Sakura, leyenda japonesa sobre el amor verdadero

Sakura, leyenda japonesa sobre el amor verdadero

Sakura, leyenda japonesa sobre el amor verdadero

Última actualización: 30 agosto 2020

La leyenda japonesa de Sakura se remonta a cientos de años. En esa época los señores de los feudos se desafiaban en batallas en las que murieron muchos humildes luchadores, sembrando así tristeza y desolación en el país. Debido a la sucesión de guerras, los momentos de paz eran muy escasos.

A pesar de esto, había un bosque espléndido que la guerra aún no había tocado, lleno de árboles frondosos que exhalaba delicados perfumes y consolaba a los atormentados habitantes del antiguo Japón. A pesar de todas las batallas que tuvieron lugar todos los días, ninguno de los ejércitos se atrevió a profanar esta belleza natural. Veamos juntos cómo continúa la leyenda japonesa de Sakura.



"Que el amor lo es todo, eso es todo lo que sabemos sobre el amor".

-Emily Dickinson-

En ese maravilloso bosque había un árbol que nunca florecía. Aunque lleno de vida, nunca aparecieron flores en sus ramas. Por eso parecía un árbol muerto, retorcido y seco. Aunque estaba vivo, parecía condenado a no disfrutar del color y los aromas de la floración.

Un toque de magia

El árbol estaba solo. Los animales no se acercaban a él por miedo a ser contagiados de la misma enfermedad, ni siquiera la hierba crecía a su alrededor. La soledad, su única compañera. La leyenda de Sakura cuenta que un hada del bosque se conmovió al ver que el árbol parecía viejo, a pesar de ser joven.

Una noche el hada se apareció junto al árbol y con nobles palabras le susurró que le gustaría verlo frondoso y radiante, y que estaba dispuesta a ayudarlo. Entonces hizo su propuesta: lanzaría un hechizo que duraría 20 años. Durante este tiempo, el árbol probaría lo que siente el corazón humano. Tal vez se emocionaría y encontraría la floración.



El hada agregó que podía transformarse en un ser humano y volver a ser una planta en cualquier momento, como quisiera. Sin embargo, si al final de los 20 no lograba recuperar su vitalidad y belleza, moriría inmediatamente.

El encuentro con Sakura

Tal como dijo el hada, el árbol descubrió que podía tomar la forma de un hombre y volver a ser un árbol cuando quisiera. Trató de pasar largos períodos entre humanos, para ver si sus emociones podían ayudarlo en su propósito de prosperar. Al principio, sin embargo, recibió una decepción: a su alrededor no vio más que odio y guerra.

Esto lo empujó a volver a su forma original por largos períodos, y así pasaron los meses y luego los años. El árbol era el mismo de siempre y no encontraba en los seres humanos el punto de inflexión que lo liberara de su condición. Un día, sin embargo, después de convertirse en humano, caminó hasta un riachuelo cristalino y allí vio a una hermosa joven. era sakura Impresionado por su belleza, el árbol parecido a un humano se acercó a ella.

Sakura fue amable con él. A cambio de su amabilidad, él la ayudó a llevar el agua a casa. En el camino charlaron animadamente y con un rayo de tristeza por el estado de guerra en el que se encontraba su país, compartiendo sus sueños de esperanza.

El milagro de amor

Cuando la joven le preguntó cómo se llamaba, al árbol solo le vino una palabra: “Yohiro”, que significa esperanza. Una profunda amistad nació entre los dos. Se reunían todos los días para conversar, cantar y leer poemas y libros llenos de historias maravillosas. Cuanto más conocía a Sakura, más sentía la necesidad de estar a su lado. Cuando no estaba con ella, contaba los minutos que necesitaba para verla.



Un día Yohiro no pudo contenerse más y le confesó todo su amor a Sakura. También le confesó su verdadera naturaleza: era un árbol atormentado que pronto moriría porque no floreció. Sakura quedó impresionada y permaneció en silencio. Había pasado el tiempo y se acercaba el plazo de 20 años. Yohiro, que volvió a tomar la forma de un árbol, se sentía cada vez más triste.

Una tarde, cuando menos lo esperaba, Sakura apareció a su lado. Ella lo abrazó y le dijo que ella también lo amaba. No quería que muriera, no quería que le pasara nada malo. Fue entonces cuando el hada apareció de nuevo y le pidió a Sakura que eligiera: permanecer humana o fusionarse con Yohiro en forma de árbol.


Miró a su alrededor y recordó los campos desolados y devastados por la guerra. Luego optó por fusionarse para siempre con Yohiro. Y aquí los dos se fusionaron y se convirtieron en uno, y como por milagro, el árbol floreció. La palabra Sakura significa "Flor de Cerezo", pero el árbol no lo sabía. Desde entonces, su amor ha perfumado los campos de Japón.

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