Hay mil y una razones por las que una relación puede terminar, pero los conflictos no son una de ellas, incluso si pensamos que lo son. En realidad, los conflictos suelen ser solo la excusa, las relaciones se acaban porque no sabemos gestionar los conflictos y esto genera una distancia emocional insuperable.
Los conflictos sirven para fortalecer la relación
Los conflictos son un estímulo extraordinario para el cambio. No son negativos, pero contienen el germen de transformación y crecimiento. Las parejas estables en el tiempo, por ejemplo, no son aquellas que no han tenido conflictos sino aquellas que han sabido superarlos y utilizarlos para fortalecer la relación.
Los conflictos son expresión de diferencias y deseos diferentes, por lo que también son una gran oportunidad para aclarar expectativas. Sirven para reafirmar, por un lado, la individualidad de los miembros de la pareja y, por otro, para animarlos a acercarse a extremos opuestos.
Paulo Coelho no se equivocó cuando dijo que “los conflictos hacen crecer el amor”. Sin duda, lo prueban, por lo que son los pilares con los que creamos una relación resiliente.
Es en este diálogo, en la búsqueda de puntos en común, donde la relación se fortalece y crece. Cuando todos ceden un poco, la relación se fortalece y cada miembro se compromete un poco más, aprende a ser un poco más tolerante y da un paso más hacia la madurez.
¿El secreto para resolver conflictos? Las ofrendas emocionales
John Gottman, un psicólogo que ha estudiado las relaciones de pareja durante décadas, descubrió que uno de los secretos para lidiar con los conflictos en las parejas estables son las ofertas emocionales, que se utilizan para establecer una conexión aproximadamente el 86% de las veces.
Una oferta emocional es un signo de afecto, atención o cualquier otra forma de conexión positiva que una persona ofrece a otra. Puede ser un abrazo, una caricia, una simple mirada, palabras amorosas o un acto que implica un signo de paz, arrepentimiento o una conexión emocional.
Estas ofertas son fundamentales para mantener el vínculo emocional en la relación y sirven para mitigar la intensidad de los conflictos. Son una especie de puente al entendimiento que te permite mantener el vínculo emocional a pesar de las diferencias que puedan existir.
Cuando una de las personas rechaza continuamente estas ofertas emocionales, ignorándolas o respondiendo con críticas y resentimientos, o están ausentes, se establece una distancia psicológica que, a la larga, aumenta las diferencias e imposibilita la resolución de los conflictos.
La distancia emocional separa más que cualquier conflicto
La distancia emocional es lo que se establece cuando se ha roto el vínculo emocional. Su poder devastador es tal que puede terminar convirtiendo a dos personas que alguna vez se amaron en completos desconocidos. La distancia emocional implica sentirse desconectado del otro, incluso percibirlo como un extraño, generalmente porque la relación ha dejado de satisfacer nuestras necesidades emocionales.
El problema es que cuanto más aumenta la distancia, es más improbable que podamos resolver los conflictos porque, de repente, es como si no tuviéramos un punto de contacto con la otra persona. Cuando se pierde la comunicación, dando paso al silencio y la indiferencia, incluso los conflictos pierden su sentido porque existe la sensación de que no hay nada más que recuperar.
Comunicación, comunicación, comunicación ...
Para evitar la distancia emocional, necesitamos comunicarnos. Para resolver los conflictos es importante hablar de ellos, expresar con claridad lo que sentimos y queremos. Al mismo tiempo, es vital poder escuchar a la otra persona y ponernos en su lugar, cognitiva y emocionalmente.
La comunicación es el mejor antídoto para la distancia emocional, la comunicación asertiva y auténtica, que tiene como objetivo resolver problemas y encontrar puntos en común para que podamos mirar juntos en la misma dirección.
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