Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Ser emocionalmente fuerte no tiene que ver con la fuerza física, sino con la resistencia, con la capacidad de sobrellevar los altibajos, con una mente flexible que puede reinventarse, enfrentar los desafíos con confianza, con resolución valiente. Es una herramienta valiosa que debemos desarrollar para disfrutar de una mejor calidad de vida.
Lao-Tsé dijo, y tenía razón, que el que vence a los demás es fuerte, pero el que es capaz de vencerse a sí mismo es poderoso. Tal empresa, lo creamos o no, puede llevar toda la vida. De hecho, algunas personas progresan a lo largo de sus ciclos de vida sin alcanzar nunca este objetivo, este principio de crecimiento personal con el que obtener una mejor perspectiva de uno mismo y del mundo que nos rodea.
“Lo blando es más fuerte que lo duro. El agua es más fuerte que la roca. El amor es más fuerte que la violencia”.
-Herman Hesse-
Así, la fortaleza emocional nos proporciona los recursos psicológicos adecuados para afrontar cualquier reto. Para que esto suceda, para ser fuerte emocionalmente, tenemos que tomar conciencia de quiénes queremos ser y qué queremos en nuestra vida. Una vez que tengamos claras nuestras prioridades, no dejaremos lugar a la inseguridad ni a la rendición.
Cómo ser fuerte emocionalmente: 7 estrategias para poner en práctica
La fuerza emocional no se adquiere tras un largo viaje o tras embarcarse en una aventura atrevida en la que encontrar un tesoro, un grial. En realidad ser emocionalmente fuerte solo requiere un trabajo interior adecuado, una artesanía privada, íntima y cuidada con la que movilizar los recursos psicológicos adecuados.
Vemos a continuación algunos pasos con los que hacer esto.
1. Autoconocimiento: 20 minutos al día de reflexión personal
Así como dedicamos parte de nuestro día a hacer deporte, leer o ver la tele, sería recomendable que también nos “dáramos” un intervalo de tiempo para reflexionar, para practicar la autoconciencia.
Para ser fuertes emocionalmente, debemos aprender a distanciarnos de todo lo que nos rodea para reconocer nuestras necesidades, adentrándonos en nuestros laberintos más profundos y percibiendo con claridad qué nos molesta, qué nos preocupa y cómo nos afectan ciertas cosas.
2. Acepta las emociones negativas
Durante mucho tiempo nos han convencido de que "debemos ser felices", nos han dicho tantas veces que al final nos hemos vuelto adictos a las emociones positivas. Algo así de alguna manera hace que no toleremos ni entendamos el objeto de las emociones negativas.
La tristeza nos bloquea, la ira nos abruma y nos tragamos una decepción tras otra sin saber qué hacer con todas estas emociones negativas… Por su parte, las personas emocionalmente fuertes aceptan estas realidades internas. Sin embargo, aceptación no es sinónimo de entrega, sino de asunción de unos hechos interiores que hay que saber gestionar y afrontar.
3. Aprende que los obstáculos no son muros, sino desafíos
Los recursos psicológicos que tendremos que desarrollar para ser fuertes emocionalmente no siempre son fáciles ni rápidos de absorber. Una tercera estrategia que nos puede ayudar es dando un significado diferente a los obstáculos. Hablar de ellos con nosotros mismos y con los demás como si fueran retos y no callejones sin salida o amenazas.
A veces lo que a simple vista parece un final no es más que una invitación directa a crear algo nuevo, a cruzar una frontera que traerá nuevas oportunidades.
4. Exigir respeto a los demás
Algunas personas pasan gran parte de su vida alimentándose de la atención de otras personas.. Lo necesitan como el oxígeno que respiran, de lo contrario se sienten impotentes o perdidos. Disfrutando de la aprobación de los demás, la complacencia de amigos y familiares, son capaces de validarse a sí mismos y alimentar su autoestima. Esta práctica poco saludable les impide ser fuertes emocionalmente.
No necesitamos atención, sino respeto, lo mismo que ofrecemos a los demás, porque así todos avanzamos libres., personas realizadas que no necesitan que otros les digan qué hacer o cómo mostrarse.
5. Recuerda que el cambio es parte de la vida
Las personas emocionalmente fuertes son muy entusiastas.. Tienen una fuerza en su interior que les anima a superarse a sí mismos, a encontrar nuevos retos con los que crecer, a dejar atrás entornos tóxicos, personas que no contribuyen a su bienestar.
El cambio es parte de la vida y lo que se estanca, queda quieto y atrapado, termina rompiéndose, perdiendo ese maravilloso entusiasmo. Recordemos pues el valor del cambio y la necesidad de renovarnos cada cierto tiempo para ser más fuertes en todos los sentidos..
6. Aprende a agradecer
A primera vista puede parecer un poco ingenuo o incluso poco científico, pero en realidad agradecer cada día por lo que has logrado, por lo que tienes, por lo que nos rodea, es un ejercicio muy saludable.
Procura llevar un diario de agradecimiento, un cuaderno en el que reconocer todas las cosas bonitas de tu vida, que nos rodean y que de alguna manera siempre deben proporcionarnos motivación y seguridad.
7. El mejor día para conquistar nuestros sueños siempre es hoy
Ser emocionalmente fuerte también significa poder luchar por lo que se quiere sin miedos, sin inseguridades, sin tener que posponer las necesidades de hoy para mañana. Seamos realistas, muchos de nosotros nos decimos que "un día" le dirán a esa persona cuánto le gusta, "un día" le pedirán un aumento a su jefe, "un día" harán ese viaje increíble ". Un día" ...
Pero "algún día" nunca aparece en el calendario. Dejamos pasar el tiempo y la vida se nos escapa por los tubos de la indecisión o del miedo. ¿Vale la pena? Absolutamente no. Juntamos confianza, autoestima, determinación y unas gotas de coraje para escalar nuestros sueños, para defender nuestras necesidades.
En conclusión, ser fuerte emocionalmente es una tarea verdaderamente interminable. Es un trabajo diario, un tendón psíquico a cuidar y seguir entrenando en cada desafío, a aplicar en cada adversidad y en cada sueño. Es un acto de autoconfianza con el que entender que la felicidad hay que entrenarla, que el bienestar hay que cultivarlo con amor y amor propio.
