Convertirse en padres puede suponer un revés repentino para la pareja, que deberá adaptarse a la nueva situación. La clave es mantener el control y no sentirse abrumado.
Última actualización: 08 marzo, 2022
Ser padre para algunas personas es una experiencia increíble, pero eso no la exime de ser estresante. Todos los eventos que implican cambios importantes en el estilo de vida, a veces incluso más allá de nuestros recursos, son una fuente de estrés.
El estrés de paternidad o maternidad no es malo en sí mismo, pero requiere trabajo y un pequeño precio a pagar. La pareja debe convertirse en un equipo, trabajar codo con codo para disfrutar plenamente de todo lo que la familia tiene para ofrecer.
Es inevitable, convertirse en padre solo puede cambiar la dinámica de la pareja. Casi todos los aspectos de la vida son tocados de manera radical, empezando por el tiempo libre que cada uno de los dos podía dedicarse previamente a sí mismo. Y si no tienes tiempo libre para ti, será difícil que la pareja encuentre alguno. La comunicación a veces tiende a disminuir, al igual que el entretenimiento.
De repente, la sensación de ser más "compañeros de trabajo" que un socio puede golpear dolorosamente, y este pensamiento es difícil de aceptar. Lo importante es considerar que esta es una situación temporal, no destinada a durar para siempre..
Es cierto que la vida como la conocíamos ya no será la misma, ni individualmente ni en pareja: los niños pasan a ser la máxima prioridad, incluso por encima de nosotros mismos. Pero también es cierto que, a medida que los niños crecen, el trabajo se reduce y poco a poco recuperamos la posesión de nuestro tiempo, aficiones, relaciones interpersonales, especialmente de pareja.
Ser padres: ¿qué pasará con la pareja cuando nazca el bebé?
Siempre que se acerca un acontecimiento importante en nuestra vida, lo mejor que podemos hacer es ser realistas. De esta forma estaremos preparados para afrontar el cambio. Esto no significa preocuparse demasiado, sino mantenerse en tierra sin dejarse llevar por una idea demasiado romántica de la maternidad o la paternidad.
Lo primero que debemos esperar de la crianza de los hijos es un pequeño shock emocional. Este choque se compone de diferentes emociones, positivas (como la euforia, el sentimiento de estar en constante amor, unión familiar), y menos positivas (confusión, tristeza, ansiedad, etc.).
Con el tiempo, la pareja se adapta a la nueva situación. En los primeros meses, por supuesto, es necesario gestionar los imprevistos.: cólico del bebé, llanto inconsolable, noches de insomnio y sueño retrógrado, preocupación por si engorda o no, si se enferma...
Estas situaciones, que son completamente normales, pueden desestabilizar a la pareja. La ansiedad que generan los imprevistos, junto con el cansancio y la falta de tiempo para estar juntos divirtiéndose o conversando, pueden hacer vacilar a la pareja. El riesgo es embarcarse en una serie de discusiones o que uno de los dos se vuelva esquivo, dejando toda la responsabilidad en manos del otro.
Es bueno saber que esta situación no va a durar. Ser consciente de ello nos permite ejercer un mayor autocontrol en momentos de crisis, previniendo decisiones o conductas “calientes” de las que nos podamos arrepentir.
Poco a poco, cuando todo esté bien encauzado y hayamos superado las primeras etapas difíciles, la familia se irá consolidando y la pareja se irá fortaleciendo poco a poco.
Ser padres: ¿qué podemos hacer para ayudar a la pareja?
Para realizar los primeros pasos, es útil tener en cuenta una serie de pautas o consideraciones. Seguirlos te ayuda a vivir mejor la paternidad sin hacer sufrir demasiado la vida en pareja.
Recuerda: lo que te está pasando es normal y le pasa a todo el mundo
Este punto es fundamental. No deberíamos idealizar la maternidad y la paternidad como un lecho de rosas o un país de las maravillas, porque no lo son. No se deje engañar por anuncios idílicos que muestran a mamás y papás sonrientes cambiando el pañal del bebé. La realidad no es así, o al menos no del todo.
Ser padre incluye momentos muy tiernos y momentos complicados; ambos son normales y parte del proceso. Hay que saber disfrutar de los momentos de dulzura, pero también de tomar las riendas en los momentos de crisis.
Ser padre es para siempre, pero esta situación es temporal
Es probable que sientas nostalgia por la vida en pareja, pero es importante saber que esta situación es transitoria. Siempre tendrás el papel de padre y madre, pero una vez que superes el shock inicial, te adaptarás a la nueva situación. Comenzará una nueva vida.
Deja que el otro descanse
Este es otro punto esencial. El descanso es fundamental para cualquier ser humano. Aquellos que no duermen o descansan lo suficiente pronto se encuentran agotados, con el riesgo de enfermarse.
No puedes seguir completamente a tus hijos si no estás descansado, saludable y de buen humor. La pareja debe organizarse: uno se turna para cuidar al niño, mientras el otro duerme o simplemente descansa.
Un día a la semana para dedicar a la pareja
Se debe dedicar al menos un día a la semana a la pareja. Consigue ayuda de una niñera, tíos, abuelos, una ludoteca...
El objetivo es despejar la mente y hacer actividades alternativas a la crianza. Es muy importante comunicarse, divertirse juntos, mantener una vida sexual en un ambiente adecuado o realizar actividades relajantes.
Puede aparecer un sentimiento de culpa: mantenlo a raya pensando que también tienes derecho a vivir momentos en pareja.
no te aísles
Es igualmente importante no perder el contacto con los amigos. El apoyo social es un poderoso calmante para el estrés. Ver amigos, hablar de otros temas, reír y olvidarse un poco de la rutina de crianza sin duda ayuda a recuperar fuerzas.
Mantén una rutina saludable
La rutina no solo es necesaria para los niños, sino también para los adultos. Ayuda a mantener la familia en orden y a labrar espacios para la pareja.
Es saludable que los niños coman siempre a la misma hora y lugar, se bañen antes de acostarse o se acuesten temprano. Los bebés necesitan dormir mucho más que los adultos, especialmente si son pequeños. Si se le enseña a acostarse temprano, esto se convertirá fácilmente en un hábito.
Una vez que se duermen, la pareja aún puede encontrar tiempo para hablar, ver una serie en la televisión o simplemente estar juntos..
Convertirse en padre implica una serie de cambios importantes. Para que no se vuelvan demasiado pesados, es fundamental cultivar tanto el tiempo libre junto a la pareja y los amigos, como la comunicación y el descanso.
Una vez superado el "terremoto" inicial, la pareja se fortalece, se organiza y comenzará a disfrutar del tiempo en familia, tiempo que, por otro lado, es el aspecto maravilloso de la paternidad.