El papel de los hermanos no termina en la adolescencia, a medida que crecen tienden a ocupar un espacio más importante en nuestra vida.
Última actualización: 01 marzo, 2022
Los hermanos son figuras importantes en la infancia y la adolescencia. En muchos casos son los primeros amigos y compañeros, por lo que ayudan a formar nuestra identidad. Sin embargo, su influencia en nuestras vidas no termina cuando dejamos de compartir el hogar. Las relaciones entre hermanos en la edad adulta pueden ser una importante fuente de apoyo.
No todas las personas mantienen un vínculo estrecho y positivo con sus hermanos cuando llegan a la edad adulta. De hecho, se estima que en un tercio de los casos los sentimientos predominantes son la hostilidad o la apatía.
Sin embargo, aquellos que tienen la suerte de mantener estas relaciones pueden obtener una serie de beneficios.
Las relaciones entre hermanos en la edad adulta: una valiosa fuente de apoyo
Hay quienes dicen que los amigos son la familia que eliges y que su apoyo es realmente incondicional. Sin embargo, muchas otras personas y diversas investigaciones han podido comprobar que en determinadas situaciones adversas son los hermanos quienes aportan el verdadero acompañamiento y apoyo emocional.
Ya sea para ayudar en el cuidado de los niños, para ofrecer apoyo en momentos de enfermedad o consuelo ante una gran pérdida, los hermanos ofrecen su tiempo, su hombro y sus palabras para consolarnos.
El sentimiento de lealtad que se ha establecido en el curso de la vida sale a la superficie, dejando atrás cualquier bronca cuando sea necesario.
Amigos y confidentes
No en todos los casos una relación fraterna es también un vínculo de amistad, pero cuando esto sucede los hermanos se convierten en figuras insustituibles.
Son las personas que mejor nos conocen, las que nos han visto crecer y transformarnos.; conocen nuestra historia desde el principio y han estado presentes en algunos de los momentos más relevantes para nosotros.
Con nuestros hermanos y hermanas podemos hablar con total confianza, con la tranquilidad que ofrece la aceptación incondicional, sin la presión de tener que fingir o parecer diferente.
Los miedos, las dudas y los errores se pueden compartir libremente, sabiendo que no habrá juicios ni malicia en sus respuestas.
Los hermanos son compañeros de viaje.
A medida que crecemos, maduramos y acumulamos experiencias. Quizás en algún momento podamos sentir la necesidad de recordar nuestro camino de vida, y especialmente nuestra infancia.
Por lo mismo, tener en nuestra vida a personas que han vivido los mismos momentos, que comparten con nosotros recuerdos, que se forjaron en el seno de una misma familia puede ser muy preciado. Los hermanos son el puente entre lo que fuimos y lo que somos., una constante en nuestro camino que nos ofrece seguridad.
A medida que se acerca la madurez, la jubilación y todos los cambios asociados, las relaciones entre hermanos parecen volverse más cercanas y más relevantes.
Sobre todo en el momento en que el ritmo frenético de la vida queda atrás y los niños salen de casa, el amor fraterno que siempre nos ha acompañado puede convertirse en un precioso refugio.
¿Cómo sanar y recuperar las relaciones entre hermanos en la edad adulta?
El papel de las relaciones entre hermanos en la edad adulta puede ser tan o más importante que en la niñez. Sin embargo, algunas personas no pueden disfrutarlo.
Las malas relaciones fraternales generalmente comienzan a tomar forma en la niñez. Por otra parte, un origen frecuente del conflicto es el trato desigual que reciben los padres.
Cuando favoreces a uno de tus hijos, es fácil generar rivalidad, resentimiento y conflicto entre hermanos. Un conflicto que puede continuar en la vida adulta.
Si este es el caso, entender que este ya no es el momento de competir por el amor y la aceptación de los padres. Por otro lado, el trato desigual dependía únicamente de los padres. Entonces, ¿por qué no hablar con el corazón abierto, sin orgullo, que te permita volver a empezar?
En ocasiones ser guiado por un profesional es necesario para repasar y sanar las heridas del pasado, establecer nuevas formas de relacionarse y poder disfrutar de un vínculo que tiene mucho que ofrecer en la vida. No dude en pedir ayuda si es necesario.