Última actualización: 11 septiembre, 2017
La mente humana siempre nos sorprende. La ciencia continúa estudiándolo, pero aún no se conocen todos sus secretos más profundos. Cuanto más lo estudian los científicos, más nuevos acertijos encuentran.
Partimos de la idea de que conocemos la realidad a través de la mente. Nos engañamos pensando que ser "racionales" nos acerca a la verdad. Sin embargo, varios experimentos muestran que tal vez no sea así.
Los sentidos son el puente entre lo comprensible y lo que no.
Macke de agosto
Hay muchas formas de engañar a la mente. Varios estudios han demostrado que es posible inducir a alguien a percibir realidades inexistentes y distorsionar las existentes. La mente, por tanto, no sólo se ocupa de organizar el mundo de la razón, sino también de poblar el mundo de la fantasía.. A continuación te contamos acerca de los cinco experimentos que así lo demuestran.
1. La mente y la ilusión de la mano de mármol
En 2014, un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Bielefeld (Alemania) realizó un curioso experimento sobre la percepción de la mente. Los académicos reunieron a varios voluntarios para pedirles que se sentaran y colocaran sus manos sobre la mesa frente a ellos. Luego, golpean suavemente su mano derecha con un martillo. Al mismo tiempo, se escuchó el sonido de un enorme martillo golpeando un bloque de mármol..
Unos minutos después, todos los participantes sintieron que sus manos estaban más rígidas, pesadas y duras, como si fueran de mármol. Sus cerebros habían combinado la percepción táctil y sónica y, dado que la percepción sónica era más fuerte, prevaleció creando la ilusión de la mano de mármol.
2. El dilema del prisionero y la temperatura
El dilema del prisionero es una situación hipotética propuesta en teoría de juegos que prueba que la mejor solución para las personas involucradas en un problema competitivo es que todos cooperen de manera organizada.
Se supone que hay dos presos cómplices. Se separan e invitan a traicionarse mutuamente. Se proponen varias alternativas: a uno se le ofrece libertad total siempre y cuando traicione al otro o que ninguno traicione al otro y que ambos reciban solo un año de condena.
Este dilema se reprodujo como un experimento real, a uno de los prisioneros se le dio un objeto caliente en la mano, al otro un trozo de hielo. La misma situación se reprodujo con otras parejas de presos. El resultado era siempre el mismo: el prisionero con el objeto caliente en la mano era menos egoísta. La temperatura parece afectar la forma en que nuestra mente procesa la información.
3. Aislamiento prolongado
Se ha demostrado que el aislamiento prolongado tiene efectos importantes en la mente. Un caso significativo es el de Sarah Shourd, que estuvo recluida en régimen de aislamiento en Irán durante 10.000 horas. Sarah comenzó a tener tantas alucinaciones frecuentes que ya no podía entender si estaba gritando a sí misma oa otra persona.
El aislamiento prolongado, junto con la oscuridad, provoca severas alteraciones en la capacidad perceptiva del cerebro. En particular, se pierde el sentido del tiempo y del ritmo corporal. El ciclo diario puede aumentar a 48 horas, 36 de actividad y 12 de sueño.
4. El efecto McGurk
La ciencia ha demostrado que los sentidos trabajan juntos. Son una especie de "mezcla". Lo que oímos no es independiente de lo que vemos, tocamos u olemos. La mente une estas percepciones y construye un significado global.. Por ejemplo, se ha demostrado que si una persona ve la aguja de una jeringa, sentirá más dolor durante la punción o inyección. No es tan extraño, por tanto, cerrar los ojos ante la picadura.
Se han hecho varios experimentos sobre esto, con los diferentes sentidos. En Inglaterra se invitó a algunos voluntarios a cenar a oscuras. La comida fue un bistec delicioso, pero una vez que se encendieron las luces, los comensales vieron que la carne estaba de color azul y la mayoría de ellos tenía ganas de vomitar.
5. La ilusión del cuerpo invisible
El cerebro humano confunde realidad y fantasía con gran facilidad. Hace unos años, en Suecia, en el Instituto de Investigación Karolinska realizó un experimento en el que participaron 125 voluntarios a los que se les entregaron gafas virtuales. Una vez desgastados, se veían a sí mismos y al lado de una persona que les aplicaba un cepillo, con cada pincelada desaparecían.
Mientras miraba esta escena, una persona los tocó con un cepillo. Los participantes sintieron que se habían vuelto invisibles. Posteriormente fueron expuestos a un público muy exigente y se monitorearon sus reacciones: los niveles de estrés eran muy bajos. Estaban más tranquilos porque se creían invisibles.
Como puedes ver, no es tan difícil engañar a la mente. Todos estos experimentos muestran que las percepciones del cerebro pueden desviarse completamente de la realidad. En este caso, estamos tratando con experiencias físicas, pero lo mismo ocurre con las experiencias abstractas. Por mucho que estemos convencidos de lo contrario, no estamos tan cerca de la realidad como pensamos.