Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Si hay algo para lo que la vida no nos prepara es para la muerte. Nuestro corazón está acostumbrado a respirar bocanadas de energía, vitalidad, recuerdos felices, pero también algunas decepciones.
¿Cómo asumir el vacío, la ausencia, la no compañía de quienes han tenido una gran trascendencia en nuestros días? Es algo para lo que nadie nos enseña, algo que casi nadie piensa que sucederá.
Estamos seguros que hoy en día estás lidiando con más de una ausencia en tu mente, con vacíos en tu alma de los que te arrepientes todos los días. ¿Existe una forma correcta de asumir la pérdida de un ser querido?
La respuesta es no. Cada uno de nosotros, con nuestras particularidades, tenemos estrategias que no son más útiles que otras. Sin embargo, existen algunas pautas esenciales que te invitamos a conocer con nosotros.
Esperamos que te sean de ayuda, porque tienes que recordar que quien se va, nunca nos deja del todo. Sigue existiendo en nuestros recuerdos, durmiendo en nuestros corazones.
Modos de decir adiós en el corazón, modos de aceptar la ausencia
Hay varios tipos de pérdidas.. Una larga enfermedad nos permite, de alguna manera, prepararnos para despedirnos. Desgraciadamente, también hay pérdidas inesperadas, crueles e incomprensibles, tan difíciles de aceptar.
Pocos hechos como la muerte de un ser querido despiertan en nosotros tanto sufrimiento emocional. Nos sentimos tan agobiados que lo más común es quedar paralizados. El mundo insiste en seguir adelante, cuando para nosotros todo se ha detenido abruptamente.
No te sorprenderá saber que las pérdidas se conciben como momentos vitales en los que incluir muchas otras dimensiones además de la emocional. Hay sufrimiento físico, desorientación cognitiva e incluso crisis de valores., especialmente si sigues una filosofía o una religión.
Nos correspondió a nosotros y, por lo tanto, tenemos que aceptarlo y de alguna manera "reconstruir". Este proceso, como ya sabes, implica un duelo, que suele durar unos meses. Vivirlo es necesario, nunca olvidaremos al ser amado, pero aprenderemos a vivir con su ausencia.
Veamos ahora las fases más comunes del duelo:
- Fase de negación: no podemos aceptar lo que ha sucedido. Luchamos contra la realidad y la negamos.
- Fase de ira e ira.: es muy común estar enojado con todos y con todo, buscamos por qué, una razón por la que nos pasó. Esta es una reacción normal que puede durar algunos días o semanas.
- Fase de negociación: esta fase es vital para superar la pérdida. Después del malentendido, hay un pequeño acercamiento a la realidad. Acordamos hablar con otras personas e incluso con nosotros mismos. Vemos todo con un poco más de calma.
- Fase de dolor emocional: esencial, catártico y esencial. Cada quien lo hará a su manera, hay quienes encontrarán alivio en el llanto, otros buscarán la soledad… Es necesario.
- Fase de aceptación: tras el enfado, tras este primer acercamiento a la realidad y el posterior estallido emocional, llega la aceptación con serenidad.
Experimentar todas las etapas del duelo es tan necesario como dejarse ayudar. Quien no acepta, quien no se libera y no aprende a soltarse de la persona, queda varado en un dolor que le impedirá seguir adelante.
Aceptar la no permanencia, aprender a "soltar"
Podríamos hablar de la necesidad de estar preparado para la adversidad, pero en realidad es mucho más sencillo: entender que no somos eternos, que la vida es un conjunto de momentos para ser vividos con intensidad, porque nadie tiene un interés permanente en este mundo.
También sabemos que estas palabras no servirán de mucho para muchos. Hay pérdidas no naturales, ningún padre debería perder a un hijo y ninguna persona debe perder a su pareja, esa parte de su corazón que da vida, fuerza y coraje.
No es fácil, nadie nos ha advertido que la vida nos presentaría momentos de dolor. Sin embargo, estamos obligados a vivir, porque este mundo es implacable, fluye rápido y casi sin aliento, nos obliga a seguir respirando y latiendo.
No tengas dudas: tienes que hacerlo. Por los que ya no están y por ti, porque vivir es honrar a las personas que has querido, llevándolas contigo cada día, sonriendo por ellas, caminando por ellas. Abre tu corazón y permítete continuar, brillar para ellos.
Imagen cortesía de: Catrin Welz-Stein