Última actualización: 26 marzo, 2017
Sonríe, para que todos sepan que eres más fuerte que ayer. Levanta la vista y dibuja esa sonrisa que merece tu expresión y que tu corazón te pide. Porque si la vida es una actitud, vale la pena vestirse del gesto más digno y bello, aquel que despierte emociones y que nos obligue a renovarnos por dentro para seguir adelante.
Boris Cyrulnik, reconocido neurólogo y psiquiatra, afirma que nadie sabe realmente cómo definir la felicidad. En cierto modo, podríamos decir que contiene muchas de las heridas que curan las personas con el paso del tiempo, pero también el hilo de la resiliencia para abrazar la esperanza de la novedad, ya que las personas mismas son más fuertes que en el pasado.
Por eso, cada sonrisa que nos regalamos a nosotros mismos y al mundo es como un dulce perfume, como un himno a la superación de uno mismo, como el coraje para superar el pasado, para aceptar lo que uno es. La sonrisa es la celebración del propio ser y el mecanismo más completo para conectar con los demás, por eso adquiere autenticidad cuando es sincero.
No podemos olvidar que aunque hay tanta magia en las sonrisas que vemos todos los días, cada una esconde una historia. Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Sonríe siempre, aunque a veces duela
Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología en la Universidad de California, es una de las científicas más famosas que ha explorado el tema de la felicidad. Según la experta, la sonrisa no es un simple gesto de comunicación no verbal o conexión entre personas. En realidad, es un tipo de "energía" de alta intensidad que puede alterar la química cerebral.
Para probar esto, realizó un pequeño estudio en personas con depresión severa. Les mostró un video con varias imágenes cómicas, escenas divertidas con animales y monólogos de comediantes de la televisión. La mayoría de los especialistas habrían esperado que los pacientes no reaccionaran a este tipo de imágenes. Sin embargo, lo hicieron, aunque de una manera apenas perceptible, apenas perceptible. El científico registró pequeños movimientos de los labios, la cara, las cejas.
Eran microgestos casi instintivos asociados a una emoción positiva, algo que muchos de estos pacientes no aceptaban y por eso abandonaban la habitación. El mecanismo de la sonrisa está ligado a una liberación repentina de neuropéptidos que se encargan de reducir el estrés, reemplazando esta carga negativa por una positiva, a través de la serotonina, la dopamina y las endorfinas.
Este sentimiento de relajación y paz ha sido contradictorio, incluso doloroso, para las personas con depresión. Son los momentos en que sonreír "duele", porque aunque el cerebro lo quiera, el corazón aún no está preparado.
¡Que tus sonrisas sean siempre sinceras!
Los analistas y expertos en publicidad saben que las sonrisas tienen el poder de conquistar al consumidor porque despiertan emociones positivas, confianza y cercanía. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que hay más sonrisas por protocolo que por ganas de expresar felicidad o placer. A menudo, por eso, cuando alguien se acerca con una gran sonrisa en los labios, uno se pregunta: ¿Qué me quiere preguntar? ¿Qué deseas a cambio? ¿Qué quieres "venderme"?
Todos estos gestos que vemos a diario son fuente de inspiración. Nos convencen de que sonreír es una actitud con la que vivir la vida y una manera maravillosa de afrontarla a pesar de todas las dificultades. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, pasamos 3 de cada 10 días apaciguando nuestro estado de ánimo o nuestros demonios personales.
Sonreír por sí solo no soluciona todos los problemas, eso está claro. Sin embargo, mejora el estado de ánimo y nos prepara para pasar a la acción. De nada sirve dejarse influir por el malestar, es inútil rendirse cuando hay tantos mecanismos para salir de los laberintos personales.
Por eso, la próxima vez que sientas que el mal humor llama a tu puerta, puede que te resulte útil recurrir a esta sencilla pero catártica estrategia al mismo tiempo:
- Inhala durante 5 segundos.
- Mantenga el aire durante 7 segundos.
- Exhala durante 9 segundos.
- Levanta las cejas tanto como puedas durante 5 segundos mientras inhalas y exhalas nuevamente.
- Ahora, sonríe.
En conclusión, la mayoría de las veces la alegría es fuente de sonrisas, en otros momentos, sin embargo, el mismo acto de sonreír infunde calma, motivación y bienestar. Así que hagamos un buen uso de este poder que todos tenemos al alcance de la mano.