Última actualización: 20 de marzo de 2016
Es normal querer superar algunas etapas de la vida, borrarlas de la historia personal porque parece que, por donde va el recuerdo, sólo reaparecen recuerdos amargos.. Errores, errores, impotencia. Situaciones que llegaron demasiado pronto, oportunidades ocultas que no hemos sabido captar o amores que se han abierto camino en nosotros, pero a los que no hemos podido acercarnos. Todo con una pizca de verdad.
Aprender de las decisiones que hemos tomado y ser responsables de ellas nos permite sentirnos libres de por vida. Todo comienza cuando aceptamos quienes somos, las razones por las que tomamos esas decisiones y no otras. Sin embargo, hay una parte de nuestra cultura que nos invita a cuestionar siempre nuestras elecciones, llevándonos a pensar que siempre nos hemos equivocado o que no hemos sido lo suficientemente “buenos” o “buenos” durante nuestra vida.
Cuando esto sucede, corremos el riesgo de ser víctimas de nuestras propias creencias negativas, las que hemos creado y alimentado a lo largo de los años. Pensamientos que son como la lluvia, es decir, logran penetrar las pequeñas grietas de nuestras fuerzas para hacernos vacilar, para hacernos negarnos a nosotros mismos. Porque negar nuestro tiempo es negarnos a nosotros mismos.
Dicho esto, nos cocinamos la vida a fuego lento (a veces a fuego alto) con infinidad de ingredientes que, poco a poco, vamos añadiendo a nuestra mochila, a nuestra olla, a nuestro sabor. Si queremos tener buen sabor, cuando recordemos nuestra vida, podemos intentar agregar estos tres ingredientes.
¿De qué sirve arrepentirse si esto no borra nada de lo que pasó? La mejor manera de arrepentirse es simplemente cambiar.
José Saramago
Consejos para disfrutar de tu vida
Siéntete orgulloso de ti mismo
Es normal confundir quererse a sí mismo y ser consecuente con el propio ser y actuar en cada momento con tener un ego desmesurado o una personalidad egoísta. También puede ser que muchas personas traten de hacernos sentir inferiores a lo que somos, pero nunca debemos olvidar que tenemos todo lo necesario para sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
Cuando hablamos de amarte a ti mismo, respetarte y amarte a ti mismo, no significa lastimar a alguien más con esta actitud, sino ayudar a desarrollar tu vida.. Para esto, es importante dejar de arrepentirse una vez que la culpa haya terminado. Podemos aprender a vivir plena y completamente y sin ataduras con el pasado, pero viviendo sólo en el presente y aprovechando al máximo cada momento.
Tomar la iniciativa
¿Cuántas veces te han dicho que eres "demasiado decidido o autoritario"? Tomar la iniciativa nos obliga a tomar acción y dar el primer paso, mientras otros están pensando. Dar un paso adelante es en muchos casos una decisión inteligente, de lo contrario, otras personas decidirán por nosotros.
Si esto también te sucede a ti, recuerda que no tiene nada de malo ser la persona que toma la iniciativa y da el primer paso, porque no hay experiencia más liberadora que no depender de los demás para actuar en lo que quieres.. Si quieres algo, tómalo, emprende el camino que te lleve a esa meta y trata de entender que cometer errores y pedir perdón son cosas completamente normales.
Presta atención a las expectativas
Solemos preferir la seguridad de lo que ya sabemos. Por eso, somos expertos en evaluar posibles escenarios y descubrir lo que realmente nos conviene. Lo mismo ocurre con las relaciones y las personas que amamos. Nos gusta crear expectativas continuamente en ambos casos solo para protegernos..
Muchas veces, estas ideas “preconcebidas” no se hacen realidad como esperábamos y comenzamos a sentir emociones menos que positivas, sentirnos mal o tener la sensación de que hemos fallado con ciertas personas. Recuerda que este es un problema de quien crea ciertas expectativas, no de quien tiene que cumplirlas. Lo más importante es prestar atención a lo que esperamos de nosotros mismos. De nadie más.
Ya sea para sentirte orgulloso de ti mismo, para cumplir con tus expectativas o para no defraudar a quienes te aman, cuando tomes una decisión, hazlo siempre con el corazón.. De esta forma, podrás seguir acumulando remordimientos, pero ya no serán tan amargos. De hecho, estarán acompañados de una dulce sonrisa al recordar la aventura que has vivido.
Así, la vida no deja de ser una aventura, la única y la más extraordinaria. Una aventura en la que te han invitado a participar y que te ha dado muchos recursos (quizás menos que otros, pero aún quedan muchos) para hacerla maravillosa, lenta o animada.