Veamos cómo utilizar los recuerdos para afrontar un viaje hacia la madurez y solucionar pequeños y grandes problemas emocionales
Última actualización: 18 de marzo de 2020
Un viaje a la madurez a través de los recuerdos es útil para resolver pequeños y grandes problemas de inmadurez emocional. Cuando hablamos de inmadurez emocional, nos referimos a un problema de crecimiento en el ámbito de las emociones.
La madurez es un proceso que requiere desarrollo; comprende los estímulos que provienen de la relación con nuestras emociones y la experiencia que hemos dejado de lado al superar las dificultades impuestas por las propias emociones.
Una forma de estimular este aspecto fundamental nos la ofrece nuestra memoria y su contenido más genuino: los recuerdos. Veamos cómo se pueden aprovechar para afrontar un viaje hacia la madurez.
Algunos de los signos que delatan una deficiencia de este tipo son la inestabilidad emocional, la irresponsabilidad y la falta de autoconocimiento.
Probablemente, ante la cantidad de consejos sobre este tema, uno se quede desconcertado. Podríamos pensar: “Quiero mejorar la forma en que manejo las emociones, pero ¿por dónde empiezo? ¿A quién debo escuchar?”. Bueno, puede comenzar con una técnica simple y única.
Un viaje a la madurez a través de los recuerdos
Para emprender un viaje hacia la madurez, es necesario entrar en un estado meditativo. Justo lo que hacen algunos psicoterapeutas.
Siéntate o acuéstate, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Ahora, trata de visualizarte caminando por un sendero. Puede haber flores, hojas, árboles o puede haber un camino yermo. Lo importante es mirar con atención todo lo que te encuentras, sentir el aire y el calor del sol.
Al final del camino hay una pequeña cabaña con puerta. Ábrelo y descubrirás los escalones que bajan. Empiece a descender. A lo largo del camino encontrarás tres plantas.
La habitación de los recuerdos negativos.
En el primer piso encontrarás una puerta y, junto a ella, una persona mayor. Él te sonreirá y te asignará una tarea: tendrás que elegir uno de los recuerdos contenidos en la habitación. Todas estas son experiencias que te han afectado negativamente.
Tienes muchas opciones. La mayoría de los recuerdos te habrán acompañado durante algún tiempo, pero no se han procesado por completo. O te siguen siguiendo, pero nunca te has detenido a analizarlos. Mire cuidadosamente el contenido de los estantes en la habitación. Una vez que haya elegido su artículo, tómelo y salga.
Algunos recuerdos negativos son experiencias que nos han marcado de manera fuerte: son fuente de problemas o limitaciones presentes.
La habitación de los recuerdos positivos
Una vez fuera, despídete de tu amable cuidador y continúa bajando las escaleras. Llegarás al segundo piso: encontrarás otro guardián y otra puerta. En este caso, sin embargo, la habitación contiene recuerdos positivos.
Pasa por la puerta, mira todos los buenos recuerdos en la habitación y elige el que más te atraiga y tenga más significado en tu vida. Una vez que lo consigas, sal, saluda al guardián y sigue bajando las escaleras.
El refugio, la última estación del viaje hacia la madurez a través de los recuerdos
Nuestro viaje hacia la madurez a través de los recuerdos termina en el último piso. A estas alturas ya sabes que encontrarás una puerta. Una vez pasado, te encontrarás en un lugar hermoso.. Para cada uno de nosotros es diferente. ¿Árboles? ¿Nieve? animales? Lo importante es que te sientas cómodo y que el ambiente te de paz.
En el centro encontrarás un camino, acuéstate boca arriba después de sacar los recuerdos que has recogido de tu mochila. Obsérvalos de cerca hasta que sientas que tanto lo negativo como lo positivo son parte de ti, de tu historia.
Después de haber permanecido un rato en este apacible espacio, echa un último vistazo y finalmente haz lo contrario. En el camino, traerás los recuerdos de regreso a su lugar junto con la emoción que despertaron en ti.. Salga de la cabaña, vuelva sobre el camino y, finalmente, abra los ojos.
Si eliges una piedra como recuerdo negativo, esto puede ayudarte a reflexionar sobre la ira que has estado reprimiendo y que necesitarás soltar. Esto también será devuelto a la habitación correspondiente.
Acepta tu historia
El propósito de este viaje hacia la madurez a través de los recuerdos es aceptar hechos que ya sucedieron, integrarlos en tu vida y aprender a manejar sus emociones. No importa si tienes treinta o cuarenta. Es posible que sus emociones sigan siendo las del niño de ocho años que sufrió tanto en un momento dado.
Por lo tanto, es bueno emprender, cuando sea necesario, un viaje para personas maduras. Si la meditación ya forma parte de tu vida, realizarla te resultará mucho más fácil. Si no es así, puede que te cueste un poco más relajarte y dejarte llevar.
Si siente que necesita ayuda, pídala. Los psicólogos pueden ayudarte a resolver lo que todavía te duele con ejercicios como este y muchas otras herramientas.
Ahora que somos adultos, somos responsables de nuestras emociones y necesitamos hacerlas madurar.