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Última actualización: 15 2021 noviembre
Los trastornos psicosomáticos son evidencia del impacto que la mente puede tener sobre el cuerpo. Son etapas en las que es posible destacar una serie de síntomas físicos reales relacionados con enfermedades invisibles, afecciones que no existen orgánicamente, sino que son el resultado de conflictos mentales, de problemas no resueltos que nos devoran por dentro.
Leer que hay alumnos que incluso pueden perder la vista debido a la ansiedad justo antes de un examen puede no ser creíble. Del mismo modo, hablar del caso de una mujer de 60 años que perdió la movilidad de las piernas porque estaba convencida de que tenía un cáncer de columna puede parecer una historia exagerada y difícil de entender.
Sin embargo, la evidencia está ahí y estos casos suceden todos los días, en todo el mundo y en todo momento. Por esta razón, los neurólogos y psicólogos que se especializan en trastornos psicosomáticos pronto aprenden a dejar espacio para la exposición de los pacientes a lo que les sucede. Si dicen que sienten dolor, es probable que este dolor sea real, incluso si no se refleja en una resonancia magnética o un análisis de sangre..
Dar credibilidad al sufrimiento de estos pacientes es fundamental. Así como a las personas que dicen tener pensamientos suicidas durante una depresión oa un esquizofrénico cuando afirma tener visiones y ciertas alucinaciones. Esta realidad existe, existe dentro de la mente de ese paciente y puede ser devastadora. Cuando nuestra mente toma el relevo, traumatizada o sometida a un estado de ansiedad altamente convulsivo, todo puede ser posible.
Trastornos psicosomáticos: ¿realmente está todo en mi cabeza?
Por trastornos psicosomáticos entendemos aquel cuadro de síntomas donde no es posible encontrar una correlación física u orgánica, donde todas las dolencias y límites que sufre la persona dependen únicamente de sus procesos mentales. Pensemos por un momento qué puede significar esto... ¿realmente está todo en mi cabeza?
Lo cierto es que los trastornos psicosomáticos siguen siendo hoy en día un campo de estudio para los expertos, lleno de incógnitas. Sin embargo, se sabe que este espectro de dolencias físicas asociadas con el estrés mental tiene un correlato cerebral: la hiperactividad de los impulsos nerviosos en el cerebro al comunicarse con diferentes áreas del cuerpo.
- También puede haber un exceso de adrenalina en sangre, así como algunos parámetros biológicos alterados, como la aceleración del metabolismo de la glucosa o de los aminoácidos.
- También se pudo demostrar que hay personas más susceptibles a los trastornos psicofísicos. Las personas que viven con mucha ansiedad o que han tenido una infancia traumática por malos tratos, falta de afecto, etc., tienen más probabilidades de padecer estos trastornos.
Más allá de identificar la causa de los trastornos psicosomáticos, existe un hecho aún más importante. Piensa en un médico que le explica a su paciente que su problema no es real, que el dolor en el pecho no se debe a un infarto, que su afonía no se debe a un problema en sus cuerdas vocales o una migraña terrible a un cáncer . Es justo decirle a un paciente "qué pasa", pero ¿cómo ayudarlo a sanar ese algo que se origina en su mente?
Lo que nuestra mente puede generar
Los trastornos psicosomáticos pueden afectar a cualquier órgano, sistema, tejido o estructura. Su impacto es inmenso, por lo que no debemos subestimar el poder de nuestra psique. Así mismo, es Es necesario distinguir los trastornos somatomorfos de los psicosomáticos. Mientras que los primeros no presentan ningún síntoma físico, en los segundos hay daños visibles en el cuerpo (por ejemplo, úlceras).
- Un ejemplo típico de trastornos psicosomáticos son las enfermedades de la piel, como el eccema, la urticaria, las infecciones, el acné.
- Hipertensión, taquicardia, sensación de ahogo o dolor en el corazón.
- Los trastornos del sistema digestivo son muy comunes, entre los cuales los más comunes son el colon irritable y las úlceras.
- Dolores de cabeza intensos, como migrañas.
- Pérdida de memoria.
- Asma bronquial.
- Dismenorrea, trastornos menstruales.
- Alopecia
- En casos extremos, algunas personas pueden sufrir ceguera temporal, falta de movilidad en una extremidad, desmayos, etc.
¿Cómo se tratan las enfermedades psicosomáticas?
Los trastornos psicosomáticos se tratan con dos enfoques diferentes. Por un lado, como es evidente, es necesario intervenir sobre el síntoma físico que presenta el paciente (úlcera, infección, eccema…). En estos casos, lo más importante es afrontar el auténtico problema de base, conocer el universo psicológico del paciente y la tensión mental no resuelta que somatiza en el cuerpo con mayor o menor gravedad.
Las técnicas utilizadas en estos casos son muchas y siempre dependerán de la realidad personal de cada caso. En ocasiones conviene probar diferentes terapias para ver cuál funciona mejor para el paciente, la que genera los resultados más positivos y deseados.
- Las técnicas de relajación son siempre muy efectivas.
- La psicoterapia cognitivo-conductual es de gran ayuda para que los pacientes aprendan nuevas formas de afrontar sus problemas. Comprenderán sus realidades internas, establecerán objetivos de vida realistas y reconocerán patrones de pensamiento para cambiar a fin de tener un estilo de vida más saludable.
- El psicoanálisis es otra terapia que suele dar resultados positivos en casos de conflictos mentales y emocionales y trastornos de ansiedad.
- Las terapias de grupo, como el psicodrama ideado por Jacob Levy Moreno, es otra estrategia adecuada y muy gratificante para intentar obtener los resultados deseados.
Para finalizar, es necesario señalar la importancia y el reto que representa para muchos médicos intentar ofrecer una solución a todas estas personas que hoy en día padecen enfermedades psicosomáticas. A veces se trata de realidades muy duras que merecen nuestra atención y conciencia.