Última actualización: 17 marzo, 2018
A los que sufren en silencio. A los que soportan un dolor que no merecen. A quienes han tomado la decisión de no hablar para no lastimar a las personas que los rodean. A los que luchan cada día por seguir adelante. A los que buscan superarse a sí mismos y viven con el temor de descubrir sus lágrimas. A los que lloran lágrimas ocultas.
No mereces sufrir un momento más, ni censurar tu dolor ni pisotear tu dignidad. Mereces gritar y ser escuchado, para dejar de sufrir. No dejes que te destruyan, destruye todo lo que has construido, todo lo que eres, todo lo que vales. No mereces el dolor que estás sintiendo, no mereces una lágrima más, no mereces un nuevo escondite.
Sécate las lágrimas y empieza a dibujar. Permítete ser libre y decide lo que quieres. No dejes que otros hablen por ti. No dejes que nadie sofoque lo que quiere de lo más profundo de tu alma. La hora de ocultar y marcar ha terminado, el primer paso es cambiar. Las lágrimas ya no son solución, las lágrimas ya no calman, ya no caen de tus ojos, es hora de actuar.
Digo esto porque sé que es posible, sé que eso es lo que quieres. Todo lo que necesitas es un empujón, un estímulo para pedir ayuda, para comunicarle al mundo cómo te sientes y dónde estás. A ti que lloras; a ti, que te refugias en la soledad esperando que los días pasen hasta el final... no, todavía hay algo de fuerza, algo de esperanza, no te rindas.
Un pequeño paso hacia un gran cambio
No permitas que la soledad te haga creer que es verdad porque no estás solo. El primer paso es el más difícil, pero es con él que comienzan los grandes cambios. Ya no necesitáis corazas, ni manos para otros escudos; no te sientas mal, no eres quien te dicen que seas. Vale la pena detenerse un momento y ser tú mismo definiendo quién eres.
Has estado reprimiendo tu dolor durante demasiado tiempo, durante demasiado tiempo has permitido que otros se apoderen de tu persona. Lloras y sigues alimentando el río del dolor, pero esas lágrimas ya no merecen pertenecerte, no mereces alimentar algo que te hace sufrir tanto. Es hora de encaminar tus pasos hacia otro camino, otra dirección.
Te lo debes a ti mismo, para que veas que alguien escucha tus quejas, que hay alguien que sabe que lloras, que te quiere y no te abandona. Sal y muestra tu dolor. Date la oportunidad que te mereces de ser feliz. A los que lloran lágrimas ocultas: junta las pocas fuerzas que te quedan para no rendirte, para sacar lo que llevas dentro, para hablar.
A los que lloran lágrimas ocultas: no se rindan, no se rindan
Los que lloran lágrimas ocultas esperan un camino mejor que el que recorren, nunca dejan de soñar con un nuevo día. El dolor terminará y dejarás de llorar. Después de la tormenta, siempre vuelve el sol. Las nubes están simplemente de paso. Debido a esto… nunca dejes de soñar, de luchar, de hablar, no te escondas. No dejes que los demás hablen por ti, mereces ser feliz.
Espero que entiendas que te lo debes todo a ti mismo, que hay soluciones y personas que te pueden ayudar. Vive plenamente los pasos adelante y los pocos atrás. Esos días en los que parece que todo es perfecto y esos días en los que no parece estar bien. Los que parecen durar 48 horas y los que parecen durar solo una hora. Llora por ti mismo; sufre por ti mismo. Escúchanos, escúchate a ti mismo. Mereces decidir por ti mismo, y mereces algo mejor. Nunca dejes de imaginar que todo esto terminará, porque así es.
“Porque la vida es tuya y tu deseo también, porque cada día es un nuevo comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo”.
-Mario Benedetti-