Muchos de los argumentos y discusiones que tenemos todos los días son provocados por razones insignificantes o incluso estúpidas, cosas que ni siquiera vale la pena discutir. En otros casos, el problema radica en nuestro interlocutor y su incapacidad para contemplar cualquier punto de vista distinto al suyo.
Pero cuando nos dejamos llevar por las emociones y nos sumergimos en interminables discusiones que no llevan a ninguna parte, perdemos la paz interior y nuestra cordura sufre. Y no vale la pena. Séneca ya lo había dicho: "una discusión prolongada es un laberinto en el que siempre se pierde la verdad".
Guía estoica para no perder la paz discutiendo trivialidades
- Lo que dice la gente, dice más de ellos que de ti
Epicteto, uno de los filósofos estoicos más famosos, enseñó que las cosas externas que nos suceden están fuera de nuestro control y, por lo tanto, debemos aprender a reaccionar tomando una distancia psicológica que nos proteja de los efectos negativos. No somos responsables de las cosas, pero somos responsables de la forma en que reaccionamos.
Su consejo es: “Cuando alguien te trata mal o habla mal de ti, recuerda que lo hace porque cree que es su deber. Por lo tanto, es incapaz de seguir lo que le parece correcto, solo hace lo que le parece correcto. En este sentido, si esta persona se equivoca en su opinión, se hace daño a sí mismo, porque es él quien ha sido engañado. Si una persona asume que una proposición verdadera es falsa, la proposición no se ve afectada, es la persona que se ha engañado a sí misma. Si actúas según esta lógica, estarás más equilibrado en tu temperamento con los que te insultan porque podrás decirte a ti mismo en cualquier ocasión: 'es solo su opinión' ”.
Esto no significa que debamos permitir que nos insulten o humillen, solo significa que debemos mantener el control sobre nuestras reacciones, porque cada vez que nos enojamos, le damos el control a otra persona, cada vez que permitimos que alguien destruya nuestro equilibrio. .emocional, perdemos.
Por el contrario, Epicteto nos anima a no tomarnos las cosas personalmente y a asumir una distancia reflexiva que nos permita responder con ecuanimidad. Debemos entender que algunas personas pueden ser ofensivas porque se sienten débiles, simplemente por ignorancia o porque no saben cómo reaccionar.
Esto no significa excusar su comportamiento, porque nadie tiene derecho a acusar o insultar a otros, solo significa que vamos más allá y nos negamos a entablar discusiones absurdas o sin sentido que son inútiles. Significa actuar con inteligencia y aplicar la máxima de Séneca: “lo que piensas de ti mismo importa más que lo que los demás piensan de ti”.
- No prestes atención a lo que no vale la pena
Marco Aurelio, otro de los grandes filósofos estoicos, pensó que la clave está en la atención y el significado que atribuimos a los acontecimientos. Predicó la serenidad basada en el autocontrol.
“El valor de la atención varía en proporción al objeto en el que se enfoca. Es mejor que no le dediques más atención y tiempo del que merecen a pequeñas cosas insignificantes [...] Si te amas tanto, presta más atención a lo que piensas de ti mismo que a lo que piensan los demás [...] Decide que no te harán daño y que tú no saldrás lastimado. Decide que no te sentirás dañado y no lo estarás ".
Hay dos puntos importantes en su discurso, lecciones valiosas para evitar discusiones innecesarias. En primer lugar, debemos aprender a no prestar más atención de la que merecen a las críticas destructivas, las opiniones injustas o las ideas rígidas. Si seguimos pensando en ello, incluso cuando la discusión haya terminado, solo alimentaremos el malestar y la frustración. Debemos aprender a darle a cada cosa la importancia que se merece. Ni más ni menos.
El segundo punto interesante del discurso de Marco Aurelio se refiere al empoderamiento. Nadie puede dañarnos sin nuestro consentimiento. Por tanto, cuando nos enojamos y entramos en discusiones inútiles es porque alguien ha tocado uno de nuestros puntos sensibles. Este es el momento perfecto para preguntarnos por qué hablamos de algo tan irrelevante, para crecer y no volver a cometer el mismo error en el futuro.
- Prepárate para lo peor de la mejor manera
Séneca fue considerado el máximo representante del estoicismo, entre sus escritos nos dejó algunas perlas de sabiduría que podemos aplicar para evitar que discusiones inútiles nos quiten la tranquilidad. En las famosas "Cartas de un estoico" aconseja:
“El efecto de lo que no se busca es abrumador, porque el peso del desastre se suma a lo inesperado. El hecho de que fuera inesperado intensifica la reacción de una persona. Es por eso que debemos asegurarnos de que nada nos tome por sorpresa. […] Necesitamos anticiparnos a todas las posibilidades y fortalecer el espíritu para enfrentar las cosas que pueden suceder si no queremos sentirnos abrumados y confundidos. […] Todos afrontan con más valentía algo para lo que se han estado preparando durante mucho tiempo. Los que no estén preparados, en cambio, reaccionarán mal ante los hechos más insignificantes ”.
Séneca se refería a la importancia de controlar nuestras expectativas, que a menudo subyacen en discusiones sin sentido. Si esperamos que todas las personas que conocemos sean de mente abierta y flexibles, cuando nos encontremos con personas rígidas que no quieran escuchar nos sentiremos frustrados. Por el contrario, contemplar esta posibilidad nos permitirá comprender de inmediato que la discusión no tiene sentido.
También podemos prepararnos mentalmente para afrontar determinadas discusiones. Aprender técnicas de comunicación asertiva, por ejemplo, nos permitirá mantener la calma y reenfocar positivamente la conversación.
La clave es ser conscientes de que no vivimos en un mundo ideal y no podemos cambiar a algunas personas, por lo que solo tenemos que preguntarnos si les permitiremos que nos roben la tranquilidad con discusiones que no conducen a ninguna parte o simplemente actúe de manera más inteligente y termine la discusión.
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