Última actualización: 17 de diciembre de 2015
Amar de verdad significa saber, reconocer y asumir que las personas tienen tantos defectos como virtudes, que probablemente nos molesten algunas costumbres, que no todo son rosas y que no vivimos en un cuento de hadas formado por príncipes y princesas enamorados.
No, el verdadero amor es algo que va más allá de las coincidencias amorosas.. Un amor sincero y verdadero significa enamorarse con mucha intensidad de las diferencias, tolerar los defectos y abrir las puertas de la confianza.
No puedes decir que amas a otra persona hasta que conozcas sus demonios, ira, ira y contradicciones. Hay que amar de verdad para entender que no todo es bonito en una relación, sino que también existe el caos, acompañado de dinamita.
Resumiendo, amar es convivir cuidando muchos detalles, construye un rompecabezas y haz castillos en el aire a base de sueños y decepciones. Si entendemos todo esto, entonces entenderemos el verdadero valor de la permanencia, del hecho de que hay sentimientos que quedan, que no son desechables.
Consejos clave para nutrir la idea de una relación sana
Amar de verdad es un gran desafío. Para tener éxito, por lo tanto, primero debemos deshacernos de todas las ideas que nos impiden enfrentarnos a la realidad. Para ello, debemos tener claros ciertos conceptos que nos ayudarán a comprender qué es el verdadero amor y qué no lo es. Veámoslos juntos.
1. Enamórate de ti y de la vida, luego ama a quien quieras
Para amar sin dependencia y necesidad, primero hay que valorarse uno mismo. Esto significa que para decir "te amo", primero hay que saber decir "me amo". El amor propio y el autoconocimiento es la clave para establecer relaciones saludables.
En resumen, podemos decir que, para encontrar a la persona adecuada, debemos estar preparados para tener una relación. Esto requiere un trabajo interior que puede ser duro, pero que valdrá la pena.
“Si el amor fuera un árbol, las raíces serían el amor propio. Cuanto más nos amemos a nosotros mismos, más frutos recibiremos de nuestro amor por los demás y más duraderos serán en el tiempo”
- Walter Riso -
2. Amar significa amar sin condiciones y sin excepciones
Es normal y natural que no nos guste todo de nuestra pareja. Sin embargo, las diferencias hacen el amor hermoso y completo. Si solo amamos lo que nos gusta o en la forma en que lo idealizamos, el cariño no durará, ya que somos seres llenos de luces y sombras.
3. Amar no significa necesitar, sino preferir
La adicción y el amor son tan opuestos que si les obligamos a vivir juntos acaban destruyéndose mutuamente. Nadie en el mundo tiene la responsabilidad de completar lo que nos falta. Por eso, preferir, en lugar de necesitar, da más valor a la persona que amamos, porque la valoramos por lo que es y no por lo que nos da.
La conclusión de este punto está íntimamente relacionada con la primera: debemos trabajar sobre nosotros mismos y cuidarnos para no caer en la trampa de la “necesidad” de que alguien sane nuestras heridas y supla nuestras carencias. La clave del verdadero amor está dentro de nosotros mismos.
4. Ser la pareja perfecta no significa no tener problemas, sino saber solucionarlos
A veces cometemos el error de creer que para que el amor funcione es necesario no tener problemas, no discutir, entenderse al 100% y estar siempre disponible para el otro. El amor, en cambio, significa enfrentarse al bien y al mal sin ningún tipo de anestesia.. Es necesario contemplar la cruda realidad y resolver los problemas desde el respeto, el compromiso y la estabilidad.
5. El amor no surge de la nada, el amor se construye
Para construir el amor, necesitas formar un equipo y establecer las reglas del juego. Para jugar juntos, debemos ser conscientes del hecho de que es necesario comunicar, escuchar con sinceridad y empatía, dialogar abiertamente y eliminar reclamos.
El amor se construye a base de apoyo, reconocimiento y afecto verdadero. Gracias a estas premisas es posible construir algo mejor que el amor: la complicidad.
6. Para amar plenamente hay que establecer los propios límites afectivos
Una relación sana no se basa en juegos de poder o condiciones, sino que parte de propósitos comunes, equilibrados y saludables. Es por esto que debemos deshacernos de la idea del sacrificio por amor.
Hay cosas que no debemos tolerar, como el abuso, el engaño, la manipulación emocional, el maltrato o la vulneración de nuestros valores. Todo ello se basa en la falta de respeto y amor, por lo que rechazarlo significa no traspasar nuestros límites emocionales.
7. El verdadero amor no se reconoce por lo que exige, sino por lo que ofrece
El amor no es control ni exigencia, es libertad y confianza.. A pesar de esto, la esclavitud emocional es mucho más común de lo que nos gustaría admitir: de hecho, es demasiado común encontrar conceptos erróneos sobre el compromiso y la pareja.
Hay que eliminar la victimización y reprochar determinados actos a la pareja. Este comportamiento nos aprisiona en una espiral negativa que alimenta nuestra relación hecha de oscuridad, desconfianza y falsas expectativas.
Si para estar cerca de alguien tenemos que sacrificar una parte de nosotros mismos y de nuestra vida, incluso en este caso el amor nos destruye. El amor se basa en el respeto y el crecimiento individual de cada uno de los dos miembros de la pareja.
8. Si el amor te queda bien, no es de tu talla
Si el amor duele, significa que no es amor, que estamos confundiendo sentimientos y que nos estamos haciendo daño a nosotros mismos. Si nos estamos ahogando, es hora de salir a la superficie. No somos nosotros los que tenemos que cambiar para poder combinar con la pareja, simplemente puede que todavía no hayamos encontrado la talla de zapatos adecuada para nosotras. Si la relación es una fuente de dolor, lo mejor es dejarla ir.
Si un miembro de la pareja rechaza una parte del otro, entonces es hora de despedirse y dejarse llevar. Es hora de volver a priorizar y comprender lo que nos hace sufrir para deshacernos de ello.
Cada uno de estos consejos te ayudarán a tener una relación sana y duradera. Es hora de deshacerse de todas aquellas ideas que contradicen valores como la libertad, la confianza y el cuidado de uno mismo.