Última actualización: 15 agosto 2016
Cuando una persona está triste, tendemos a asfixiarla con preguntas sobre qué le pasó, qué le hizo sentir así, cómo está, cómo podemos animarla, etc. A pesar de esto, a veces, un par de ojos tristes solo necesitan hacer menos preguntas y dar más abrazos.
Cuando nos sentimos mal y nos vemos envueltos en una tormenta de tristeza, nuestra mente y nuestro cuerpo necesitan apoyo emocional. de nuestros amigos y de las personas que nos quieren.
La tristeza es una emoción útil y básica, capaz de mejorar la empatía de los demás hacia la persona triste; por lo tanto, promueve el apoyo emocional para aquellos que necesitan un brazo para agarrarse.
La normalidad y vigencia de la tristeza
Muy a menudo no necesitamos palabras que nos animen, sino corazones pacientes que nos escuchen y que nos den un abrazo cuando nos enfrentemos a un momento emocionalmente complicado.
Esto quiere decir que la mejor manera de ayudar a una persona triste es simplemente ofrecerle nuestra presencia, sin necesidad de palabras, poniendo una mano en su hombro y mirándolo con una mirada afectuosa y sincera.
Hay momentos en que las palabras son demasiadas y lo único que necesitamos es encontrar algo de tranquilidad, poder respirar y poner en orden nuestros pensamientos. Después de todo, la tristeza es un medio que facilita la introspección.
“Nuestra sociedad tolera cada vez menos cualquier tipo de sufrimiento o malestar. Muchas veces la necesidad de ser feliz hace imposible vivir con tristeza”.
-Narcís Cardonés-
Tristeza: el latir de un lenguaje universal
La tristeza es la emoción del dolor, la pérdida y el dolor.. Una experiencia que, a pesar de ser negativa, es saludable para nosotros, porque nos ayuda a tomar conciencia de todo lo que nos rodea.
Esta experiencia emocional crece y se mantiene cuando nos sentimos solos, porque en estos casos el desánimo aumenta y se convierte en una montaña con fuertes pendientes que nos cuesta aceptar y que puede convertirse en una verdadera patología, desencadenando un estado emocional. insalubre.
Abrazar un par de ojos tristes es símbolo de acogida y apoyo al mundo en que vivimos, a la lucha compartida y al apoyo emocional.
Abraza a los demonios que tienen algo que decirnos
Bloquear las propias emociones es un grave error. Esto es lo que nos enseñan películas como Inside Out. En el caso específico de la tristeza, este sentimiento nos ayuda en el proceso de desmotivación que genera la reflexión, el análisis y el recuerdo de las conductas afectivas hacia nosotros.
Por esta razón, al negar la tristeza y evitar mostrarla, lo perdemos todo, dejándonos perder la oportunidad de recibir un largo y cariñoso abrazo que nos ayude a recordar que no estamos solos.
La sociedad, hecha de recetas para la felicidad, nos obliga a ser siempre felices y no nos permite sufrir, porque se ve como un comportamiento anormal y negativo. Se piensa que la tristeza nos lleva a lugares no deseados y, eventualmente, caemos en la trampa del deseo excesivo.
Por esta razón, un abrazo sin preguntas nos ayuda a normalizar la idea de tristeza que, después de todo, debemos aceptar. Estar en un entorno que no nos juzgue ni nos desprecie por nuestro estado emocional es fundamental para recuperar la confianza en uno mismo.
Hay abrazos que nos ayudan a juntar los pedazos rotos de nuestro corazón, aceptando que nuestra vida tiene tantos matices como circunstancias distintas y entendiendo que nuestras emociones deben quedar fuera de ese supermercado de razones y recetas.
