Última actualización: 08 marzo, 2018
Amamos a las personas que saben tomar decisiones audaces en tiempos difíciles. Los que eligen lo que realmente quieren… frente a lo que los demás piensan que es lógico o coherente. Lo hacen cuando es más difícil, cuando todo parece estar en su contra, diciendo: “Si hay alguien que apuesta por mí, soy yo”. Nos gustan las personas que partiendo del respeto se liberan de aquellas cadenas que parecen atarnos a quienes nos han ayudado, que no confundan esta deuda, si existe, con su libertad.
Todos hemos tenido este sentimiento, ya lo podemos encontrar en los niños: muchos de ellos, cuando sus padres les compran un juguete, se vuelven más obedientes. No porque quieran otro, sino porque han integrado el principio de reciprocidad en su comportamiento. Y si esto no sucede espontáneamente, hay muchos padres que les recuerdan esta “deuda”, llamémosla así. “¡No tienes que portarte mal, te compré el juguete!”, “¡Hoy fuimos mucho rato al patio de recreo, así que ahora tienes que ordenar tu cuarto!”.
Personas que saben tomar decisiones valientes: honestas y sinceras
Personas que toman decisiones audaces en tiempos difíciles tienden a ser honestos y desisten de estar en dos lugares a la vez cuando eso no es posible. Ellos son los que deciden: "Esta es mi carta y la juego". Son maravillosos porque responden a la fuerza más poderosa en la que pueden confiar y la alimentan: la fuerza vital.
Amamos a las personas que se saben definir, que tienen claras sus prioridades y entienden que en determinados momentos, permanecer fieles a ellas significa hacer sacrificios.. Y lo hacen, incluso si lo que pierden o dejan atrás les causa dolor.
Porque anteponen a la familia a todo y no pierden esas maravillosas rutinas que han creado con ella, ni por la oferta más interesante que pueda existir; o porque tienen muy claro que su trabajo es lo primero y están dispuestos a moverse de ciudad en ciudad para hacer lo que les gusta.
Las personas que toman decisiones audaces en tiempos difíciles son honestas consigo mismas y no quieren ni aspiran a encontrar solución a aquello a lo que no pueden llegar, no pretenden aparentar más de lo que son. Dicen: "Está bien, el día tiene 24 horas, no 48", y no intentan que tenga más. Ellos no lo intentan. Y no obligan a otros a llevarlos a donde no quieren y no pueden. No corren tras el reloj, lo hacen cuando quieren. Si saben que no tienen tiempo para tener hijos, entonces o crean ese tiempo o no tienen hijos, pero no se convierten en padres de otros ni convierten su vida en un constante sacrificio.
conocen su suerte
Cuando nos relacionamos con personas que son capaces de tomar decisiones audaces en tiempos difíciles, sabemos qué esperar, nos guste o no, pero lo que dicen va de la mano con lo que hacen. Hacen lo que dicen que intentarán hacer; para lo que dicen que no, tienen razones.
Amamos a las personas que saben tomar decisiones audaces en tiempos difíciles porque tienden a no olvidar nunca que tienen suerte: porque les late el corazón, porque pueden alimentar la esperanza, porque tienen un cuerpo que es la máquina más perfecta y más útil de la mejor máquina que hemos podido crear con la tecnología. Porque respiran, ¿no es genial respirar? En sí, por el simple hecho de poder hacerlo, sin tener que enfrentarse a los que no pueden hacerlo. Respira por sí mismo. Inhala aire y luego exhala.
Me gustan porque aman la vida, son capaces de construir una historia positiva de su rol dentro de ella., luchar por la justicia sabiendo que este mundo no es justo y que algunas personas pueden llamarte estúpido por ello. Los amamos porque reconocen sus defectos, pero no dejan de intentarlo. Tal vez no sean "manitas" habilidosos, pero ahí están, en la escalera intentando cambiar la bombilla que ya no funciona. Ya sea poco o mucho, intentan usar todas sus habilidades y correr un gran riesgo. El hermoso riesgo de aprender.
Tienen los mismos miedos que todos los demás, pero entienden que son parte del juego.. Esos que cuando se acercan hacen que unos se rindan, mientras que otros hacen que otros digan: “¿Pruébalo? ¿Por que no?" ¿No tira el niño la cuchara para entender cómo funciona la gravedad? Son personas que no dejan de tirar cucharas al suelo porque son sumamente curiosas. Debido a que tienen más confianza, pueden tomar decisiones audaces en tiempos difíciles.
En su conciencia de ser muy pequeños, en realidad son gigantes.
