Última actualización: 09 de febrero de 2018
Amar significa amar a otra persona incondicionalmente. Significa respetar, comprender, aceptar y dejarse amar. Detrás de toda esta teoría, sin embargo, hay 7 grandes verdades sobre el amor que normalmente no percibimos o subestimamos.
¿El amor es ilimitado? ¿Debo esperar lo mismo que doy? ¿Existe mi príncipe azul? Son preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez. Aún así, la mayoría siguen sin respuesta. Hoy intentaremos darte algunas interpretaciones para que entiendas cuántas verdades se esconden detrás del amor.
7 grandes verdades sobre el amor
No caigas en la idealización
Creer en un príncipe azul o en una princesa rosa es una visión idílica heredada de nuestra adolescencia y que debemos olvidar. Nadie está hecho a la medida de otro, ni es perfecto. El amor a primera vista existe, pero es un enamoramiento sobrevalorado que depende de las circunstancias. En nuestra experiencia, se desencadena por el contexto en el que nos encontramos y la cultura en la que crecemos.
Todos tenemos cualidades positivas y negativas. En consecuencia, incluso una relación amorosa tendrá puntos fuertes en los que nos sentiremos más seguros y puntos débiles. que tendremos que fortalecer. Tener esto en cuenta nos ayuda a ser conscientes del tipo de relación que tenemos, los aspectos que podemos trabajar y los que funcionan a la perfección.
La riqueza del amor se obtiene dándolo
La riqueza del amor dado a otra persona radica en la conciencia de que nos amamos a nosotros mismos al mismo tiempo. Una de las grandes verdades sobre el amor es que podemos amar verdaderamente a otra persona cuando nuestra autoestima nos permite amarnos también a nosotros mismos. El amor es un regalo delicado que se encuentra en lo más profundo de nuestro ser. Por eso es posible amar a otro sólo después de haber aprendido a aceptarse a uno mismo.
Amar es experimentar el placer, el dolor o la felicidad de los demás como si fueran propios.
Si compartes tu felicidad con los demás, esta se multiplicará. Te sentirás crecer, te sentirás más pleno, te sentirás lleno de amor y alegría. ¿Por qué negar tal sentimiento e impulso que todos llevamos dentro y que necesitamos demostrar?
Con el tiempo se fortalece, no desaparece.
Pensamos en el amor como un árbol. Al principio se planta la semilla, llena de fuerza y ganas de crecer. Poco a poco, con un cuidado constante, crecerá un pequeño árbol. El primer año, aunque parezca débil, veremos que cuanta más agua se le da, más fuerte y robusto se vuelve el tronco. Si lo tratamos con cuidado, con el paso de los años, se hará más y más fuerte.
Al principio, la ilusión de un nuevo amor es tan grande que sentimos que caminamos a tres metros del suelo. Sin embargo, cuando llega la primera tormenta, si las raíces no están firmes, es posible que el árbol se arruine y la relación se rompa.
Es duradero, no momentáneo.
Zygmunt Bauman acuñó el término amor líquido para referirse a esas frágiles relaciones que nacen en las redes sociales. Relaciones en las que cada miembro exige sin, sin embargo, dar nada a cambio. Una forma de amor egoísta, banal, superficial y fruto de un consumismo imperante. Tan pronto como el compañero ya no sea necesario, lo dejas para buscar uno nuevo. El reino de las sustituciones.
Una de las grandes verdades sobre el amor es que este sentimiento no es fugaz, momentáneo o frívolo. Es normal que haya pequeñas crisis o momentos de inflexión. El amor, para ser duradero, necesita compromiso y fuerza de voluntad.
Duradero, no infinito
Existe la creencia de que simplemente estar enamorado de otra persona es suficiente para que la relación dure para siempre. Esta es una "media" verdad sobre el amor.
Tener sentimientos profundos hacia otra persona es una condición indispensable, pero también debes nutrirlos todos los días. Los pequeños detalles que compartes con tu pareja ayudan a mantener viva la llama del amor y te recuerdan por qué te enamoraste de él/ella y cuánto vale la pena estar a su lado.
Es fácil enamorarse. Es difícil permanecer enamorado.
Por esta razón, es muy importante compartir los años juntos conociéndonos mejor. De esta manera, pequeños gestos que pueden no ser importantes para alguien, pueden en cambio hacer feliz al otro.
Quien te ama no te hará llorar
Mucha gente piensa que es bueno que tu pareja revele cada gran verdad, incluso si es doloroso. No hay duda de que abrir los ojos a la realidad puede ser positivo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no hay mayor engaño que creer que tu pareja nos hace llorar para demostrarnos su amor.
Una persona que te ama no te lastima, te dice las cosas de una manera amable, tratando de entenderte. Sus intenciones no deben ser hacerte llorar, o ignorar tu sufrimiento, sino querer estar contigo. Querer ser tu apoyo y tu sombra.
Melanie Greenberg, coach de vida y experta en mindfulness, asegura que el amor “es una de las emociones más importantes, pero también la más incomprendida”. Algo irracional, una habilidad que requiere práctica y compromiso.. No es automático y depende de la voluntad individual del individuo.
Es un pequeño paso del amor al odio.
Quedó demostrado que el odio y el amor romántico tienen una relación muy íntima. Ambos estimulan la actividad en las mismas áreas subcorticales del cerebro: el putamen y el lóbulo de la ínsula.
Aunque estemos acostumbrados a considerar el odio como una emoción extremadamente negativa, hay que reconocer que, en cambio, es una pasión tan interesante como el amor y, por lo tanto, no debe subestimarse.
El odio en las relaciones de pareja suele ir ligado a la acumulación de pequeños episodios de desencuentro, hasta la gota que desborda un jarrón lleno de veneno. Pero también puede aparecer de repente tras un gesto serio de la pareja.
Como hemos visto, las verdades sobre el amor están muy lejos de las relaciones románticas que nos muestran las películas y los libros. Es un sentimiento que requiere esfuerzo, atención, intención y voluntad. La mejor emoción que puede experimentar un ser humano, pero también la más efímera si no la cultivas o la más peligrosa si la llevas al extremo.