Última actualización: 04 de diciembre de 2016
Tenemos relaciones para una noche, unas horas, un día o un mes. Nada que nos enganche, que nos haga sentir algo que vaya más allá del deseo, que significa amar, demostrar sentimientos, ternura o cariño. ¿Le tenemos miedo al amor?
Inventamos todo tipo de excusas para justificarnos, como "no tengo tiempo", "amo mi libertad", "quiero estar solo", “No quiero comprometerme”, “No quiero separarme de mis amigos”; de hecho, el punto es que tenemos miedo de nosotros mismos.
Descubre qué es el amor verdadero
Según el psicólogo Walter Riso, debemos distinguir el buen amor (sano, coherente y constructivo) del mal amor (enfermo, inconsistente y destructivo). El verdadero amor siempre contiene tres elementos, y si alguno de ellos falta, tarde o temprano, el sufrimiento hará su entrada.
“Solo hay un amor verdadero y auténtico. Pero hay muchas copias del amor".
(François de la Rochefocauld)
Los tres elementos del verdadero amor son: Eros, Philia y Ágape. Eros es deseo sexual y se manifiesta con la posesión, con el enamoramiento y con la pasión. Este es el lado más egoísta del amor. Philia es la amistad de pareja, que nos hace trascender el yo y nos empuja a compartir. Ágape es amor desinteresado, ternura y delicadeza.
Con el tiempo, durante la relación de pareja, un elemento puede predominar sobre los demás, pero los tres deben estar siempre presentes. Al respecto, es importante precisar que numerosos expertos de la Universidad de Stony Brook, Nueva York, han descubierto que el amor puede perdurar en el tiempo.
Estos científicos realizaron escáneres cerebrales a varias parejas que habían estado juntas durante 20 años y luego a otras cuya relación acababa de comenzar. Comparando los resultados, se dieron cuenta de que, entre las parejas maduras, una de cada 10 tenía la misma reacción química que las parejas recién nacidas. Esto muestra que es posible mantener el mismo nivel de amor aunque hayan pasado muchos años.
Las causas del miedo al amor
El miedo a la novedad ya los factores de exposición potencial al sufrimiento nos paraliza y nos impide descubrir el amor verdadero. Está claro que algunas relaciones funcionan y otras no y que siempre hay un riesgo en todo esto.
“Solo necesito mirarte para saber que mi alma se fusionará contigo”.
(Julio Cortázar)
Vivimos en una sociedad donde todo pasa muy rápido, no paramos de conocer gente y pasamos de una relación a otra sin permitirnos sentir o disfrutar el descubrimiento de alguien. Esto se debe a varios factores, entre los que se destacan los siguientes:
me siento vulnerable
Comenzar una relación nos hace sentir inseguros y vulnerables, ya que nos exponemos frente a otra persona y muchas veces parece más fácil desnudar nuestro cuerpo que nuestra alma. Sentimos que no tenemos control sobre lo que pueda pasar en el futuro y, por lo tanto, tenemos miedo.
“Ojalá tuviéramos el coraje de estar solos y la audacia de arriesgarnos a estar juntos”.
(Eduardo Galeano)
No nos conocemos, no nos tenemos confianza, pero conocer a alguien o tener una relación siempre implica un riesgo para las dos personas que se van descubriendo. Decir cómo nos sentimos o expresar nuestros deseos es importante para crear una base de amor verdadero.
Recuerdo que me lastimaron en el pasado
Todos hemos vivido rupturas, situaciones complicadas en una relación y con el tiempo nos hemos cosido el corazón. Sin embargo, cuando aparece una nueva persona, de alguna manera revivimos ese dolor y recordamos lo que pasó porque tenemos miedo de que se repita.
Este bagaje que representa nuestro pasado muchas veces nos impide ser nosotros mismos con la persona que estamos conociendo, llevándonos a mostrar solo una parte de nuestro ser y dificultando así su exploración de nuestra esencia y nuestra forma de sentir emociones.
El amor implica sufrimiento.
Muchas personas equiparan el amor con el sufrimiento y, por ello, no quieren iniciar una nueva relación: en cuanto alguien muestra interés por ellos, huyen. Es fundamental eliminar de nuestra mente las creencias limitantes que nos impiden ver la realidad y conocer el amor.
Tenemos miedo de perder al otro y esto nos impide vivir una relación sana, porque tratamos de poseer a nuestra pareja en lugar de amarla. Este deseo de poseer puede deteriorar la relación, crear desconfianza y alienar a la pareja.
Mi pareja me alejaría de mis amigos y familiares.
Hay muchas personas que tienen miedo de estar en una relación porque creen que su pareja los alejará de sus amigos. Combinar la presencia de socios y amigos no tiene por qué ser complicado: pueden ser dos aspectos que se complementen sin crear más conflictos.
Lo mismo ocurre con la familia. Muchas personas piensan que iniciar una relación significa romper los lazos con su familia y temen que sea el efecto secundario; por lo tanto, huyen de cualquier tipo de compromiso. Superando este prejuicio y reuniendo a todas las personas importantes en tu vida, te sentirás pleno y feliz.