Cuando en la vida dejamos demasiado espacio a lo "políticamente correcto", corremos el riesgo de perdernos y crear relaciones frágiles en las que no nos conectamos desde nuestra esencia, sino solo a través de convenciones sociales. Las consecuencias son terribles, no solo para los demás sino sobre todo para nosotros mismos. El filósofo Gabriel Marcel dijo: “cuando no vives como piensas, terminas pensando como vives”.
Tampoco se trata de cometer sincericidio usando la sinceridad como excusa para herir a los demás y no trabajar en nuestra asertividad. Necesitamos encontrar un término medio donde podamos decir lo que pensamos de la mejor manera posible, por nuestro propio bien y el de nuestras relaciones.
¿Cómo te hace mejor persona decir lo que piensas?
1 promueve autenticidad. Tenemos un sexto sentido para la mentira y la falsedad. De la misma forma notamos cuando una persona finge u oculta algo, también notamos cuando es sincera y auténtica. Ser coherentes, decir lo que pensamos y actuar en consecuencia, es una forma de autoexpresión que los demás suelen valorar positivamente porque genera confianza. La autenticidad también evita las disonancias cognitivas y los conflictos internos, dejándonos más energía para crecer.
2. Demostrar que nos comprometemos. Cuando una persona no está en nuestro círculo de amistades más cercano, solemos activar el carácter social que hemos construido. Ese personaje no nos ayuda exactamente a solidificar el vínculo, pero sí se preocupa por mantener una relación distante y políticamente correcta. Por el contrario, decir lo que pensamos a menudo puede ser una forma de mostrarle a alguien que nos importa lo suficiente como para dejar de lado psicológicamente esa máscara social. Si la otra persona es honesta, agradecerá el gesto.
3. Fortalece los lazos. Cuando las personas se relacionan desde la autenticidad y el respeto mutuo, la relación se fortalece. Si sabemos que el otro es honesto y nos dice lo que piensa, confiaremos en él y bajaremos la guardia. Ese tipo de confianza fortalece la relación, una relación que va más allá de las convenciones sociales porque significa que ambos estamos conectados desde lo más profundo del yo, hemos abierto un camino en nosotros para que el otro explore y nos conozca mejor.
4. Es un signo de madurez. A menudo se necesita más coraje para decir lo que pensamos que para mentir. Si además sabemos expresar nuestras opiniones y emociones con tacto y asertividad, también es una buena señal de madurez. La honestidad que no duele es una especie de "superpoder" que puede convertirnos en personas especiales, el tipo de personas con las que otros quieren estar.
5. Elimina las motivaciones basura. Ocultar nuestros sentimientos nos lleva a acumular una gran cantidad de "basura emocional". Esas emociones reprimidas pueden acabar haciéndonos estallar de la peor forma, cualquier situación puede convertirse en la gota que colma el vaso. Por el contrario, decir las cosas cuando las escuchamos nos ayuda a liberarnos de estas emociones negativas, por lo que evitamos acumular rabia o resentimiento hacia los demás.
6. Libre de carga cognitiva. Inventar historias y decir mentiras agrega una carga cognitiva enorme porque nos veremos obligados a recordar la realidad alternativa y, a la larga, presentará el proyecto de ley en términos de tensión y estrés. En cambio, "si dices la verdad, no tienes que recordar nada", dijo Mark Twain. Ser coherentes y honestos nos liberará de esta carga, evitando que tengamos que recordar mentiras o interpretar al personaje que hemos construido pero que no se corresponde con nuestro verdadero "yo". Siempre decir lo que pensamos es liberador.
7.Evite problemas futuros. “Acuerdos claros, larga amistad”, dice un viejo refrán. Decir lo que pensamos, para que otros sepan claramente cuáles son nuestras líneas rojas, nos ayudará a evitar los problemas causados por malentendidos en el futuro. Por el contrario, ser demasiado permisivo cuando algo nos molesta o decir mentiras puede causar problemas en nuestras relaciones.
8. Fomente la autoaceptación. “Si no dice la verdad sobre usted mismo, no puede contarla sobre otras personas”, dijo Virginia Woolf. Para ser coherente, es necesario partir de un nivel profundo de autoconocimiento. Necesitamos tener claras nuestras ideas y valores, así como nuestras emociones. Solo podemos ser coherentes y auténticos cuando nos conocemos lo suficiente y nos aceptamos. También es fundamental ser conscientes de que nuestra opinión no es una verdad, por lo que no debemos desarrollar una actitud prepotente y autoritaria que, en lugar de acercarnos a los demás, nos aleja.
9. Aumentar la confianza en uno mismo. Muchas veces mentimos porque, según nuestros cálculos mentales, mentir es más barato que la verdad. A veces tenemos miedo de lo que otros puedan pensar de nosotros si nos expresamos de forma auténtica y, para preservar esa imagen que hemos construido, optamos por el camino más sencillo. Elegir la honestidad, por otro lado, nos ayudará a perder el miedo a lo que piensan los demás y fortalecerá nuestra autoestima.
10. Atraiga más honestidad. Decir lo que pensamos a menudo tiene un "efecto emulativo" porque animará a otros a decir lo que piensan también. Debemos recordar que muchas personas reaccionan mirándose en el espejo que les mostramos, por lo que si nos relacionamos a través de mentiras y convenciones, ellos tenderán a hacer lo mismo. Por el contrario, si somos honestos, es más probable que los demás se sientan lo suficientemente cómodos como para decirnos lo que piensan. Después de todo, "Ser honesto puede que no le consiga muchos amigos, pero le dará a los correctos", dijo John Lennon.
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