Aplicar la asertividad en nuestras interacciones con los demás nos ayudará a prevenir y resolver conflictos. Además, nos permitirá hacerlo mientras protegemos nuestros propios intereses y sin perjudicar los de los demás.
Última actualización: 06 de enero de 2022
En muchos casos, la comunicación no fluye como nos hubiera gustado. Surgen malentendidos y conflictos que perturban las relaciones, dando paso a la frustración. En estos casos, Las técnicas asertivas son procedimientos sencillos que nos ayudan a defender nuestros derechos. y no rayes las de los demás.
Conocer y practicar estas sencillas técnicas nos llevará a incluirlas en nuestro repertorio natural de respuestas. Al principio, pueden parecer artificiales para nuestros oídos, pero esta sensación se desvanecerá con la práctica.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es un estilo comunicativo por el cual el sujeto es capaz de expresar sus deseos, necesidades y opiniones sin, sin embargo, causar daño al interlocutor. Podemos entender esto mejor si tenemos en cuenta la existencia de tres formas básicas de comunicación:
- Pasivo: en este caso la persona es incapaz de expresar sus opiniones o defender sus derechos. Por lo general, no muestra desacuerdo por temor a provocar una confrontación. Su fuerte necesidad de complacer a los demás lo lleva a sentirse manipulado e incomprendido.
- Agresivo: en el polo opuesto encontramos a quienes se vuelven imperativamente hacia los demás y sin mostrar interés por su punto de vista. Intentan imponer su opinión y suelen hacer uso de la intimidación, las acusaciones y la ira.
- Asertivo: este estilo de comunicación es el más adecuado y se caracteriza por la capacidad de discrepar y expresar las propias opiniones respetando el punto de vista de los demás. Es propio de personas con buena autoestima y resulta en una interacción satisfactoria para ambos.
Técnicas asertivas para la resolución de conflictos.
Lejos de ser un concepto abstracto, la asertividad puede y debe practicarse cuando nos relacionamos con los demás. Para triunfar, podemos poner en práctica una secuencia básica cuando queremos hacer frente a una situación de conflicto:
- Comience dando hechos concretos en lugar de generalizados. En lugar de decir "nunca pasas tiempo conmigo", trata de decir "solo nos hemos visto en un par de ocasiones en las últimas semanas".
- Expresar cómo te hace sentir una determinada situación en lugar de culpar o etiquetar al otro.. Decir "esto me pone triste" es mejor que decir "eres egoísta".
- Haz una propuesta concreta. Por ejemplo: “Me gustaría que pudiéramos elegir un día de la semana para reunirnos”.
- Explique cómo esto mejoraría la situación. "Así podríamos pasar más tiempo juntos y dejar de tener discusiones".
Técnica de disco rayado
Consiste en repetir la propia afirmación varias veces, en un tono tranquilo y sin provocar.
Siempre llegamos tarde por tu culpa.
-Tuve que entretenerme en el trabajo porque tenía una reunión.
-Siempre es así.
-Te vuelvo a decir que tuve que salir del trabajo más tarde por la reunión.
Técnicas asertivas: el banco de niebla
Esta técnica se utiliza cuando la otra persona nos critica o nos da consejos con la única y perversa intención de manipularnos. En este caso le daremos parte de la razón a nuestro interlocutor, pero dejando la decisión final en nuestras manos.
-Ya no sales con nosotros, estas descuidando a tus amigos.
-Tienes razón, ya no salgo tanto contigo, pero mi nuevo horario de trabajo me lo impide.
Técnica del acuerdo asertivo
En esta situación aceptaremos el error en nuestra conducta, pero no en nuestra persona. Es decir, nos desharemos de la etiqueta que el otro intenta ponernos, a la vez que asumimos la responsabilidad de nuestro error.
- Siempre te vas sin ordenar. Eres un tonto.
- Tienes razón, no recogí cosas porque salí con prisa esta mañana, pero otras veces sí.
Técnica de ignorar
Esta técnica se usa a menudo cuando la otra persona está muy molesta o enojada. Se trata de ignorar el motivo de la discusión y posponerlo para otro momento más adecuado.
Estás muy enfadado ahora mismo y es posible que acabemos haciéndonos daño con las palabras. Será mejor que lo hablemos más tarde, cuando ambos nos hayamos calmado.
Estos son solo algunos ejemplos de las muchas técnicas que pretenden incluir la asertividad en nuestra vida. Como hemos visto, el secreto es mantener un tono sereno, sosegado y respetuoso, evitando las provocaciones, pero defendiendo nuestro punto de vista. Con práctica, la asertividad puede convertirse en nuestro mejor aliado siempre que necesitemos comunicarnos.