Última actualización: 31 de marzo de 2016
Comenzar una relación siempre es lindo por la adrenalina, las emociones que sentimos y la perfección que le atribuimos a la pareja. Con el paso del tiempo, sin embargo, cada uno puede comenzar a adoptar un rol diferente al esperado por el otro. Ya no todo es tan maravilloso como al principio y, sin que ninguno de los dos nos demos cuenta, la planta del amor empieza a marchitarse.
El amor es como una planta que hay que regar todos los días porque, si no recibe suficiente agua, se seca y se marchita. De lo contrario, cuando la planta recibe demasiada agua, acaba muriendo. Por eso, en una relación de pareja es fundamental encontrar el equilibrio con la libertad.
Hay algunos comportamientos que favorecen el marchitamiento de la planta del amor que se implementan casi sin darnos cuenta. Confía en tu intuición y adéntrate en las señales para poder comprender si son necesarios cambios radicales o, por el contrario, si disfrutas de un amor sano y equilibrado.
“La edad no protege contra el amor. Pero el amor protege contra la edad".
-Jeanne Moreau-
Alimenta la negatividad
Un trabajo estresante, no tener tiempo para hacer la compra, un vecino maleducado o una nevera rota… son situaciones cotidianas que sumadas nos hacen muy negativos. Una negatividad que transmitiremos en muchos ámbitos, pero sobre todo a nuestra pareja.
Descargar todos tus pensamientos negativos sobre tu pareja es una carga exagerada, que él/ella no se merece. La negatividad no desaparece, se cierra en una mochila emocional que puede llegar a pesar tanto que, al final, rompe la espalda de quien la lleva. Las quejas ahogan el alma de quienes las dicen y de quienes las escuchan; entonces, en lugar de quejarte tanto, ¿por qué no intentas solucionar los problemas?
Una actitud negativa ocasional no es una amenaza peligrosa para la pareja, pero cuando cada día oscurece y se convierte en una forma de vida, entonces la planta del amor comenzará a marchitarse.
Pon cualquier cosa antes que tu pareja
La vida suele ser estresante: los hijos, los amigos, el trabajo, las aficiones, los estudios… parece que nada te impide encontrar un momento para disfrutar de tu vida en pareja. ¿Qué pasa si tu pareja se toma el tiempo para hacer cualquier actividad, excepto dedicarse a ti? Entonces la pareja se destruye, porque ningún socio puede soportar ser siempre la segunda opción.
Poner a la persona con la que compartes tu vida antes, hacerla sentir importante y poder confiar en su opinión son tres de las mejores formas de cultivar el amor. No se trata de renunciar a los amigos, sino de dedicar tiempo a todos y que esto se asocie a emociones positivas, lo que fortalece a la pareja de forma natural, dejando de lado el estrés diario.
“El verdadero amor no es el amor propio, sino el que permite al amante abrirse a los demás ya la vida; no envenena, no aísla, no rechaza, no persigue: acepta”.
Para extinguir la llama de la pasión
Si bien es cierto que en una pareja es fundamental poder comunicarse con sinceridad, también lo es que la pasión es un ingrediente imprescindible para que la relación siga un buen camino y, para ello, no está mal de vez en cuando un poco de misterio.
Tanto hombres como mujeres quieren y necesitan afecto físico de su pareja, y cuando rechazan la intimidad de manera constante, los problemas son inminentes. El sexo es un momento maravilloso para acercar a una pareja y maximizar el vínculo emocional.
Hay días en los que no tienes suficiente tiempo o estás demasiado cansado, pero es importante regar la planta del amor con agua de pasión. El sexo y el amor deben ir de la mano para que una relación funcione.
Si estás en una relación estable, probablemente te sorprenda saber que, además de ti mismo, también debes cuidar al otro. Gran parte del bienestar y la felicidad de su pareja están condicionados por sus elecciones y acciones. Por eso, es importante ser conscientes de que las pequeñas cosas en la pareja son las que traen grandes resultados.