3 fantasmas silenciosos responsables de muchas rupturas amorosas

3 fantasmas silenciosos responsables de muchas rupturas amorosas

3 fantasmas silenciosos responsables de muchas rupturas amorosas

Última actualización: 13 de junio de 2017

Las rupturas amorosas suelen ser muy difíciles de superar, incluso traumáticas. De hecho, la pareja es uno de los momentos que más preocupa a un gran número de personas en el mundo. Se ha convertido en un territorio temido, pero a la vez deseado como una dimensión a la que muchos aspiran para alcanzar la felicidad.

No es común que una pareja se siente a evaluar sus problemas y decida que es hora de romper. La mayoría de las rupturas son hasta cierto punto repentinas para uno de ellos.. Es igualmente común que se acompañe de conflicto, confusión y duda.



“En una discusión no es difícil defender nuestra opinión, sino saberla”

-André Maurois-

En innumerables ocasiones el final de una historia se produce cuando todavía hay amor entre la pareja.. Quizás no brille, quizás no sea como los primeros días, pero ahí está. Y el sentimiento se siente con más intensidad justo cuando todo termina y puedes medir el vacío que ha dejado la otra persona en tu vida.

Siempre es mejor estar seguro, especialmente si realmente amas a tu pareja y quieres que la relación dure mucho tiempo. Por eso es importante tenga cuidado y no permita que ciertos agentes erosivos comiencen a deteriorar la relación. Entre estos hay tres que intervienen en la mayoría de las rupturas amorosas. Son los siguientes.

El exceso de crítica: un factor que conduce a una ruptura amorosa

Así como al principio no hay más que elogios, muchas parejas llegan a un punto en el que sucede todo lo contrario. Las críticas son continuas. Muchos derivan de cierta desilusión que surge al enamorarse y, con ello, cesa la idealización.



Hay quien acusa a su pareja de no ser el "príncipe azul" o la "princesa" de la que se enamoró. Básicamente lo que la persona critica a la pareja es no haber cumplido esta fantasía que tenía en mente. Dice que el otro ha cambiado; hasta cierto punto se siente engañado al descubrir que no es la "mitad de la manzana" con la que había soñado, sino un ser humano con necesidades mundanas y defectos totalmente divertidos.

La crítica es más adecuada en otros ámbitos, como el empresarial o el intelectual. En el mundo de las parejas, se puede vivir sin él. Siempre tienes la opción de aceptar o no al otro, pero si no lo dejas ir y lo aceptas al mismo tiempo, el clima puede volverse muy tenso.. Muchas rupturas amorosas se evitarían si, en lugar de luchar para que el otro cambie, uno trabajara en sí mismo para aceptarlo. No es lo mismo, por ejemplo, no demostrar tu amor que no hacerlo como le gustaría a la otra persona.

Comportamientos defensivos

Estos comportamientos suelen aparecer cuando no se ha resuelto un conflicto previo.. Todas las parejas tienen problemas. Todos se enfrentan a situaciones en las que tienen que perdonar, pero a veces estos incidentes no son tratados adecuadamente y queda "algo" que sigue causando un daño silencioso.

Las conductas defensivas se dan incluso cuando uno de los dos es muy inseguro y desarrolla una gran dependencia. Tanto en este caso como en el delantero, seguirá una situación infernal para ambos. Uno se sentirá amenazado, sea real o imaginario, y el otro será un eterno sospechoso que comenzará a desarrollar sentimientos de culpa infundados oa controlar los miedos de la pareja.


En estas condiciones la pareja ya no se siente unida por el amor, sino por el conflicto. De dos personas que se supone que deben apoyarse y empoderarse mutuamente, te conviertes en una especie de enemigo no declarado. No confiamos el uno en el otro. Te proteges de tu pareja. En este punto, o se afronta el problema para encontrar una solución o se produce una ruptura que puede ser muy saludable para los dos.



Evitar conflictos

Evitar el conflicto también es un comportamiento defensivo, pero se expresa de forma pasiva o latente. La lógica que impera es ignorar los problemas para no dar lugar a discusiones, distanciamientos o, por supuesto, rupturas..

Uno de los dos puede estar actuando de forma incorrecta, imprudente o perjudicial para el otro. Sin embargo, el compañero no habla, no dice nada porque sabe que hacerlo puede ser la gota que colme el vaso y lleve al final de la historia. Lo que une en este caso son la adicción y el miedo.

Desafortunadamente, por mucho que se evite el conflicto, no desaparece. Si dejas un problema pendiente, tiende a no diluirse, sino a crecer. Suele haber gran angustia, así como profunda tristeza o incluso depresión. Mientras tanto, el problema central sigue empeorando.


Mantener unida a una pareja no es sólo una cuestión de afecto. Se requiere inteligencia para hacer frente a las contradicciones que siempre surgen. Si lo que te interesa es mantener vivo el amor y evitar la ruptura, lo mejor que puedes hacer es aprender a comunicarte de forma cariñosa pero siempre franca. Y abandonar las fantasías adolescentes que traen mucho más dolor que satisfacción.

Imágenes cortesía de Darek Puczel

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