Las personas que hacen ejercicio con frecuencia tienen un menor riesgo de experimentar ansiedad que aquellas que no hacen nada de ejercicio.
Varios estudios también confirman que la actividad física ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el bienestar emocional y aumentar la energía. Además, esta práctica también juega un papel importante en el tratamiento de las personas que sufren de depresión.
Hable acerca de sus preocupaciones
Otra forma eficaz de reducir las preocupaciones cotidianas es hablalo con gente de confianza, capaz de escuchar sin juzgar, sin criticar y de prestar atención a lo que se dice sin distraerse.
Cuando la mente comienza a caer en la preocupación, es hora de hablar con un ser querido al respecto. Seguro que nos ayudará a para reducir los miedos, para ver lo que pasa desde otra perspectiva o simplemente nos sentiremos aliviados al saber que estamos siendo escuchados. De esta forma, las preocupaciones empezarán a perder importancia en nuestra mente.
Mantenerse enfocado en las preocupaciones alimenta el círculo vicioso del miedo y la ansiedad. Por lo tanto, es recomendable hablar de ello en voz alta. Además, cuando estás inmerso en un mar de preocupaciones, es mucho más difícil encontrar momentos de calma. La mayoría de las veces, lo que nos preocupa no sucede, o al menos no como lo imaginamos.
Es importante implementar estrategias que nos permitan cambiar de perspectiva y ver los hechos con otra perspectiva. Una manera de calmarse, buscar alternativas y encontrar soluciones.
"La catástrofe que temías resulta ser menos horrible en la realidad de lo que era en tu imaginación".
-Wayne W. Dyer-