Si no hay odio dentro de nosotros, no habrá enemigos fuera

Si no hay odio dentro de nosotros, no habrá enemigos fuera

Si no hay odio dentro de nosotros, no habrá enemigos fuera

Última actualización: 12 de abril de 2017

Nuestra personalidad y nuestra forma única de ver la vida afectan nuestras relaciones con los demás. En determinadas situaciones proyectamos nuestras características sobre las personas que nos rodean, atribuyéndoles comportamientos o pensamientos que, al fin y al cabo, nos pertenecen. Precisamente por eso, tener “enemigos” puede tener más que ver con la forma en que afrontamos determinadas situaciones en nuestra cabeza, y no con las circunstancias objetivas que se dan en la realidad.



A veces el peor ataque que podemos sufrir no viene de fuera, sino de nosotros mismos. En algunas situaciones en las que nos sentimos atacados desde el exterior, en realidad son algunas condiciones internas -como la ira, la impotencia y la vergüenza social- las que nos hacen sentir débiles e inseguros, convirtiéndonos en el caldo de cultivo para que percibamos a otras personas como enemigos. .

Para nuestra estabilidad emocional es fundamental saber identificar de dónde proviene el enfado que provocan determinadas situaciones. Saber qué circunstancias nos están causando malestar es importante para entender a quién oa qué nos enfrentamos.

No cabe duda de que el peor ataque no es el que nos llega desde fuera, sino el que se produce en nuestro interior, generando en nosotros un juicio negativo sobre nosotros mismos, que acaba por menospreciar nuestra persona. Esta autoevaluación negativa nos convierte en nuestro peor enemigo porque nuestra estabilidad emocional depende, en gran parte, de nosotros mismos. autoestima.

"Si derrotar al enemigo es una victoria, derrotarse a uno mismo es una victoria aún mayor".

-José De San Martín-

Cuando el enemigo somos nosotros

Robert J. Sternberg, profesor de la Universidad de Yale y expresidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, distingue al menos dos tipos de enemigos: externos e internos.



Los enemigos internos, como su nombre lo indica, son aquellos que están dentro de nosotros, como nuestros pensamientos. Cuando los pensamientos negativos nos atrapan en un callejón sin salida, inevitablemente nos conducen a la ira, la furia, el odio, haciéndonos ver al otro como un enemigo con el único fin de causarnos un sentimiento de dolor.

Este enemigo interno proviene de la irracionalidad, que nos lleva a formular todos esos pensamientos negativos. El bienestar emocional depende básicamente de no dejarnos llevar por pensamientos automáticos, pues estos últimos tienen características muy negativas:

  • Son irracionales, es decir, no se apegan a hechos objetivos, a la realidad.
  • Son automáticos, funcionan como un reflejo corporal que se produce sin nuestra decisión voluntaria y consciente.
  • Son exageradas, dramáticas y siempre negativas, generan un enorme malestar emocional y, además, lo hacen de forma gratuita, sin permitirnos obtener ningún beneficio.

"Ni siquiera tus peores enemigos pueden lastimarte tanto como tus propios pensamientos".

¿Cómo controlar a los enemigos?

Gandhi practicó un método pasivo de "luchar" contra sus enemigos: la no resistencia constructiva. Es una forma activa de relacionarse con el enemigo a través de medios positivos, un enfoque proactivo para manejar situaciones adversas.. En las relaciones personales, existe un amplio abanico de situaciones a las que tendremos que hacer frente. Para poder manejar situaciones de conflicto, es importante:


  • No pelees solo porque quieres pelear.
  • No luches para inflar nuestro ego.
  • No luches para exaltar nuestro orgullo.
  • No luches para derrotar a un oponente o para castigarlo.
  • Argumentando solo por un propósito mayor.
  • Luchar para poder superar nuestros problemas.

Por mucho que lo intentemos, las situaciones de conflicto no desaparecerán de nuestra vida, por eso es importante aprender a controlar el efecto que tienen sobre nosotros.


“Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro. Cuando pasamos tiempo con un maestro, aprendemos la importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero en realidad no tenemos la oportunidad de poner todo esto en práctica. La verdadera práctica llega solo cuando nos encontramos con un enemigo".

-Dalai Lama-

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