Última actualización: 10 de enero de 2017
Frases como "si no hay celos, no hay amor", "si me quiere de verdad, no necesita salir ni ver a nadie más" o "amar significa adivinar lo que el otro necesita" sirven para justificar situaciones injustas y descorazonadoras que, en realidad, no representan más que un amor romántico ilusorio, la mayoría de las veces ficticio.
En el amor, como en cualquier otro campo de la vida, se aprende. A veces, sin embargo, somos llevados a aprender de manera equivocada. La idea de un amor romántico e idílico tan codiciado hoy en día no ayuda en nada a las relaciones interpersonales. Los valores en los que se deben basar las relaciones son bastante distintos a los de un amor apasionado basado en el todo o nada.
El amor es uno de los sentimientos más poderosos que existen, y cada ser humano le aporta sus propias características e ideas que, en muchos casos, no son del todo ciertas. De hecho, la mayoría de los problemas de pareja se deben a unas expectativas relacionadas con el amor y la pareja que se alejan demasiado de la realidad.. Esas ideas distorsionadas del amor apasionado pueden hacer tambalear incluso a las parejas más estables.
“Las emociones perturbadoras y las relaciones tóxicas se han identificado entre los elementos de riesgo que pueden favorecer la aparición de enfermedades”
Características de la manipulación.
La manipulación ocurre cuando una persona ejerce control sobre el comportamiento de otra persona. Para ello, se utilizan técnicas de persuasión para anular o condicionar la capacidad de juicio de los demás. La manipulación mental puede considerarse una forma particular de egoísmo.
Los manipuladores tienden a utilizar a su pareja sin escrúpulos, impulsado por propósitos narcisistas diseñados para alcanzar el poder o para lograr las propias metas. Pueden hacer uso de la mentira o la seducción, llegando incluso a la coacción ejercida mediante la amenaza o la fuerza hasta el punto de desestabilizar a la víctima. Las personas manipuladoras son capaces de eludir situaciones de tal manera que el comportamiento de los demás funcione a su favor. Si son especialmente buenos, no dejarán saber a la persona manipulada que han caído en su trampa.
Las personas más propensas a ser víctimas de la manipulación por parte de su pareja son aquellas que sufren de baja autoestima, acostumbrados a sentir culpa e inferioridad. También existen otros factores que favorecen la manipulación, como algunas situaciones externas: pérdida de familiares, ruptura, divorcio, pérdida del trabajo.
El amor no tiene nada que ver con la manipulación.
¿Cómo reconocer un manipulador?
Reconocer a las personas manipuladoras te permitirá evitar muchos problemas y frustraciones en tu vida futura. Si tu pareja detesta recibir un "no" por respuesta y si cuando tratas de resistir sus intentos de seducción se comporta de manera extraña, llegando incluso a perder los estribos, es posible que te encuentres frente a una persona que detesta la idea de no tener nada. influencia sobre ti.
A las personas que manipulan a su pareja les encanta demostrar sus fortalezas y destrezas; rara vez son personas tímidas.. Tienden a responsabilizar a los demás cuando no obtienen los resultados esperados. A estas personas no les importa ayudar a los demás ni ofrecerse, al contrario, viven enfocadas en sí mismas. No conocen el significado de la palabra reciprocidad.
Siempre hablan de sí mismos, rara vez te preguntan cómo estás o si necesitas algo, siempre desinteresados. Además, te darás cuenta de cómo, cuando poco a poco empiezas a ceder, nunca mostrarán gratitud por tus acciones, al contrario: siempre querrán más. Las personas manipuladoras tienden a ser increíblemente inseguras, pero intenta mostrar exactamente lo contrario. Practican comportamientos egoístas y dominantes para encubrir sus miedos.
El primer paso fundamental para salir de una situación donde hay manipulación es ser consciente de que alguien te está manipulando. Darte cuenta de que la persona que amas te está utilizando hasta el punto de convertirte en su títere te llevará inevitablemente a sentir un profundo malestar emocional.
Hay varias soluciones para resolver este problema. Uno de ellos consiste en terminar la relación ante la imposibilidad de que cambie el comportamiento de la pareja. Otra solución es hacer que tu pareja cambie la forma en que te pregunta: haz que te pregunte las cosas directamente y no indirectamente, para obligarlo a que te muestre todas sus cartas y sus verdaderos objetivos.
Es curioso notar que las personas que afirman controlar a los demás son incapaces de controlarse a sí mismas primero.