Saber escuchar es un arte que pocos dominan. Veamos qué es y cómo podemos mejorarlo.
Última actualización: 13 de enero de 2022
Saber escuchar es fundamental para una comunicación eficaz. Sin embargo, pocas personas realmente saben escuchar. Tendemos a no prestar atención, aunque lo ocultemos, y esto provoca diversos conflictos que influyen en la relación con los demás.
No somos conscientes de la importancia de saber escuchar y de lo útil que sería potenciar esta capacidad. Sin embargo, prevalece nuestra necesidad de ser escuchados y nos volvemos egoístas sin darnos cuenta.
"Hablar es una necesidad, escuchar es un arte".
-Goethe-.
Escucha y siente
Escuchar y sentir son dos actitudes diferentes. Después de un día entero, escuchas muchas cosas, pero no escuchas mucho.
Cuando oímos no prestamos mucha atención, simplemente captamos la sucesión de sonidos que se producen a nuestro alrededor.
Cuando escuchamos, nuestra atención se dirige hacia un sonido o mensaje específico, es decir, hay una intención, por lo que activamos todos los sentidos. Como esto, las personas que saben escuchar a los demás les acompañan en su viaje por la vida.
¿Recuerdas cuando había un profesor en la clase y no te importaba lo que decía? No lo escuchaste, solo escuchaste su voz.
El canal auditivo recibió el sonido que hizo, pero no lo entendió. La mente estaba en otra parte, ignorando lo que se percibía a través de los oídos.
"Escuchar con atención lo hace especial, porque casi nadie lo hace".
-Ernest Hemingway-
Bueno, esta actitud en una lección aburrida se puede transferir a la vida diaria. Algunas veces es mucho más fácil oír que oír, ya que esto último requiere una disposición a prestar atención y esforzarse por comprender. Se llama escucha activa y es necesaria e importante.
Saber escuchar
Un proverbio oriental dice: "Nadie hace más evidente su torpeza y sus malos modales que el que comienza a hablar antes de que su interlocutor haya terminado".
A veces es difícil escuchar, ya que uno elabora mentalmente lo que se dirá cuando el interlocutor haya terminado de hablar. Esto se hace en lugar de tratar de prestar atención a lo que dice, lo que provoca incontinencia verbal.
Bueno, hablando al mismo tiempo y no escuchando las razones de los demás, no habrá diálogos como tales, sino monólogos yuxtapuestos.
Saber escuchar es difícil, ya que requiere autocontrol e implica atención, comprensión y esfuerzo para hacer llegar el mensaje. Significa volver nuestra atención al otro, entrar en su área de interés y en su marco de referencia.
El diálogo requiere una actitud silenciosa de escucha activa. El escritor y orador J. Krishnamurti dijo: "Escuchar es un acto de silencio".
Mientras no acallemos nuestro diálogo interior y prestemos atención a nuestro interlocutor, no aprenderemos a escuchar. Sólo una actitud de escucha activa hace fecunda la palabra que podemos dar a nuestro interlocutor.
Es difícil poder decirle al otro algo válido si no abrimos los oídos para escucharlo. Esto hace que la otra persona se sienta agradecida y crea un ambiente de respeto, estima y confianza.
Escuchar es una habilidad que requiere apertura, transparencia y el deseo de comprender. El justo equilibrio entre saber escuchar y saber hablar produce diálogo.
Consejos para saber escuchar
Si queremos mejorar nuestras habilidades de escucha, en primer lugar tenemos que identificar los aspectos de la escucha activa en los que tenemos déficits y luego trabajar en ellos.
Estos aspectos se pueden resumir en: atención al interlocutor, interés transmitido, espera antes de responder, capacidad de dar y recibir feedback y empatía. A continuación presentamos algunas técnicas que ayudan a trabajar cada dimensión.
Presta atención
Si no escuchamos el mensaje del otro, nos será imposible escuchar. Intentamos centrarnos en lo que nos dicen e ignorar todos los elementos que distraen (interno y externo).
Asimismo, nos esforzamos por entender la posición de nuestro interlocutor y prestar atención a su lenguaje corporal, así identificaremos más fácilmente el contexto y podremos entender todo el mensaje. Al final, es vital no interrumpir y cultivar la paciencia.
Muestra interés
Saber escuchar implica demostrar que nos interesa lo que nos dicen. De lo contrario, el otro sentirá que no está siendo tratado y le provocaremos una respuesta negativa. Para denotar interés, lo ideal sería:
- Hacer breves comentarios y gestos de acuerdo. que demuestran que estamos escuchando.
- Adoptar una posición corporal de escucha, lo que implica mantenga el contacto visual, reduzca la distancia, dirija la postura hacia el otro, evite los brazos cruzados, Etc.
Aplazar el juicio
Cuando el interlocutor nos expresa sus ideas, debemos ser capaces de silenciar nuestro diálogo interior. Para hacer esto, tienes que Evite sacar conclusiones mientras la otra persona está hablando.
Más bien, trata de borrar las ideas preconcebidas sobre el tema, no interrumpas y dejes de lado las emociones. Para ello, nada mejor que la práctica.
Dar y recibir retroalimentación
Este es un aspecto muy importante para una comunicación efectiva. Podemos pedir aclarar cualquier idea que no nos quede clara y reformular, con nuestras propias palabras, el mensaje que hemos captado. Así evitamos caer en malentendidos innecesarios.
ser empático
Sin empatía no hay escucha activa. Por lo tanto, para que se produzca una comunicación eficaz, debemos ser capaces de ponernos en el lugar del otro y comprenderlo.
Además de eso, debemos prestar especial atención a aquellos mensajes que van más allá de las palabras, como por ejemplo: sus sentimientos y emociones que transmite, así como su lenguaje corporal.
Conclusiones
¡Ejercitamos la capacidad de saber escuchar! Es un ejercicio saludable, gratificante y solidario, especialmente en una sociedad donde hay muchas personas que necesitan ser escuchadas.
Solo cuando somos capaces de escucharnos abrimos la puerta para comunicarnos con nosotros. Por lo tanto, no subestimemos la capacidad de escuchar. ¿Realmente hemos empezado a hacerlo?