Te amo más que el apego, el miedo a la soledad y la costumbre.

Te amo más que el apego, el miedo a la soledad y la costumbre.

Te amo más que el apego, el miedo a la soledad y la costumbre.

Última actualización: 15 de abril de 2017

Amar conscientemente significa amarse primero a uno mismo de tal manera que se eliminen las adicciones malsanas o los vacíos helados que otros se ven obligados a llenar. Amar de manera madura significa darse libremente al otro en un acto de autenticidad, no para apaciguar el sentimiento de soledad y nunca en detrimento de la propia dignidad.


El propio Einstein dijo una vez que el amor no se podía explicar con un enfoque científico, porque un acto biológico, químico y fascinante como el amor no se puede cuantificar ni observar al microscopio. Sin embargo, el padre de la teoría de la relatividad estaba equivocado. Porque si algo ha demostrado la neurología es que el amor es adictivo hoy en día.


Amar no es sólo amar, es sobre todo comprensión.
Françoise Sagan

Los avances en neurociencia a menudo extinguen el sentido del romance y la poesía que impregna nuestras relaciones, como si fueran caramelos envenenados. El amor está hecho de dopamina, por eso muchas veces parecemos casi narcotizados frente a un vínculo que nos cuesta soltar y no vemos el daño que nos causa..

El amor es ciego, lo sabemos bien, y todos podríamos caer en una relación basada en un apego enfermizo, asfixiante y demasiado intenso. Sin embargo, es nuestra responsabilidad abrir los ojos y vernos a nosotros mismos primero. No es sana la relación que nos despoja de nuestra personalidad, que nos hace abandonar la autoestima y el autoconcepto. Es como si nos sacrificásemos en nombre de una infelicidad que no merecemos.

Te invitamos a reflexionar sobre el tema.


El amor basado en el apego es pura adicción

Una cosa curiosa en el ámbito científico o clínico es que se ha estudiado más el tema de la depresión asociada al desamor que el del amor asociado a la manía, la adicción. Esto se debe a una sencilla razón: desde un punto de vista histórico y cultural, la imagen del amor desbordante, apasionado, dominante y ciego siempre ha sido vista como admirable, positiva e incluso muy inspiradora.


Seamos realistas… todos hemos pensado en la vida que los grandes amores son de “todo o nada”. Esas en las que fusionamos la mitad de nuestro corazón con el de la otra persona para crear uno solo, esas en las que somos el aire que el otro respira, esas en las que nos salvamos de todos nuestros miedos, de la soledad. Sin embargo, debemos tener mucho cuidado con estos ideales, porque todos esconden un elemento tragicómico, la nota agridulce y el veneno implacable de las decepciones.

Hay que aclarar una cosa, a saber, que las relaciones basadas en el apego emocional son tóxicas porque significa darle al otro el poder de borrar todos los aspectos de nuestra personalidad: autoestima, autoconcepto, respeto por nosotros mismos. Además, cuando estamos sujetos al amor dependiente, por extraño que parezca, no es nada fácil ver lo que realmente sucede. No importa que los demás nos adviertan, de nada sirve que nos digan que “no somos así”.

El amor basado en el apego es terco y ciego y no tiene cabeza ni cola., pero su protagonista es un corazón grande y herido que necesita su droga de amor con efectos secundarios implacables.


Ali ibn Abi Talib

Lo ideal en estos casos es invertir ante todo en el crecimiento personal, en saber gestionar los propios miedos y convertirse en personas emocionalmente maduras y no buscadoras empedernidas de un apego que satisfaga sus necesidades.

Como dijo una vez Antoine de Saint-Exupéry, amar no significa mirarse el uno al otro en absoluto. De lo contrario, terminas perdiendo cualquier perspectiva. Amar conscientemente significa sintonizar el corazón para observar juntos la belleza del mundo, para mirar juntos en la misma dirección. Esto es lo que podríamos llamar "conciencia de pareja".


Esta maravillosa dimensión de la "conciencia de pareja" contiene tres aspectos fundamentales que vale la pena recordar:


  • compromiso. El compromiso no se basa sólo en un contrato afectivo integral y respetuoso hacia el otro, sino también hacia uno mismo. Tienes que cuidar tu bienestar psicológico para poder comprometerte plenamente con tu ser querido.
  • comunicación. Cualquier pareja estable y feliz es hábil en la comunicación, lo hace con asertividad, a través de la escucha activa, la empatía y una verdadera cercanía que no deja lugar al egoísmo y al chantaje.
  • Correspondencia. La correspondencia no es más que una reciprocidad por la cual amar no es sólo dar, sino también recibir. La pareja no es un juego de fuerzas, sino un equipo que llega a acuerdos, una alianza en la que ambos ganan, donde se favorece el crecimiento personal de la persona amada como forma de inversión en la propia relación.

Finalmente, hay que entender que la variable "amor" no es suficiente en la ecuación de pareja. Una relación es como un músculo que hay que entrenar a través del sentido del humor, el respeto y la libertad personal. Aprendemos a cultivar relaciones saludables, donde no hay lugar para el miedo, la sumisión y, sobre todo, la adicción.


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