Última actualización: 13 de junio de 2016
El pasado puede pesarnos y causarnos sufrimiento cada vez que lo pensamos. Mirar constantemente hacia atrás o vivir constantemente recordando hechos pasados sin aprender de ellos nos condena al reproche, la culpa y la crítica, sin permitirnos avanzar.
Quizás, en el pasado, alguien te haya lastimado o decepcionado, quizás las cosas no salieron como esperabas. Una palabra no dicha, un error que no aceptamos o un comportamiento que no esperábamos pueden construir cadenas que nos envuelven, haciéndonos prisioneros de la situación.
“El pasado es un balde lleno de ceniza. No vivas ni en el ayer ni en el mañana, sino en el aquí y ahora”.
(Carl Sandburg)
El pasado y sus cadenas
Hay personas cuyas vidas están ancladas a un éxito oa una triste experiencia del pasado. Viven como si ese momento nunca hubiera terminado y lo contagian con todo su presente, recordando constantemente los hechos ocurridos.
Vivir con el pasado en mente no repara ni calma nuestros sentimientos; simplemente nos transporta a ese momento lejano, impregnándonos y contagiándonos con todas sus sensaciones. Ya sea un recuerdo positivo o negativo, no podemos depender de él, porque al hacerlo nos estamos engañando a nosotros mismos. Quedarnos en el pasado bloquea nuestro crecimiento y aniquila las posibilidades de cambio.
Si nos acomodamos en el sofá del "ya probé una vez y no funcionó", "el amor me ha dado más pena que alegría", "confiar en la gente no sirve de nada, porque todo el mundo te utiliza para su beneficio personal", nos permanecerán en la sala de espera de nuestra vida como si fuéramos meros testigos y no protagonistas de lo que está pasando.
“El pasado, para bien o para mal, ya tuvo su momento. No terminará solo porque lo pensemos, ni se resolverá si tratamos de escapar de él. Si lo abordamos, sin embargo, seremos capaces de construir una nueva actitud y un nuevo camino”.
Rompe las ataduras del pasado
Cada experiencia o situación se ve a través de los ojos del pasado y se le da un cierto significado. Nuestros episodios anteriores marcan nuestro presente y nuestro futuro, esto es inevitable
Sin embargo, todo depende de nuestra relación con el pasado: puede estar condicionada por cadenas que nos envuelven o por un trampolín que nos empuja hacia adelante gracias a las enseñanzas.
Si usas el pasado como sofá y te acomodas en los problemas, puedes estar anclado a tus intentos de éxito fallidos oa las heridas abiertas de tus relaciones, y esto por las cadenas que te atan. Aunque el pasado esté marcado por el éxito, no se puede pensar en proponer las mismas fórmulas a la vida para siempre.
Si, por otro lado, utilizarás el pasado como un maestro estimulante con el que aprender de tus errores y virtudes, podrás desarrollar todo tu potencial. El pasado puede doler y tratar de atraparnos, podemos enlodarnos en él, huir o aprender de sus lecciones. Después de todo, nosotros elegimos.
- Si te quedas en el pasado, te engañarás a ti mismo y construirás cadenas rígidas que impedirán tu crecimiento, condenándote con la culpa, la crítica y el desprecio.
- Si huyes de tus experiencias, crearás un vacío que se llenará de miedos e inseguridades..
- Si decides aprender del pasado, primero tendrás que lidiar con él, y luego podrás exprimir al máximo cada una de las lecciones que te brinda. Romperás las cadenas y producirás los impulsos necesarios para seguir avanzando.
Construye el trampolín hacia tus sueños
El trampolín hacia tus sueños se construye al enfrentar el pasado con la voluntad de aprender de él.. En lugar de quejarte, regañarte, sentirte culpable o resentir tu última relación, tus intentos fallidos o la decepción de un amigo, piensa en lo que puedes aprender de todo esto.
Estas cosas, al leerlas, parecen tan simples, pero encierran todo un contexto de conciencia y ganas de crecer muy complejo y que se combina con el compromiso de no quedarse dormido en la superficie de las experiencias.
¿Quieres saber cómo la gestión de tus experiencias puede ayudarte en el día a día y cómo se relaciona con la construcción de una cama elástica que te hará conseguir todo lo que deseas? Es muy simple: tu crecimiento personal está totalmente conectado con la relación entre tu pasado y tu vida diaria.
Piénsalo: si aprendes a comportarte con las personas que te rodean, en el lugar de trabajo y entiendes cómo manejar las emociones gracias a las experiencias del pasado, podrás concentrar más eficientemente todas tus energías en obtener lo que deseas, construyendo así tu propio trampolín.
Si, por el contrario, te aferras a lo que ya sabes o ya has experimentado, alimentarás un peligro. La comodidad del sofá, de las cosas claras y conocidas, de tu zona de confort es increíblemente acogedora y tranquila y, aunque a veces te hormiguee con un poco de dolor, lo que realmente te asusta es el riesgo de que ese salto al el mundo implica vacío... Pero, ¿cómo puedes crecer y aprender así?
El pasado puede servir de sofá para quejarse o de trampolín para acercarte a tus sueños. La elección está en tu cabeza.