Última actualización: 15 octubre, 2015
Mi hogar.
Es el refugio contra las tormentas externas.
Es mi descanso aun en tiempos de guerra.
Mi hogar.
Es el color con el que pinto siempre.
y donde quiera que esté.
Mi hogar.
Es mi pausa después de la cual proceder,
es mi lugar favorito para compartir.
Mi hogar.
Es mi hoy, es donde doy también,
donde me hago escuchar, donde muestro quien soy.
Mery Bracho
Hogar feliz, gente sana
Cuidar el clima emocional de nuestro hogar es la solución para crecer como personas, sentirnos bien y experimentar el amor incondicional y la compañía propia de la vida familiar..
Un hogar es un lugar donde podemos ser nosotros mismos. Sin embargo, también existe un gran peligro, el de “todo vale la pena”. Esto significa que la confianza y los hábitos pueden transportarnos o hacernos olvidar algunos principios como el respeto y la solidaridad.
Es muy importante dejar que el calor, el respeto, el autocontrol y la bondad se cocinen lentamente dentro de tu hogar. Después de todo, se trata de cuidar tus emociones y el bienestar común. La inteligencia emocional se instaura en el interior de nuestro hogar y es la mejor garantía que asegura una vida feliz.
La educación emocional también cobra aún más importancia cuando hay niños en el hogar. De hecho, son ellos los que más sufren los conflictos a los que estamos acostumbrados. Por esta razón, es importante hablar de nuestros sentimientos y emociones antes de que exploten y se conviertan en los antagonistas de la salud de nuestra familia.
La prueba del vecino
Imagina que un día en casa estás todo enojado y te encuentras peleando fuera de control. Acusaciones, gritos, riñas... La tensión ha invadido tu hogar y estás al borde del colapso.
De repente, alguien llama a la puerta. El es tu prójimo. De inmediato, las aguas se calman, aparta tus problemas y malos humores, habla con control y amabilidad y enfréntate a tu prójimo con toda la hospitalidad que sabes.
Cuando el vecino se va, pueden pasar dos cosas: que todos vuelvan a discutir o que todos retomen sus actividades diarias con normalidad.
¿Por qué necesitamos un prójimo para controlarnos? ¿Por qué no somos capaces de pisar el freno y actuar con inteligencia emocional?
3 puntos clave para mejorar el clima emocional en el hogar
Elsa Punset enumera tres puntos clave para mejorar el clima emocional de tu hogar y no perder los estribos con demasiada facilidad...
1. Hazte preguntas y ponte a prueba...
¿Eres capaz de comportarte con tu familia como si el vecino te estuviera escuchando todo el día? ¿Le dirás a tu familia algo que el vecino no debería escuchar?
Como hemos dicho, es probable que esto sea difícil. Por eso, los especialistas recomiendan sigue este consejo al menos un día a la semana ya que te ayudará a restablecer tu equilibrio emocional.
2. Presta atención a tus expresiones y muestras de cariño
Una volte, todos necesitamos que alguien nos hable con cariño y comprensión. Debido al estrés, la rutina y la cotidianidad, muchas veces nos dirigimos con dureza a nuestros seres queridos, lo que termina por socavar la confianza forjada y el calor del hogar.
3. La prioridad es el bienestar conjunto e individual
Todos tienen que cuidar de todos. Por lo general, priorizamos nuestros intereses sin darnos cuenta del dolor que podemos causar con el egoísmo emocional. Es importante compartir momentos y ayudarnos, día tras día. El simple hecho de interesarse por la vida del otro es reconfortante, lo que evita que el clima emocional que respiramos nos perjudique.
Una casa es el edificio más importante de nuestra vida. Cuidémoslo.
Imagen principal cortesía de Víctor Rivas Fernández, “De la Luz y de las Mariposas” (Della Luce e delle Farfalle).