En toda pareja hay relaciones de poder. Cuando hay que tomar decisiones, los deseos y las necesidades no siempre coinciden. Es en estos casos que se manifiesta el rol de pareja dentro de la relación.
Última actualización: 30 2022 noviembre
Las relaciones de poder dentro de la pareja provocan muchas discusiones.. Ambos socios quieren tener una posición dominante en uno o más temas. Muchas veces, el afán de superación no es consciente y la disputa que se crea es un fin en sí mismo. Las relaciones de poder pueden implicar muchos aspectos de la vida de pareja: el reparto de responsabilidades, la intimidad o la esfera sexual.
Sin embargo, las tensiones que pueden surgir no son necesariamente negativas. El problema surge cuando se adoptan estrategias impropias para obtener este poder o cuando quienes lo han obtenido no lo utilizan para el bien de la pareja o de la relación.
Puede parecer poco ético desde nuestra perspectiva moderna, pero no somos los únicos. Todos los miembros del reino animal se relacionan entre sí a través de dinámicas de poder.
La disputa de poder en la pareja
Las parejas son entidades dinámicas en las que se produce un constante intercambio recíproco. En toda relación amorosa (en particular) o social (en general) se pueden encontrar elementos como la persuasión o el dominio. Estos pueden ser indicadores de la lucha por el poder.
La distribución del poder dentro de la pareja puede ser compleja. Es sensible a los cambios, expectativas, deseos y necesidades de los individuos. También es cierto que, pasado un tiempo, se consigue una estabilidad que otorga a los socios un rol en el que se sienten cómodos. Uno tendrá voz en algunos momentos y el otro en otras ocasiones.
Dentro de una pareja, por ejemplo, el hombre podrá decidir a dónde ir de vacaciones mientras que la mujer elegirá el tipo de alojamiento y las visitas a realizar. En las parejas más establecidas es muy frecuente este intercambio de poderes. En él se explicitan las preferencias, pero también la conciencia de conocer al otro. Por ejemplo, la mujer puede tener amigos que ya han visitado el país elegido por su pareja y tener información sobre lugares interesantes para visitar.
Todo esto dificulta distinguir quién tiene el dominio dentro de las relaciones de poder de la pareja. Es importante subrayar que el predominio de una pareja sobre la otra no siempre es un aspecto negativo. El problema surge cuando la dinámica de las relaciones de poder se vuelve disfuncional o cuando, para obtener y mantener este poder, se perjudica a la pareja.
Problemas relacionados con las relaciones de poder en la pareja
En general, la relación de poder dentro de la pareja, aunque cambiante, tiende a presentar cierto equilibrio. Los dos socios, por lo tanto, tienden a encontrar espontáneamente una cierta estabilidad. Aquellos que se sientan más cómodos en un rol determinado asumirán esa posición con naturalidad. El conflicto surge solo cuando la asunción de ese rol particular no coincide. En algunos casos, sin embargo, este equilibrio no se logra espontáneamente. Averigüemos cuándo las relaciones de poder dentro de la pareja pueden estar en el centro de un conflicto.
"Amar significa poner lo nuestro en la felicidad de los demás".
-Gottfried Leibniz-
Caso 1. Pareja formada por dos personas dominantes
En ocasiones puede ocurrir que ambos miembros de una pareja asuman el rol de líder (rol de liderazgo). Cuando esto sucede, la consecuencia más obvia es que surgen muchas discusiones. Ambos socios quieren tener razón y el otro está dispuesto a escuchar. En estos casos es difícil ceder parte del poder.
Si cree que está experimentando una dinámica similar a esta, una forma de lidiar con la situación es involucrarse activamente en tratar de comprender a su pareja. Para ello, desarrollar habilidades como la empatía puede ser de gran ayuda.
Caso 2. Pareja formada por dos personas que tienden a seguir órdenes
Cuando ninguno de los miembros de la pareja quiere tener un rol dominante en la relación, se puede sentir incomodidad e inadecuación. Esto se debe a que ninguno es capaz de tomar la iniciativa. De esta manera, surgirán situaciones en las que reina la inseguridad. Si esta tendencia se mantiene constante en el tiempo, puede desgastar la relación.
En muchos casos se llega a un compromiso cuando ambos miembros de la pareja comparten sus opiniones tratando de encontrar un acuerdo. Por ejemplo, pueden decidir tomar la iniciativa una por una.
“Nunca por encima de ti, nunca por debajo de ti; siempre junto a ti.”
-Walter Winchell-
Una reflexión sobre las relaciones de poder en el seno de la pareja
Las relaciones de poder dentro de una pareja se configuran de manera inconsciente y natural. Todos ganan más peso en las decisiones donde tienen más interés y conocimiento.
Las tensiones que surgen son mayores en el período posterior al enamoramiento. En esta fase comenzamos a hacer un balance de la vida de pareja cediendo menos y mostrando un mayor interés en afirmar las propias preferencias que lo que se hacía antes.
En caso de que las posiciones adoptadas sean fuente de inagotables disputas, será necesario que la pareja reflexione sobre el peso de cada miembro en determinadas decisiones. También es necesario comprender qué estrategias son válidas y cuáles no para lograr un objetivo. Por ejemplo, se puede decidir que el chantaje emocional no es la estrategia adecuada para convencer al otro de limpiar la casa o tener sexo.