Última actualización: 07 septiembre, 2017
¿Alguna vez te has preguntado qué es el conocimiento emocional o por qué es tan importante desarrollarlo? Las emociones existen porque aportan información valiosa, nos ayudan a adaptarnos a los cambios y mejorar nuestra vida social. Pero, ¿somos siempre capaces de interpretar lo que intentan decirnos? Para sacar el máximo provecho de ellas, es importante aprender a identificar estas emociones y darles un significado. De esta forma, sabremos el motivo de su aparición y cuáles son los sentidos que utiliza nuestra mente según las situaciones.
"Conocerse a uno mismo es el principio de toda sabiduría"
-Aristóteles-
Cómo fomentar el conocimiento emocional
El conocimiento emocional es fundamental para disfrutar de una inteligencia emocional sana. Explica que el hombre tiene criterios que le permiten identificar y diferenciar las emociones, en sí mismo y en los demás, y también le ayuda a comprender por qué se han producido y para qué pueden ser útiles. De esta forma, el conocimiento y la experiencia emocional son capaces de regular de forma efectiva nuestro estilo de vida sin causar un malestar excesivo.
En este artículo te mostraremos las principales estrategias para incrementar tu conocimiento emocional. Cómo ¿Podemos empezar a conocernos emocionalmente?
Para ello, podemos preparar un registro semanal que utilizaremos durante una o dos semanas. En él anotaremos las emociones que experimentamos durante el día y las situaciones en las que surgen. Al hacerlo, seremos conscientes de qué emociones prevalecen más. Este experimento también nos ayudará a comprender que a menudo experimentamos emociones conflictivas.
Para mejorar nuestra capacidad de identificación, es bueno hacernos algunas preguntas que es importante responder, como "¿qué emoción fue?" o "¿cómo sé que fue esa emoción?". De esta manera, podemos reconocer los datos y pistas, que indican con precisión si se trató de una emoción u otra.
Mejora tu conocimiento emocional
Una vez que haya desarrollado su conocimiento emocional e identificado sus emociones, es hora de aprovecharlas. El objetivo ahora será comprender las funciones de esas emociones, cómo nos incitan a la acción., así como comprender que cada individuo tiene pensamientos, sentimientos e intenciones diferentes. Es decir, fomentaremos esta conciencia emocional en las interacciones sociales.
Para este propósito, podemos trabajar en la comprensión de las emociones en diferentes situaciones: desde aquellos en los que no estamos involucrados, como videos o historias ajenas a nosotros, hasta conflictos en los que hemos sido protagonistas y en los que hemos expresado diversas emociones.
Cuando tenemos una comprensión clara de la emoción y la situación que queremos analizar, es útil dividirlas en secuencias con respecto a cómo se desarrollaron. Para cada uno de ellos, además, tendremos que analizar los diferentes personajes, pero también qué dijeron o hicieron, qué pensaron y qué emociones sintieron.
Al hacerlo, seremos conscientes de qué emociones, pensamientos y comportamientos están relacionados. Pero no solo, también entenderemos que lo que pensamos y sentimos en diferentes momentos no tiene por qué coincidir con lo que otros piensan y sienten. Finalmente, entenderemos que la función motivacional que mencionamos anteriormente hace que las emociones activen nuestra mente para buscar lo que necesitamos.
No trates de analizar siempre tus emociones.
Como todo en la vida, el conocimiento emocional debe usarse con equilibrio. Cuando no está presente, no nos ayuda, pero tampoco el estar continuamente atento a las propias emociones y sensaciones corporales. Por ello, debemos aprender a reducirlo porque, de lo contrario, correríamos el riesgo de perder el poder dinamizador de las emociones.
“Cambia tu enfoque y tus emociones cambiarán. Cambia tus emociones y tu atención cambiará de lugar”
-Frederick Dodson-
Para este propósito, media hora al día durante una semana seremos capaces de pensar en nuestras preocupaciones para sacarlas de la mente, pero también de experimentar emociones negativas sin evitarlas. Este ejercicio no consiste en disfrutar de las propias desgracias, sino en relegar a este limitado espacio de tiempo la preocupación constante que suele ocupar todo nuestro día.
Sy durante el día experimentaremos una emoción desagradable, en lugar de cavilar sobre ella sin llegar a ninguna conclusión, lo ignoraremos hasta que llegue la media hora estipulada. Durante este tiempo, tenemos que sentarnos en un rincón de la casa donde no nos interrumpan y programaremos una alarma durante treinta minutos. Una vez terminado el ejercicio, podemos retomar nuestras actividades.
"Es sorprendente cómo, una vez que la mente está libre de contaminación emocional, emerge la lógica y la claridad"
-Clyde de Souza-
Con estos tres ejercicios, podremos aprovechar nuestro conocimiento emocional, con el fin de explotar nuestras emociones para promover nuestro bienestar físico y mental. Es normal experimentar emociones negativas, pero es importante aprender a identificarlas para no dejar que afloren con demasiada frecuencia… ¡Alimenta tu conocimiento emocional!
Imágenes cortesía de Aral Tasher, Alejandro Álvarez y Averie Woodard.